Llevo marcas en la piel, invisibles al mirar,
cicatrices que el tiempo no logró apagar.
Candela, así arde el recuerdo,
las llamas de un pasado que aún muerde por dentro.
Fui prisionera de golpes, palabras y frío,
un eco constante, un etern...
Con cada beso, la intensidad entre nosotros aumentaba. Max me levantó de la mesa y, sin dejar de besarme, comenzó a caminar hacia el cuarto. Nuestros cuerpos estaban pegados, nuestras respiraciones entrecortadas, y sentía su fuerza y determinación en cada paso.
Entramos en la habitación, y él me recostó suavemente en la cama, sus labios nunca alejándose de los míos. El deseo era palpable, y nuestras manos se exploraban mutuamente con urgencia. Sus labios dejaron los míos para trazar un camino ardiente por mi cuello y clavícula, arrancándome suspiros de placer.
De repente, el sonido de su teléfono rompió el hechizo. Max soltó un gruñido frustrado, pero se apartó lo suficiente para contestar. Su voz cambió al instante, adoptando un tono serio y preocupado. Me incorporé en la cama, observándolo mientras hablaba.
-Sí, ¿qué pasa?- preguntó, su ceño fruncido. Escuché fragmentos de la conversación, suficientes para entender que algo grave estaba ocurriendo.
Max colgó y se volvió hacia mí, su expresión una mezcla de deseo insatisfecho y preocupación. Se acercó de nuevo, su mano acariciando mi mejilla con ternura.
-Esto no acaba aquí, Isabella-susurró, su voz baja y prometedora. -Tenemos asuntos pendientes.
<< FUEGOOOOO FUEGO EN LA CUCAAAA>>
Me besó de nuevo, un beso profundo y apasionado que me dejó sin aliento. Sentí la promesa en su contacto, la certeza de que no era el final. Max se apartó con dificultad, sus ojos aún fijos en los míos.
-Tengo que irme_ dijo, su voz llena de pesar. -Pero volveré pronto. Espérame.
<< ojalá y no me haga la del papá colombiano>>
Asentí, mis emociones encontradas mientras lo veía salir de la habitación. El silencio que dejó a su paso era ensordecedor, pero la calidez de su último beso aún ardía en mis labios. Me dejé caer en la cama, mi mente aún aturdida por lo ocurrido, esperando su regreso y lo que vendría después.
El sonido de la puerta cerrándose resonó en el silencio de la habitación, dejándome sola con mis pensamientos. Me quedé tumbada en la cama, mirando el techo, tratando de calmar el torbellino de emociones que me invadía. La pasión de los últimos momentos con Max aún ardía en mi piel, pero ahora el vacío de su ausencia se hacía notar con fuerza.
Me levanté y empecé a caminar por la habitación, observando cada detalle. Las paredes, los muebles, la decoración... todo era tan diferente de lo que estaba acostumbrada. Nada de esto me recordaba a la vida que había tenido con mis padres. Aquella casa, con su frialdad y su rigidez, se sentía como un recuerdo distante, casi irreal.
Me acerqué a la ventana y miré hacia fuera, viendo cómo las sombras de la noche envolvían el paisaje. Pensé en todo lo que había cambiado en mi vida desde que conocí a Max. Las experiencias, los sentimientos, la libertad que sentía ahora, contrastaban enormemente con el control y la opresión que había sufrido bajo el techo de mis padres.
La habitación que ahora ocupaba estaba llena de calidez y promesas, un lugar donde podía ser yo misma sin miedo. Sin embargo, las sombras del pasado aún se cernían sobre mí de vez en cuando, recordándome de dónde venía y las cicatrices que aún cargaba.
-Ya nada aquí me recuerda a la vida con mis padres-murmuré en voz baja, dejando que la certeza de esa verdad se asentara en mi mente. Era una mezcla de alivio y tristeza, una aceptación de que había dejado atrás un capítulo oscuro de mi vida, pero también una confrontación con los fantasmas que aún me perseguían.
Me dirigí de nuevo a la cama, sintiendo el peso de esos pensamientos. Me acurruqué bajo las sábanas, deseando que Max regresara pronto. Su presencia era un ancla en este nuevo mundo que aún estaba aprendiendo a navegar. Cerré los ojos, abrazando la seguridad de mi presente y la promesa de un futuro diferente, sabiendo que, a pesar de todo, estaba en el camino correcto.
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Vieron que me hacen madrugar UN DOMINGO!!!
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