Con otra misión de infiltración aún en curso, las calles de Avelis seguían resonando con el eco de los combates. La ciudad, ahora irreconocible, estaba llena de ruinas y escombros. Las fuerzas de la resistencia, sabiendo que el enemigo había ganado terreno de manera implacable, se preparaban para el inevitable retiro definitivo hacia las colinas cercanas.
Lucas y su equipo se movían con cautela a través de las calles, evitando los patrullajes alienígenas ylas zonas más devastadas. Los sonidos de la batalla se intensificaban a medida que se acercaban a suobjetivo: otro centro de comunicaciones alienígena. Sabían que esta misión era su última oportunidad para retrasar el avance enemigo y ganar tiempo para la evacuación de los civiles y la retirada ordenada de las fuerzas restantes.
Martínez, con su experiencia en explosivos, lideraba el camino hacia el centro de comunicaciones. A su lado, Elena cubría su retaguardia, mientras el resto del equipo mantenía una formación cerrada.La tensión era palpable, cada sombra y ruido parecía un peligro inminente. Sin embargo, su determinación era inquebrantable.
Llegaron a una intersección que daba directamente al edificio objetivo. Martínez se agachó y examinó el perímetro con sus binoculares de visión nocturna. —Veo al menos dos guardias en la entrada principal, y seguramente habrá más dentro —susurró.
El Sargento asintió trazando rápidamente un plan en su mente. —Dividámonos en dos equipos. Elena, tú y dos más flanquearán desde el oeste. Martínez y yo nos encargaremos de la entrada principal. En cuanto coloquemos los explosivos, saldremos por el punto de extracción al sur.
Elena y su equipo se deslizaron en la oscuridad, moviéndose silenciosamente entre los restos de los edificios. Lucas y Martínez avanzaron lentamente hacia la entrada principal, aprovechando cada cubierta disponible. Cuando estuvieron lo suficientemente cerca, Martínez preparó una granada aturdidora.
—En tres, dos, uno... —La granada voló hacia los guardias y estalló con un destello cegador. El binomio aprovechó el momento de confusión para neutralizar a los alienígenas restantes en la entrada y rápidamente entraron al edificio.
Dentro, el ambiente era sofocante y oscuro. Las luces intermitentes y los ruidos mecánicos de la maquinaria alienígena añadían un aire de alienación al lugar. Martínez se puso a trabajar de inmediato, colocando los explosivos en puntos estratégicos mientras el Suboficial mantenía una vigilancia constante.
—Listo, vámonos —anunció Martínez después de unos tensos minutos.
Elena y su equipo ya habían asegurado la salida, y juntos se retiraron rápidamente hacia el punto de extracción. Una vez a salvo, Lucas detonó los explosivos, enviando una columna de fuego y escombros al cielo. La explosión fue visible desde varios kilómetros, y las comunicaciones enemigas se interrumpieron instantáneamente.
Regresaron al campamento temporal, donde la Capitana Kyriakos los esperaba con impaciencia. —Buen trabajo Sargento —dijo, visiblemente aliviada—. Esto nos dará el tiempo necesario para evacuara más civiles y preparar nuestra retirada final.
Con la caída del centro de comunicaciones alienígena, la resistencia logró una pequeña victoria en medio del caos. Sin embargo, sabían que su lucha estaba lejos de terminar. Las noticias del éxito de la misión corrieron rápidamente entre las filas, pero también llegaron informes de que el enemigo estaba reforzando sus posiciones y preparando un asalto final.
Las fuerzas de la resistencia comenzaron a movilizarse, trasladando suministros y preparando vehículos para la evacuación. La Capitana Kyriakos y Lucas trabajaron incansablemente, coordinando los esfuerzos y asegurándose de que todos los civiles y soldados estuvieran listos para moverse en un momento de aviso.
El amanecer trajo consigo un aire de tensión renovada. El enemigo, aún mas enfurecido por la pérdida de su centro de comunicaciones, intensificó sus ataques en varios puntos de la ciudad y de las colinas exteriores.
El Sargento al mando de su pelotón, dirigió una serie de escaramuzas para mantener al enemigo a raya mientras las evacuaciones continuaban. En un edificio semiderruido, encontraron un punto defensivo y lograron retrasar el avance alienígena durante varias horas cruciales.
—¡No podemos mantener esta posición por mucho tiempo! —gritó Elena, cubriendo mientras disparaba contra un grupo de alienígenas que avanzaban.
—¡Solo un poco más! —respondió sabiendo que cada minuto contaba—. ¡Martínez, asegúrate de que los civiles estén fuera de la zona!
El sonido ensordecedor de las explosiones y los disparos era constante. El humo y el polvo llenabanel aire, dificultando la visión y la respiración. Sin embargo, el equipo de Lucas permanecía enfocado y determinado.
Finalmente, recibieron la señal para retirarse. Con una precisión y disciplina impresionantes, el equipo cubría su retirada, asegurándose de que ningún soldado quedara atrás. Mientras corrían hacia el punto de extracción, el rugido de los motores de los vehículos de evacuación llenaba el aire.
En el campamento, la Capitana Kyriakos supervisaba la evacuación final. Los vehículos estaban cargados hasta el tope con suministros y personas, y los últimos defensores se preparaban para hacer su salida.
—Es hora, Sargento—dijo Kyriakos cuando él y su equipo llegaron—. Nos vamos.
El convoy de la resistencia se puso en marcha, dejando atrás la devastada ciudad de Avelis. Mirandopor la ventana trasera del vehículo, Lucas vio la silueta de su ciudad natal desaparecer en la distancia, envuelta en humo y fuego. Sabía que no sería la última vez que lucharían por Avelis, peropor ahora, su prioridad era salvar tantas vidas como fuera posible.
Al llegar a las colinas, traspasaron su última línea defensiva. La base improvisada estaba repleta de actividad, con soldados y civiles trabajando juntos para fortificar su posición. Mientras tanto, Sophia Antoniou continuaba sus investigaciones, buscando desesperadamente cualquier información que pudiera darles una ventaja en la lucha. Aunque la Capitana la quería subida a un transporte que la llevara junto a los civiles fuera de la zona de operaciones.
—Estamos en una posición difícil, pero no imposible —dijo mirando a su equipo—. Hemos enfrentado peores situaciones antes, y hemos salido adelante. Esta vez no será diferente.
La determinación en sus ojos reflejaba el espíritu de la resistencia. Mientras el sol se ponía, pintando el cielo con tonos de naranja y rojo, Lucas y su equipo se prepararon para la próxima batalla, sabiendo que el futuro de su mundo dependía de su valentía y sacrificio.
El sonido distante de los motores alienígenas resonaba en el horizonte, señalando el inicio de la próxima ofensiva. Con las defensas preparadas y los corazones llenos de coraje, la resistencia se alistó para enfrentar el desafío final que determinaría el destino de Avelis y de toda Novara.Sabían que usar las mismas estratagemas para efectuar operaciones urbanas probablemente pronto dejarían de funcionar.
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ECLIPSE
Science FictionEclipse: Saga Cronos - Libro 1 En el mundo de "Eclipse", la humanidad enfrenta una invasión alienígena que amenaza con destruir todo lo que conocemos. La historia sigue a Lucas Ramírez, un sargento recién ascendido en la Coalición, mientras lucha po...