·24·

2.8K 232 73
                                    

Amigo

Isabella

Han pasado más de dos semanas de estar junto a la familia de Max, es un poco raro sentirse tan bien, rodeada de amor y cariño, sin peleas ni golpes, he estado yendo a las secciones con una psicóloga, con violeta no, esa me cae mal.

Ahora me estoy arreglando para ir a buscar a un viejo amigo mío, su avión está a punto de aterrizar y me pidió el favor de poder irlo a buscar.

Me puse un vestido sencillo y bonito, con el pelo recogido y unas zapatillas que combinan a la perfección, me estoy echando rubor y un poco de pestañina cuando alguien entra al cuarto.

—¿A dónde vas?– pregunta Max, curioso.

—A buscar el amigo que te dije.– respondo.

Fue un dolor de cabeza para convencerlo de dejarme irlo a buscar, según él me podía pasar algo, y me puse a diez hombres para que me cuidaran y según él no basta con el rastreador. Se acerca por detrás de mí y me abraza apoyando su cabeza sobre mi hombro.

—Du bist schön – dice en alemán.

<<Estás hermosa>>

—sea lo que sea, la tuya por si acaso. – había veces que toda la familia hablaba alemán, y yo no entendía nada.

Me fui a vivir a los ángeles cuando tenía cinco años, luego a los quince me vine para Alemania, pero nunca aprendí esa lengua, soló inglés y español, y según mis padres tenía que hablar más de cinco lenguas, ¿por qué? No sé la verdad, pero mi miedo a los aviones se hizo grande, mis padres siempre me contaban que mis abuelos murieron en un viaje hacia Miami.

[...]

Subí al auto con los vidrios polarizados, sintiendo la tensión de los guardaespaldas que me seguían en una caravana de carros. Sabía que no podría relajarme hasta llegar al aeropuerto de Berlín. A pesar de que me había acostumbrado a la presencia constante de seguridad, cada viaje era una nueva prueba de paciencia y resistencia.

El recorrido fue rápido, gracias a la escolta, y al llegar al aeropuerto me sentí ligeramente aliviada. Bajé del auto y me dirigí hacia la terminal, notando de reojo cómo los guardaespaldas se dispersaron estratégicamente.

De repente, una voz conocida rompió la burbuja de tensión. 

—¡Oe, mija!– Giré rápidamente y ahí estaba él, con una sonrisa brillante y una energía que iluminaba todo el lugar. Mi viejo amigo colombiano y costeño, con su característico acento y su risa contagiosa.

Nos abrazamos con fuerza, como si el tiempo no hubiera pasado. 

—No puedo creer que estés aquí–dije, sintiendo una mezcla de emociones.

—Ni yo, pero ya ves. Vamos a comer algo y me cuentas todo– respondió él, guiándome hacia una pequeña cafetería del aeropuerto.

Nos sentamos y comenzamos a ponernos al día. Hablamos de todo: las aventuras, las dificultades, las risas y las lágrimas que nos habíamos perdido. Me contó sobre su vida en Colombia, sus viajes y su familia. Yo le hablé de Alemania, la constante sensación de estar en peligro, y de los mafiosos que ahora formaban parte de mi vida cotidiana.

Después de un rato, noté que Nikolas parecía nervioso. 

—¿Estás bien?– le pregunté, preocupada.

Él tomó un sorbo de su café y me miró directamente a los ojos. 

—Sí, sí... es solo que hay algo que quiero decirte. No sabía cómo decírtelo antes, pero ya no quiero ocultarlo más.

Lo miré expectante, dándole el espacio para continuar.

—Soy gay–confesó, con una mezcla de alivio y miedo en su voz.

Sonreí y tomé su mano. 

—Gracias por confiar en mí. Nada cambia entre nosotros. Siempre serás mi amigo, sin importar nada.

Él sonrió, visiblemente relajado.

 —Gracias, pequeña. Significa mucho para mí.

Seguimos hablando, riendo y recordando viejos tiempos, sintiendo cómo la distancia y el tiempo se desvanecía entre nosotros. Decidí contarle lo que había estado guardando. 

—Nikolas, algo más que debes saber. — Suspiro –Mis padres me vendieron a un mafioso.

Su rostro se oscureció y su expresión cambió drásticamente. 

—¿Qué? ¿Cómo pudieron hacerte eso?– Su voz se alzó, atrayendo la atención de los guardaespaldas, quienes se acercaron rápidamente, alerta.

En ese preciso momento, vi a Max aparecer en la entrada de la cafetería, con una mirada dura y celosa. 

<<Tragame tierra >>

Se acercó a nosotros, dirigiendo una mirada gélida a nikolas antes de enfocarse en mí. 

—¿Todo bien aquí, Isabella?– preguntó, aunque su tono dejaba claro que no estaba contento con la situación.

—Sí, todo bien–respondí rápidamente, tratando de calmar la tensión. 

—Nikolas, él es Max. Max, Nikolas es un amigo de hace mucho tiempo.– dije.

Max asintió, aunque su expresión no cambió mucho. 

—Tenemos que irnos–dijo finalmente, sin dejar de observar a Nikolas con desconfianza.

Me despedí con un abrazo rápido. 

—Nos mantenemos en contacto, ¿vale?

—Claro, pequeña. Cuídate– respondió él, dándome una sonrisa tranquilizadora a pesar de la situación tensa.

Mientras nos alejabamos, pude sentir la mirada de Max quemando en mi espalda. Sabía que tendría que explicarle todo más tarde, pero por ahora, me centré en calmarme y mantener la compostura.

<<A veces me pongo a pensar en que marca de sal seré yo, la mas cara obvio>>

♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡

Unas me dijeron que las tenía abandonadas por qué no había subido cap

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Unas me dijeron que las tenía abandonadas por qué no había subido cap.

Ya inicio el regreso a clases y creo que voy hacer horario, tendría que ver 💕

También me preguntan que dónde pueden conseguir los links de los grupos telegram y WhatsApp, solo escríbanme por tiktok y listo💕

Por el grupo siempre aviso cuando actualizo💕

Canal de difusión:
https://whatsapp.com/channel/0029VaiuGgN6RGJCsOndNJ0i

Síganme en tiktok como: Chica_en_los_libros

En esa cuenta subo contenido de mis libros.

No olviden dejar sus votos y comentarios.

Besos en las patas muak.

🔥Amor En Candela🔥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora