Parte 3: Contraataque Desesperado

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La resistencia no tenía tiempo que perder. Con la información proporcionada por Sophia y la determinación de los soldados, Lucas y su equipo comenzaron a planificar una operación de contraataque que podría cambiar el rumbo de la batalla.

Elena y Martínez se encontraban en un rincón del campamento, revisando el mapa de Avelis y señalando posibles objetivos.

—Si atacamos aquí, podríamos interrumpir sus líneas de suministro —sugirió Martínez, señalando un almacén controlado por los alienígenas

—Buena idea. Además, podríamos aprovechar la cobertura de los edificios en ruinas para acercarnos sin ser detectados —respondió Elena, trazando una ruta en el mapa.

Lucas se unió a ellos, con la mirada firme. —Entonces, está decidido. Atacaremos el almacén. Si logramos destruir sus suministros, podríamos ralentizar su avance y ganar tiempo para reorganizarnos.

La Capitana Kyriakos les observaba desde la distancia, con una mezcla de orgullo y preocupación. Sabía que el éxito de esta misión podría ser crucial para la resistencia, pero también era consciente del peligro que enfrentaban al cruzar las líneas enemigas.

—Sargento quiero que tomes a un grupo reducido para esta misión —dijo Kyriakos, acercándose—. La sorpresa será nuestra mejor arma. Elige a los mejores y prepárate para moverte al anochecer.

Asintió seleccionando a Elena, Martínez y algunos de los soldados más experimentados. Sabía que cada miembro del equipo era esencial y que no podían permitirse errores.

El equipo se reunió al caer la noche, preparados para salir. El ambiente estaba cargado de tensión, pero también de una determinación inquebrantable. Cada uno de ellos sabía lo que estaba en juego.

—Recuerden, sigan el plan y mantengan la calma. Nos infiltramos, colocamos las cargas y salimos de ahí antes de que se den cuenta de lo que pasó —instruyó Lucas.

El equipo se movió a través de la oscuridad, utilizando las sombras y el conocimiento del terreno a su favor. A medida que se acercaban al almacén, la tensión aumentaba. Los alienígenas patrullaban la zona, pero el equipo avanzaba con sigilo y precisión.

Finalmente, alcanzaron el perímetro del almacén. Elena y Martínez comenzaron a colocar las cargasexplosivas en puntos estratégicos mientras los demás mantenían vigilancia.

—Cinco minutos y salimos —susurró Elena, colocando la última carga.

De repente, un ruido metálico resonó cerca, haciendo que todos se tensaran. Un alienígena patrullaba más cerca de lo esperado. Lucas hizo una señal a Martínez para que lo neutralizara silenciosamente.

Martínez se acercó con cuidado, utilizando un cuchillo para eliminar al alienígena antes de que pudiera alertar a los demás. El equipo contuvo la respiración, esperando que no hubiera más sorpresas.

—Listo, vámonos —indicó, llevando a su equipo de regreso a través de las sombras.

A una distancia segura, Lucas activó el detonador. Una serie de explosiones resonaron en la noche, iluminando el cielo y sacudiendo el suelo. El almacén quedó envuelto en llamas, y el caos se apoderó del lugar.

—Objetivo alcanzado. Regresen al campamento —ordenó satisfecho con el resultado.

De regreso en el campamento, la Capitana Kyriakos recibió al equipo con una mezcla de alivio y orgullo. La misión había sido un éxito, y la resistencia había logrado un importante golpe contra los alienígenas.

—Buen trabajo, equipo. Esto les dará algo en qué pensar —dijo Kyriakos, mientras el equipo se tomaba un momento para recuperarse.

La moral en el campamento mejoró notablemente. Aunque sabían que la batalla estaba lejos de terminar, el éxito de la misión les dio la esperanza y la determinación necesarias para continuar luchando.

La Dra. Antoniou, observando desde su laboratorio improvisado, no pudo evitar sentirse inspirada por la valentía del equipo. Sabía que su trabajo era crucial, pero también que dependía del coraje de los efectivos del campamento que se arriesgaban cada día.

—Capitana, creo que estoy empezando a entender un poco más sobre su tecnología de comunicación —dijo Sophia, acercándose a Kyriakos.

—¿Buenas noticias? —preguntó Kyriakos, con una chispa de esperanza en sus ojos. 

—Podría decirse. He identificado ciertos errores con los nuevos patrones que podrían permitirnos interceptar y tal vez incluso desviar sus órdenes. Si podemos desarrollar una manera de interferir con sus comunicaciones, podríamos tener una ventaja significativa —explicó Sophia.

—Eso es excelente, Sophia. Continúa trabajando en ello. Cualquier ventaja que podamos obtener será crucial —respondió Kyriakos.

Mientras el campamento se reagrupaba y planeaba sus próximos movimientos, Lucas tomó un momento para reflexionar sobre la misión. Sabía que cada victoria, por pequeña que fuera, acercabaa la resistencia un paso más a la liberación de Avelis.

—No podemos detenernos ahora —dijo Lucas, mirando a su equipo—. Cada día es una nueva oportunidad para luchar, para ganar terreno. No podemos permitirnos perder la esperanza.

El equipo asintió, compartiendo su determinación. Sabían que la lucha sería larga y difícil, pero también sabían que estaban dispuestos a dar todo lo que tenían por la libertad de su mundo.

La Capitana Kyriakos reunió a todos para una última reunión antes del amanecer. —Tenemos mucho trabajo por delante, pero sé que podemos hacerlo. Cada uno de ustedes ha demostrado un valor y una determinación increíbles. Sigamos así, y no dejemos que el enemigo nos derrote.

Con esas palabras, la resistencia se preparó para un nuevo día de batalla. La lucha por Avelis continuaba, y aunque el camino cada vez era mas incierto, la determinación de la resistencia era más fuerte que nunca.

Lucas miró al horizonte, sabiendo que la libertad de Avelis dependía de ellos. —Vamos a ganar esta guerra, cueste lo que cueste.

La batalla por Avelis no había terminado, pero la resistencia estaba lista para enfrentar cualquier desafío. Con cada paso, con cada victoria, se acercarían más a su objetivo final: la liberación de su hogar. 

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