Parte 4: La Resistencia se Fortalece

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El amanecer trajo un respiro temporal al constante estruendo de la batalla. El cielo, teñido de un grispálido por el humo y el polvo, iluminó las calles devastadas de Avelis. Tras una noche de intensa lucha, aprovecharon la relativa calma para reorganizarse y preparar su siguiente movimiento

La Capitana Althea Kyriakos llegó al edificio abandonado que servía como su base temporal. A su llegada, saludó a Lucas y al Teniente Parker con una expresión de determinación inquebrantable.

—Capitana, me alegra verla —dijo Lucas, estrechando su mano.

—Ramírez, Parker —asintió Kyriakos—. Estamos en una situación crítica, pero la evacuación está progresando. Necesitamos mantener esta línea defensiva el mayor tiempo posible para asegurar que los civiles lleguen al centro de la ciudad.

—Hemos sufrido muchas bajas, pero estamos listos para seguir luchando —respondió Parker.

—Bien. Ramírez, quiero que tomes a tu equipo y refuerces las barricadas en el sector oeste. Los informes indican que los alienígenas están concentrando sus fuerzas allí. No podemos permitir que rompan nuestras líneas.

—Entendido, Capitana. Nos moveremos de inmediato —dijo Lucas.

Reunió a su equipo, que incluía a Martínez, O'Connor, Vasquez y varios soldados más, muchos pertenecientes a otros pelotones que no tuvieron la misma suerte. Juntos se dirigieron al sector oeste, donde la lucha era más intensa. Las calles estaban llenas de escombros,vehículos volcados y cuerpos tanto de soldados de la Coalición como de alienígenas. A medida que avanzaban, ayudaban a los heridos y reforzaban las barricadas improvisadas 

En el sector oeste, encontraron a un grupo de soldados liderados por el Sargento Torres, quien los saludó con un gesto rápido.

—Ramírez, nos vendría bien algo de ayuda aquí. Estamos conteniendo a duras penas —dijo Torres, su rostro cubierto de polvo y sudor.

—Estamos aquí para reforzar las defensas. ¿Cuál es la situación? —preguntó, evaluando rápidamente el área.

—Los alienígenas han estado atacando en oleadas. Sus armas son increíblemente potentes, pero hemos logrado mantenerlos a raya usando el terreno —respondió Torres. 

—Perfecto. Martínez, Vasquez, tomen esas posiciones y aseguren los flancos. O'Connor, mantén lascomunicaciones abiertas. Necesitamos estar coordinados con el mando central —ordenó.

La lucha continuó ferozmente mientras los alienígenas lanzaban ataques implacables. La Coalición, aunque superada en número, utilizaba cada ventaja que tenía: la familiaridad con el terreno, la disciplina y el entrenamiento riguroso. Los soldados de refuerzo se movían con precisión, cubriéndosemutuamente y aprovechando cada oportunidad para infligir daño al enemigo.

En medio del caos, la Dra. Antoniou seguía trabajando incansablemente en el edificio abandonado. Aunque no había logrado avances significativos en entender la tecnología alienígena, su determinación no flaqueaba. Sabía que cualquier información, por mínima que fuera, podría ser crucial para la resistencia a largo plazo.

Al mediodía, la intensidad de los combates alcanzó su punto máximo. Los alienígenas, mostrando una coordinación sorprendente, lanzaron un ataque masivo que casi rompió las líneas defensivas de la Coalición. Lucas y su equipo lucharon con todas sus fuerzas, repeliendo a los invasores y manteniendo sus posiciones a costa de grandes sacrificios.

Finalmente, después de horas de combate incesante, la situación comenzó a estabilizarse. Los alienígenas, aunque aún peligrosos, parecían haber reducido la intensidad de sus ataques. Lucas, cubierto de polvo y agua, miró a su alrededor y vio a sus hombres agotados pero aún de pie. 

—Lo logramos, al menos por ahora —dijo Martínez, limpiándose el sudor de la frente.

—Sí, pero no podemos bajar la guardia. Necesitamos estar preparados para lo que venga después —respondió.

En ese momento, la Capitana Kyriakos llegó al sector oeste, seguida de varios refuerzos.

—Buen trabajo, sargento. Han hecho un trabajo increíble manteniendo esta posición —dijo Kyriakos, con una mezcla de orgullo y preocupación en su voz.

—Gracias, Capitana. Pero necesitamos más hombres y suministros si queremos seguir resistiendo —respondió Lucas.

—Lo sé. Estamos trabajando en eso. He enviado un mensaje al CETCOM solicitando más apoyo. Por ahora, sigamos organizando la evacuación y mantengamos nuestras defensas —dijo Kyriakos.

Mientras los soldados de la Coalición trabajaban incansablemente para reforzar las defensas y evacuar a los civiles, la Dra. Antoniou tuvo un pequeño avance en su investigación. Aunque no había desentrañado todos los secretos de la tecnología alienígena, había identificado un posible punto débil en sus sistemas de comunicación.

—Capitana Kyriakos, creo que he encontrado algo. Si logramos interferir con sus comunicaciones, podríamos ganar un tiempo valioso —dijo la doctora, mostrando sus hallazgos.

—Eso es excelente, doctora. Trabaje con nuestros técnicos para ver si podemos poner en práctica esta teoría —respondió Kyriakos.

La noche cayó una vez más sobre Avelis, y aunque la ciudad seguía envuelta en caos y destrucción, la determinación de sus defensores no flaqueaba. El equipo del Sargento, exhaustos pero llenos de esperanza, se prepararon para otro día de lucha.

 

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