La noche envolvía la ciudad de Avelis con un manto de oscuridad y peligro. Los edificios, en su mayoría destruidos o en ruinas, parecían fantasmas en la penumbra. El convoy avanzaba lentamente, con las luces apagadas para evitar ser detectados por los alienígenas. Lucas, al frente, mantenía una vigilancia constante, sabiendo que cada calle podría esconder una nueva amenaza
—Mantengan la formación cerrada y silenciosa. No podemos permitirnos ser detectados ahora —ordenó Lucas a través del comunicador, su voz baja pero firme.
El grupo avanzaba con cautela, cruzando intersecciones y evitando los puntos de posible emboscada. Los soldados y civiles, aunque exhaustos, mantenían la concentración, sabiendo que el más mínimo error podría ser fatal. La tensión era palpable, y el silencio solo era roto por los ocasionales sonidos de disparos y explosiones en la distancia.
Finalmente, llegaron a una zona que parecía menos devastada. Algunos edificios aún estaban en pie,y las calles no estaban completamente bloqueadas por escombros. Era un respiro bienvenido, pero sabía que no podían relajarse.
—O'Connor, establece un perímetro de seguridad. Necesitamos descansar y evaluar la situación antes de seguir adelante —dijo señalando a un edificio que parecía relativamente intacto.
—Entendido, Sargento. Todos, aseguren el área y busquen suministros. Necesitamos agua, comida ycualquier cosa que pueda ser útil —respondió O'Connor, movilizando a los soldados.
Mientras el equipo trabajaba para asegurar el área, el Sargento se reunió con Sophia y los otros líderes del convoy. La situación era crítica, y necesitaban un plan para los próximos pasos.
—Sophia, ¿alguna novedad sobre la tecnología alienígena? —preguntó esperando alguna información que pudiera darles una ventaja.
—Nada que nos sea de utilidad inmediata, Lucas. Solo hemos confirmado que están utilizando alguna forma de tecnología de control remoto, pero aún no hemos descifrado cómo funciona —respondió Sophia, su rostro mostrando la frustración de la situación.
—Lo entiendo. Por ahora, nuestra prioridad es mantenernos vivos y evacuar a tantos civiles como sea posible. Necesitamos encontrar un lugar seguro fuera del alcance de los alienígenas —dijo mirando a los demás líderes.
La conversación fue interrumpida por un sonido distante, un ruido que se hacía cada vez más fuerte.Lucas levantó la mano, indicando silencio. Todos quedaron en alerta máxima, los ojos buscando el origen del ruido.
—Son vehículos... vienen rápido —dijo uno de los soldados, con los oídos atentos.
—¡Preparense! ¡Podrían ser refuerzos de la Coalición o una nueva oleada de ataque alienígena! —ordenó mientras todos tomaban posiciones defensivas.
Los vehículos aparecieron en la distancia, sus luces revelando siluetas que rápidamente fueron identificadas. Eran refuerzos, pero no los que esperaban. Los vehículos militares avanzaban con rapidez, y en el frente, el Teniente Marcus Jensen emergió del primero de ellos.
—¡Jensen, por aquí! —gritó aliviado al ver a su compañero.
—Ramírez, es bueno verte. Tenemos órdenes de evacuar a todos los civiles y trasladar a las fuerzas a un punto de reunión en las afueras de la ciudad. Los alienígenas están cerrando el cerco, necesitamos movernos ahora —informó Jensen, su rostro marcado por la urgencia.
—Lo sabemos. Ya estamos listos para movernos. Llevamos heridos y civiles, ¿tienes espacio en los vehículos? —preguntó.
—Tenemos espacio, pero es limitado. Tendremos que hacer dos viajes si es necesario. Pero debemos hacerlo rápido, no tenemos mucho tiempo —respondió Jensen
Lucas asintió y se volvió hacia su equipo. —¡Todos, preparen a los civiles! Vamos a evacuar en dos grupos. Los heridos y los más vulnerables primero. ¡Rápido!
