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Max

Dejé a Isabella sola en casa, prometiéndole que volvería lo antes posible. Había asuntos importantes que atender, asuntos que solo podían resolverse en un lugar al que pocos tenían acceso. Conduje por calles oscuras hasta llegar a un sitio conocido por un selecto grupo de personas: "El Santuario de las Sombras". Este lugar era donde guardábamos los cuerpos de los muertos que todavía tenían un propósito en nuestra organización.

El edificio se erigía imponente y sombrío, con sus paredes de concreto y ventanas pequeñas, como una fortaleza que ocultaba secretos oscuros. Al llegar, vi a Noah esperándome en la entrada, su silueta alta y delgada destacando en la penumbra. Noah era un amigo de confianza, alguien con quien había compartido muchas batallas y secretos.

—Max – me saludó con un apretón de manos firme y una mirada seria.

—Noah – respondí, devolviendo el saludo. –¿Alguna novedad?

—Sígueme adentro. Hay algo de lo que necesitamos hablar – dijo, y sin más preámbulo, nos adentramos en el edificio.

El ambiente era frío y lúgubre, con el característico olor a desinfectante y a metal que siempre me ponía en alerta. Caminamos por un pasillo largo y oscuro, hasta llegar a una sala de almacenamiento. Las paredes estaban alineadas con refrigeradores industriales, cada uno conteniendo cuerpos en espera de su destino final.

Nos sentamos en una mesa de metal, y Noah comenzó a hablarme de su vida personal, algo poco común en nuestras interacciones.

—Mi esposa y yo hemos estado tratando de tener hijos _ confesó, su voz apenas un susurro. —Pero no podemos. Los médicos no saben qué está mal.

Sentí su frustración y tristeza.

—Lo siento, Noah. Eso debe ser difícil respondí sinceramente.

—Lo es –  asintió, pasando una mano por su cabello. –¿ y tú has pensado en tener hijos?

Trague saliva pensativamente, nunca me había imagino mi futuro como papá, digo, me gustan los bebés, pero con este trabajo sería muy arriesgado, todavía me queda mucho por descubrir a Isabella.

—No la verdad no eh hablado eso con ella, no la quiero presionar.Es complicado. La amo, pero hay muchas sombras del pasado que aún la persiguen. Es un proceso lento, pero estamos avanzando.

Antes de que pudiera decir más, un estruendo rompió el silencio. Disparos. Nos levantamos de inmediato, nuestros instintos afilados por años de peligro. Sacamos nuestras armas y nos dirigimos hacia el origen del ruido.

—Quédate atrás– le dije a Noah, aunque sabía que no me haría caso. Nos movimos en silencio, las sombras del pasillo engulléndonos mientras avanzábamos. Al doblar una esquina, vimos a un hombre que había escapado de su confinamiento. Estaba armado y disparando a cualquier cosa que se moviera. Nos cubrimos detrás de unos contenedores y comenzamos a devolver el fuego.

—¡Al suelo!– grité, mientras Noah y yo nos coordinábamos para acorralarlo. El hombre era hábil, pero estaba desesperado y eso lo hacía errático. Aprovechamos su confusión para movernos en sincronía, disparando con precisión. El sonido de los disparos resonaba en el espacio cerrado, amplificando la tensión.

El hombre logró alcanzarme con una bala que rozó mi brazo, el dolor fue instantáneo, pero el adrenalinazo lo amortiguó. Vi a Noah avanzar con determinación, su expresión una mezcla de concentración y furia. En un movimiento rápido, corrió hacia él, golpeándolo con fuerza en el brazo, haciendo que soltara el arma.

Yo me lancé hacia adelante y le di un golpe en la mandíbula, derribándolo. El hombre intentó levantarse, pero Noah fue más rápido y le disparó en el pecho. El silencio volvió a llenar el lugar, roto solo por nuestras respiraciones pesadas. Miré el cuerpo en el suelo, la sangre manchando el frío suelo de cemento.

—¿Estás bien?– pregunté a Noah, aunque ya sabía la respuesta.

—Asuntos como estos nunca terminan bien – dijo, limpiando el sudor de su frente. –Pero sí, estoy bien.

Guardé mi arma y lo miré con seriedad.

—Volvamos adentro. Tenemos mucho de qué hablar, y no solo sobre trabajo.

Nos dirigimos de nuevo a la sala, el eco de la pelea aún resonando en nuestras mentes. Noah se sentó, visiblemente afectado.

—No sé cuánto más de esto puedo soportar, Max,– confesó. –Entre la lucha por tener una familia y este trabajo… a veces me pregunto si vale la pena.

—Lo entiendo – dije, mirándolo fijamente. —Este camino no es fácil. Pero tenemos que recordar por qué hacemos lo que hacemos.

Noh asintió, pero el peso de sus preocupaciones era evidente.

—Gracias por escucharme, Max. A veces solo necesito saber que no estoy solo en esto.

—Siempre estoy aquí para ti, Noah. Lo sabes – respondí, sintiendo la camaradería profunda que compartíamos.

La noche avanzaba, y mientras hablábamos, compartiendo nuestras cargas y nuestras esperanzas, me di cuenta de lo mucho que había cambiado. Isabella, Noah, y todos los demás… cada uno de ellos era parte de una red compleja de relaciones y responsabilidades que moldeaban mi vida.

Finalmente, nos levantamos y salimos del edificio. La brisa nocturna era fresca, un contraste con la tensión sofocante del interior. Nos despedimos con un apretón de manos y la promesa de enfrentarnos a los desafíos que vinieran.

Conduje de regreso a casa, mi mente aún reviviendo los eventos de la noche. Sabía que los días por venir no serían fáciles, pero con Isabella a mi lado y amigos como Noah, estaba dispuesto a enfrentar lo que fuera necesario. Al final, sabía que ya nada sería como antes, y aunque eso traía incertidumbre, también traía la esperanza de un futuro diferente.

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YA CASI SE VIENE LA BODAAAAA y boda significa SEXOOOO o tal vez un bebé...o no,¿o si? ¿O tres? ¿O aborto? Bueno se los dejo en su mente 😸

Iba de mal en peor JAJAJAJAJAJ sorry vvs

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En esa cuenta subo contenido de mis libros.

Besos en las patas muak.

🔥Amor En Candela🔥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora