Paso a Paso

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Con la tontería se acostaron alrededor de las cinco de la mañana y todos en casa de Chiara. Había que celebrar esa victoria. La menorquina tenía cita con Alba a las once y apenas había podido dormir entre lo tarde que se acostaron y lo mucho que lo había pensado. Llegado el momento aterraba incluso más que antes, le aterraba vivir de nuevo lo que ya había olvidado, o al menos con lo que ya había aprendido a llevar el día a día. Le aterraba que Alba no fuera como Violeta decía, no dudaba de su novia, ni mucho menos, dudaba de sí misma y de su capacidad para adaptarse a las nuevas situaciones.

Violeta se había levantando antes de la cama para preparar algo rico de desayuno y animar a una Chiara que sabía estaría nerviosa. La acompañaría toda la mañana, acompañaría sus lágrimas si hacía falta, pero no la dejaría sola, ni un segundo. En cuanto tuvo todo preparado, unas tostadas con forma de corazón y un zumo de naranja, lo puso sobre una bandeja y se lo subió a la habitación.

Chiara todavía dormía, así que apoyó la bandeja en el tocador y se acercó a su lado de la cama, se agachó para quedar a su altura y después de permitirse unos segundos de admirar a la chica que tenía delante, zarandeó su brazo para despertarla. La menor se removió emitiendo sonidos con la boca, como si fuera un gato ronroneando y enseguida buscó la mano de su novia, provocándole una ternura indescriptible. Violeta se lo puso fácil y la acercó hasta entrelazarlas, ante aquel contacto Chiara relajó todo su cuerpo de nuevo y llevó la otra mano hasta agarrar su brazo y acurrucarse contra él.

La pelirroja rió con ternura y llevó la mano que tenía libre a acariciar su mejilla. —Bebé...— susurró.

La morena se removió de nuevo emitiendo los mismos sonidos.

—Venga cielo, que se nos hace tarde.— habló Violeta de nuevo.

Chiara en aquel momento se espabiló por completo y aunque sus ojos cerrados no lo mostrasen, Violeta lo supo. Supo que no quería levantarse de la cama ya no por pereza o sueño, si no por el paso que tendría que dar esa mañana.

Violeta acarició su mejilla de nuevo y la besó. —Todo va a ir bien.

Ante aquellas palabras, la menor se apretó más a su brazo y cerró los ojos con más fuerza. Tenía miedo, tenía mucho miedo. Violeta chistó la lengua y apretó su mano mientras continuaba con las caricias en la mejilla. —Te he traído el desayuno.

Chiara suspiró y muy a su pesar pero sin soltar las manos ni el brazo de su novia, se incorporó apoyando la espalda en el cabecero de la cama. Violeta se levantó a coger la bandeja par colocársela sobre las piernas. Chiara hizo un puchero ante el detalle que había tenido Violeta e inclinó la cabeza pidiendo un beso. La mayor sonrió y se acercó hasta juntar sus labios con suavidad.

—This is so beautiful.— sonrió Chiara cuando se separaron. —Thank you so much, Vivi.

—Don't thank me for taking care of you.— acarició su mejilla. —I like it as much as music.— sonrió.

Chiara puso otro puchero que no pudo controlar. Era todo lo que su cuerpo y mente le permitían, todo lo que podía hacer en medio de aquella tormenta en la que estaba envuelta y con su único rayito de sol frente a sus ojos, abarcando toda su vista y todo su mundo. Le dio un bocado a las tostadas y cerró los ojos del gusto, disfrutando de aquel sabor que era incluso mejor sabiendo quién las había hecho. También probó el zumo, con la misma reacción. Se sentía algo mejor después de aquel desayuno y después de tener a su novia admirándola frente a ella, con la mayor de las sonrisas y como si acabase de descubrir un tesoro, porque quizá no lo acababa de descubrir, pero Violeta sentía que tenía un tesoro frente a ella, el mayor de todos, el amor de Chiara.

La menor aprovechó el momento y que quien tenía delante era en quien más confiaba y había confiado para soltar lo que había estado pensando toda la noche, mirando el techo y mirando sus ojos, por más que estuvieran cerrados, rogando la calma que desprendían con tan solo mirarla. —Tengo mucho miedo.— afirmó con un suspiro esforzándose por creer que aquel soplo de aire descargaría la ansiedad que consumía su cuerpo.

ES POR TI || KiviWhere stories live. Discover now