El equipo se movió con eficiencia, ayudando a los civiles a abordar los vehículos. Los heridos fueron colocados cuidadosamente, y los soldados se aseguraron de que todos estuvieran listos para partir. El primer convoy se preparó para salir, y el Sargento se quedó para coordinar el segundo grupo.
—Jensen, lleva a este grupo al punto de reunión y regresa por nosotros. No nos dejaremos nada atrás —dijo con determinación.
—Lo haré. Buena suerte, Ramírez —respondió Jensen, antes de subir a su vehículo y liderar el convoy.
El primer grupo partió y el Sargento volvió su atención al segundo grupo. Los soldados estaban nerviosos, pero seguían firmes en su tarea. El tiempo era crucial, y cada minuto contaba.
—Mantengan los ojos abiertos y los oídos atentos. No sabemos cuándo volverán los alienígenas —advirtió.
El segundo grupo esperó con una tensión palpable. Las calles desiertas parecían más amenazantes con cada minuto que pasaba. Finalmente, los vehículos de Jensen regresaron, listos para llevar al segundo grupo al punto de reunión.
—¡Todos a bordo! ¡Nos movemos ahora! —ordenó ayudando a los últimos civiles a subir a los vehículos.
El segundo convoy partió, avanzando rápidamente por las calles devastadas. La noche estaba oscura, y las luces de los vehículos eran las únicas señales de vida en un paisaje de destrucción. Mantenía la vista fija en el horizonte, sabiendo que cada kilómetro recorrido los acercaba mása la seguridad.
Finalmente, alcanzaron el punto de reunión, un área despejada en las afueras de la ciudad donde las fuerzas de la Coalición habían establecido una base temporal. Los vehículos se detuvieron y los civiles comenzaron a desembarcar, aliviados de haber escapado del infierno de Avelis.
—Buen trabajo, todos. Hemos logrado evacuar a muchos civiles y estamos en un lugar más seguro. Pero la lucha no ha terminado. Necesitamos reorganizarnos y preparar la siguiente fase de nuestra resistencia —dijo con su voz llena de determinación.
Los soldados y civiles se asentaron en la base temporal, agradecidos por el breve respiro. El Suboficial se reunió con Jensen y la Capitana Kyriakos para planificar los próximos pasos.
—Hemos hecho un buen trabajo hoy, pero los alienígenas no se detendrán. Necesitamos preparar defensas y asegurarnos de que los civiles estén protegidos. ¿Qué sabemos de sus movimientos? —preguntó.
—Están consolidando sus fuerzas en el centro de la ciudad. Parece que están buscando algo o estableciendo una base avanzada. No podemos permitir que tengan control total de Avelis —respondió Kyriakos, su tono decidido.
—De acuerdo. Nuestra prioridad es reforzar nuestras defensas aquí y preparar una contraofensiva. No podemos dejar que controlen la ciudad sin luchar —dijo mirando a sus compañeros.
La planificación continuó, y la base temporal se convirtió en un bullicio de actividad. Los soldados se preparaban para nuevas misiones, mientras los civiles recibían atención médica y suministros. Lanoche avanzaba, pero la resistencia no descansaba.
Lucas caminó por el campamento, asegurándose de que todo estuviera en orden. La batalla por Avelis había sido feroz, pero la resistencia aún tenía fuerzas para seguir luchando. Con líderes comoJensen y Kyriakos, y la determinación de cada soldado, había esperanza de que pudieran recuperar la ciudad y, eventualmente, vencer a los invasores.
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ECLIPSE
Science FictionEclipse: Saga Cronos - Libro 1 En el mundo de "Eclipse", la humanidad enfrenta una invasión alienígena que amenaza con destruir todo lo que conocemos. La historia sigue a Lucas Ramírez, un sargento recién ascendido en la Coalición, mientras lucha po...