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Traumas

Isabella

La peor parte del día había llegado, contarles todo.

-Bien puedes empezar - hablo Lucca, que por cierto lo noto más distante.

Suspiro, y comienzo a contarles todo, desde el día en que nací, hasta ahora.

-Mi nombre completo es Isabella Battaglia, tengo 18 años y soy hija única - digo - soy colombiana con orgullo, de la costa Barranquilla - pauso - pero a los cinco años nos tuvimos que venir a Alemania por problemas económicos - suspiro - me desarrolle a temprana edad, y mi mamá siempre estaba fuera de casa, una noche cualquiera - dejo de hablar y miro a Max, este me hace seña de que siga hablando - fui violada por mi padre - suelto rápidamente - mi madre no me creyó, y en la escuela me mandaron psicólogo - dejo de hablar, los recuerdos se hacen presente, me levanto sé la silla - perdón, pero no puedo seguir hablando - me voy a mi cuarto.

Tan difícil es decir que fui violada por más de veinte hombres, psicólogos, amigos de mis padres, maestros, ginecólogos, doctores, hasta familiares.

Sé que estuvo mal no decirles, pero, cada que hablo de esos temas se me hace un nudo en la garganta, la gente siempre decía que yo me inventaba cosas, claro, si me la paso sonriendo y divirtiéndome.

<<de eso trata la vida, de vivir en el presente, sin que el pasado nos afecté, y luego esperar el futuro>>

Entro al cuarto y me tiró en la cama abrazando una almohada.

A raíz de lo que me pasó tuve depresión y ansiedad, el asma lo tengo desde que nací, TDH y TOC, aunque no muy avanzados, las pesadillas solo ocurrían de pequeña, ahora no tanto.

Solo espero el día de poder matarlos a todos y al fin ser feliz, no vivir con miedo.

Al parecer Max no quiso seguir insistiéndome o es un milagro que no haya entrado.

Me acurruqué entre las sábanas, disfrutando del calor y la comodidad, cuando sentí una mano en mi hombro, sacudiéndome suavemente.

-Despierta, necesitamos movernos -escuché la voz de Max, baja y firme.

Gruñí, sin abrir los ojos, y me giré dándole la espalda.

-Dos minutos más -murmuré, aferrándome a la almohada.

Antes de darme cuenta, sentí que me levantaban en el aire. Max me cargó como si no pesara nada y me llevó al baño. Aún medio dormida, apenas registré el cambio hasta que sentí el frío del azulejo contra mi piel y el sonido del agua al abrirse la ducha.

-¡Hey! -protesté, abriendo los ojos de golpe mientras el agua fría me empapaba. Me di cuenta entonces que no llevaba brasier, y la tela mojada de mi camiseta se pegó a mi piel, revelando mis pezones. Max se quedó mirándome, sus ojos fijos en mi pecho.

-Mis ojos están arriba -dije, cruzando los brazos sobre mi pecho, sintiendo el calor subir a mis mejillas.

Max levantó la vista, sin mostrar ninguna vergüenza.

-Tienes diez minutos -dijo antes de salir del baño, dejándome sola bajo la ducha.

Me terminó de bañar, y me pongo un vestido sencillo, el pelo me lo dejo suelto y me pongo solo un poco de maquillaje

-Nos vamos - sin previo aviso me coge del brazo, al salir de la casa veo guardias con armas, todos vestidos de negro.

Al llegar a la camioneta nos abren la puerta y uno de ellos habla.

🔥Amor En Candela🔥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora