La ducha

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Chiara miraba a Violeta con miedo, quería hacer caso a Martin y decirle como se sentía, quería darle las gracias a la pelirroja pero al mismo tiempo no quería incomodarla, no quería molestar y suspiró cuando se dio cuenta de que estaba sintiendo otra vez todo lo que había sentido el día anterior mientras lloraba desconsoladamente en un baño con la chica y su amigo hablándole.

—Hey— dijo la pelirroja cogiendo el rostro de la morena entre sus manos —Ayer hablamos de esto, deja de darle vueltas y dilo, no te voy a juzgar Chiara.

—No quiero cagarla Vivi, no quiero joder esto como hago con todo.— dijo notando su voz quebrarse y señalándose a ambas, haciendo que el corazón de Violeta se partiera en pedazos al ver como se sentía la más pequeña por ser ella misma y al darse cuenta del daño que le tenían que haber hecho ciertas personas para que se sintiera así.

—Yo no te voy a hacer daño.— afirmó la pelirroja sin pensárselo.

Chiara cerró los ojos por unos segundos y apretó la mandíbula con fuerza, estaba conteniendo tanto las ganas de llorar que no concebía otra forma de seguir reteniendo. Violeta, que pareció darse cuenta, no sabía que hacer para que la menorquina se soltara con ella, para dejarle claro que cuando ella estuviera delante, no tenia que contenerse ni las ganas de llorar, ni las ganas de reír, ni las ganas de hablar ni las ganas de bailar si así fuera. Sentía la necesidad de proteger a esa niña, sentía que estaba conociendo a la persona con la que construiría la amistad más pura que había tenido hasta el momento y no quería tirarlo por la borda por no ser capaz de ganarse su confianza.

—Yo antes no era así, Vivi.— la voz se le quebraba más por momentos y Violeta tenía el corazón en un puño por ver así a una persona que desprendía tanto amor e inocencia como lo hacía la ojiverde. No quería ni pensar en el daño que le habían podido hacer ciertas personas que no supieron valorarla y es que no entendía porqué, la pelirroja supo qué tipo de persona era desde que Martin le dijo la primera palabra sobre ella.

—¿Y como eras antes, cariño?— preguntó con delicadeza acercándose más a la menorquina.

—No lloraba, estaba todo el rato con una sonrisa, era yo quien animaba a los demás y no los demás quienes tenían que animarme a mí, yo daba abrazos, yo secaba lágrimas, no...— tragó saliva luchando porque sus lágrimas no salieran disparadas —No me las limpiaban a mí.

—¿Y has pensado en pedir ayuda profesional?

La ojiverde asintió. —He ido a muchos psicólogos desde que era pequeña por mi TDAH y el año pasado lo retomé no por el TDAH— Violeta la miraba con atención preguntándose quien le habría hecho tanto daño como para tener que retomar ese hábito —Pero no me entendían, cambiaba de psicólogo cada mes y me harté, le dije a mi madre que no quería más psicólogos, que yo lo arreglaría.— una lágrima recorría sus mejillas hinchadas, pero la mayor pasó el pulgar con delicadeza por estas y se la limpió.

—Quien te ha hecho tanto daño, amor.— Violeta chistó y rodeó a Chiara con sus brazos mientras con una mano acariciaba su pelo y con la otra le apretaba la cintura.

La ojiverde, ante las palabras de la pelirroja no pudo contenerse más y rompió a llorar y no en silencio, pero no le importó que Violeta escuchara sus sollozos, no podía más.

Martin las miraba desde la sala de Vicky con los ojos llorosos, odiaba ver a su amiga así, echaba de menos la persona que era Chiara antes de Iñigo, de tanto psicólogo, la que daba volteretas hasta después de cantar en la cafetería de su tía Mari, por eso quería que tuviese la compañía de Violeta, por eso le había hablado de ella durante todo el concurso, porque sabía que sería la persona que le haría recordar quien era, sabía que era la persona que su amiga necesitaba y cuando Ruslana le dijo que después de la comida, Chiara hizo un mortal en el sofá porque sí, supo que tenía razón, no se comportaba así desde antes de Iñigo, no era ella misma con nadie desde antes de su ex y es que que la menorquina hiciera una voltereta o un mortal delante de una persona, significaba que confiaba en esa persona.

ES POR TI || KiviWhere stories live. Discover now