Parte 2: Emboscada en el Camino

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La primera luz del amanecer apenas comenzaba a iluminar el campamento cuando Lucas y el Capitán Hayes comenzaron a coordinar los planes para la evacuación de más civiles desde el centro de Avelis. Las noticias sobre el reciente descubrimiento de Sophia habían mejorado la moral del grupo, pero aún sabían que les esperaba una dura batalla.

—Nuestros exploradores han identificado varios grupos de civiles atrapados en diferentes sectores de la ciudad —explicó señalando varios puntos en un mapa extendido sobre una mesa. —Nuestra misión es abrir un corredor seguro para evacuarlos y traerlos aquí.

Hayes asintió. —Dividiremos nuestras fuerzas en tres grupos. Cada uno se moverá hacia un sector diferente. Tendremos que movernos rápido y mantenernos en comunicación constante.

El plan era simple pero arriesgado. Sabían que los alienígenas estaban cada vez más activos y organizados en la ciudad. Aún así, no tenían otra opción.

El Sargento reunió a su equipo, incluyendo a Sarah, Martínez y Elena. También se unieron algunos soldados de los refuerzos, entre ellos el Teniente Marcus Jensen, un oficial de la Coalición con experiencia en operaciones urbanas.

—Bien, equipo. Este es el plan —dijo señalando el mapa. —Nos moveremos en tres grupos. Nuestra tarea es evacuar a tantos civiles como sea posible y traerlos de vuelta aquí. Manténganse alerta y preparados para cualquier cosa.

El equipo se dividió rápidamente en sus respectivos grupos y comenzaron a prepararse para la misión. Mientras tanto, Sophia se quedó en el campamento, continuando su trabajo en el laboratorioimprovisado.

El convoy partió al amanecer, avanzando lentamente por las calles destruidas de Avelis. Los vehículos militares, cargados con suministros y soldados, se movían con cautela, atentos a cualquierseñal de emboscada. El grupo de Lucas lideraba el convoy, con el Teniente Jensen a su lado.


—Manténganse alerta. No sabemos qué podemos encontrar más adelante —advirtió Lucas a través del radio.

El camino estaba lleno de escombros y vehículos abandonados. A medida que se adentraban en la ciudad, el sonido de disparos y explosiones se hacía cada vez más fuerte. La tensión en el convoy era palpable.

De repente, el silencio fue roto por una explosión cercana. Un vehículo al frente del convoy fue alcanzado, volcando y bloqueando el camino.

—¡Emboscada! —gritó Lucas levantando su arma.

Los soldados saltaron de los vehículos, tomando posiciones detrás de cualquier cobertura disponible. Los disparos resonaban por todas partes, mientras los alienígenas salían de las sombras, atacando con precisión mortal.

—¡Formen una perímetro defensivo! —ordenó Jensen

Lucas y su equipo se movieron rápidamente, devolviendo el fuego y tratando de mantener a raya a los atacantes. Elena, a pesar de no ser una soldado, tomó una pistola y se unió a la lucha, defendiendo a los heridos

—¡Necesitamos abrir ese camino! —gritó Sarah, apuntando hacia el vehículo volcado que bloqueaba su avance.

—¡Martínez, cúbreme! —respondió avanzando hacia el vehículo.

Con la ayuda de Martínez y algunos otros soldados, el Sargento logró empujar el vehículo lo suficiente como para crear un paso estrecho. Los disparos seguían resonando, pero el convoy comenzó a moverse de nuevo, avanzando lentamente a través del paso recién abierto.

—¡Sigan avanzando! —ordenó Jensen, disparando a los alienígenas que se acercaban.

El convoy avanzó con dificultad, dejando atrás el lugar de la emboscada. Sin embargo, los alienígenas no cedían. Desde las azoteas y ventanas de los edificios cercanos, continuaban disparando, obligando a los soldados a mantenerse en movimiento constante.

Finalmente, llegaron a un punto relativamente seguro, una antigua plaza pública que había sido transformada en un refugio improvisado para los civiles. Lucas y su equipo se movieron rápidamente, ayudando a los civiles a abordar los vehículos.

—¡Rápido, suban! —gritó el Suboficial ayudando a una mujer con un niño pequeño a subir a uno de los camiones. 

Elena y Sarah ayudaban a los heridos, mientras Martínez y Jensen mantenían una línea defensiva, repeliendo a los alienígenas que seguían atacando. La situación era caótica, pero la determinación del equipo era inquebrantable.

—¡Estamos listos, Lucas! —informó Sarah, después de cargar a los últimos civiles.

—¡Retirada! —ordenó moviéndose hacia el último vehículo. 

El convoy comenzó a retroceder, abriéndose camino a través de las calles llenas de escombros y vehículos abandonados. Los disparos continuaban, pero el equipo logró mantener su formación y avanzar hacia la seguridad del campamento.

A medida que se acercaban al campamento, el sonido de los disparos disminuyó, y la tensión comenzó a disiparse. Sin embargo, todos sabían que la batalla estaba lejos de terminar.

Al llegar, los civiles fueron llevados rápidamente a las áreas seguras del campamento, donde recibieron atención médica y alimentos. Lucas y su equipo, agotados pero aliviados, se reunieron enla carpa de mando.

—Buen trabajo, equipo. Hemos logrado evacuar a muchos civiles hoy —dijo con voz llena deorgullo. 

—Pero no podemos bajar la guardia. Los alienígenas están cada vez más agresivos —advirtió Jensen.

—Lo sé, Marcus. Pero cada día que resistimos, es un día más cerca de nuestra victoria —respondió.

El Capitán Hayes se unió a la reunión, trayendo noticias de otros sectores.

—Hemos tenido éxito en evacuar a civiles de varios puntos de la ciudad. Pero necesitamos planificar nuestra próxima estrategia. Los alienígenas están reforzando sus posiciones, y debemos estar preparados para enfrentarlos.

La discusión continuó, con cada miembro del equipo aportando sus ideas y estrategias. La presenciade los refuerzos y los recientes avances en el laboratorio de Sophia daban una sensación de esperanza, pero todos sabían que la lucha estaba lejos de terminar.

Mientras tanto, en su laboratorio, Sophia seguía trabajando incansablemente. Había identificado más patrones en las transmisiones alienígenas y comenzaba a entender su estructura lingüística. Aunque todavía no podía descifrar el lenguaje, cada pequeño avance era crucial.

La noche cayó sobre el campamento, y el sonido de los preparativos continuó. Los soldados descansaban en turnos, siempre listos para cualquier eventualidad. Lucas, aunque exhausto, tomó unmomento para reflexionar sobre el día y planificar los pasos a seguir.

Desde una colina cercana, observó las luces del campamento y pensó en los sacrificios hechos por su equipo y los civiles. Sabía que la batalla estaba lejos de terminar, pero con la llegada de los refuerzos, tenían una oportunidad real de resistir y luchar por su libertad. 

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