~Canción~
Max
Estacioné el coche frente al hospital, sintiendo una ligera tensión en el ambiente. Isabella estaba nerviosa por sus controles, y traté de calmarla mientras nos dirigíamos hacia la entrada.
-Todo va a estar bien -le dije suavemente, tomando su mano.
Ella asintió, aunque noté que su respiración se aceleraba ligeramente. Entramos al hospital y nos dirigimos al área de consultas. Mientras esperábamos, reconocí la figura de su padre cruzando el pasillo hacia nosotros.
-Isabella, querida -dijo con una voz que apenas ocultaba su desprecio-. Qué agradable sorpresa verte aquí.
Isabella se tensó de inmediato. Sentí cómo su mano temblaba en la mía. Di un paso adelante, colocándola detrás de mí de manera protectora.
-¿Qué es lo que quieren? -pregunté, mi voz firme.
-No es asunto tuyo, muchacho -respondió su padre con desdén-. Isabella, te vienes con nosotros ahora.
Antes de que pudiera reaccionar, nuestros guardias personales sacaron sus pistolas, apuntando directamente a él. La gente en el hospital entró en pánico. Gritos y el sonido de pasos apresurados llenaron el aire mientras las personas huían del lugar.
-¡Nadie se mueve! -ordenó uno de los guardias de su padre.
El padre de Isabella sonrió con frialdad y, en un movimiento rápido, quitó el seguro de su pistola y disparó. El sonido del disparo resonó en el hospital y sentí un dolor agudo cuando Isabella fue rozada en el hombro.
-¡No! -grité, intentando alcanzarla mientras caía al suelo.
Pero antes de que pudiera reaccionar, sus padres se esfumaron, desapareciendo en la confusión. Me arrodillé junto a ella, revisándola rápidamente. Afortunadamente, la herida era superficial, pero ella ya estaba entrando en un ataque de ansiedad.
-Isabella, mírame, por favor -dije desesperadamente, sosteniendo su rostro entre mis manos-. Estás bien, todo está bien.
Sus ojos estaban llenos de pánico, y su respiración se volvía cada vez más irregular. La cargué en mis brazos, buscando un lugar seguro donde pudiera calmarse.
-¡Necesito ayuda! -grité, mirando alrededor, pero el caos reinaba a nuestro alrededor.
Finalmente, logré encontrar un rincón más tranquilo y me arrodillé con ella en mis brazos, susurrándole palabras de consuelo mientras intentaba calmarla.
-Isabella, respira conmigo. Estoy aquí, nadie va a hacerte daño -repetí una y otra vez, esperando que mis palabras llegaran a ella.
Lentamente, su respiración comenzó a estabilizarse, aunque aún sentía el temblor en su cuerpo. La abracé con fuerza, prometiéndome que no dejaría que esto volviera a suceder. Nadie volvería a ponerle un dedo encima.
Cuando por fin todo se tranquilizo, nos fuimos para la casa, fue un día difícil y necesito que Isabella esté lo más tranquila posible.
Cuando llegamos a la casa subimos al cuarto y la dejé dormida,sali de la habitación y con un gesto, hize que los guardias se colocarán en la puerta.
Baje las escaleras y me diriji a mi oficina, empeze a llamar a contactos, a viejos amigos, que podrían ayudarme.
Si los padres de Isabella la querían, tenían que luchar por ella, por qué ya es mía.
Antes de salir del hospital les dije a los guardias que buscaran a los padres, tenía que actuar rápido antes de que se acabarán los tres meses.
Luego de llamar a las personas, siento como me da un fuerte dolor de cabeza, migraña, me levanto para ir a la cocina y coger un poco de agua, pero antes de llegar veo como Isabella va bajando las escaleras con mi camisa puesta, y abajo solo un corto short.
-Mi rubia, deberías de estar dormida. - le digo mientras me voy acercando a ella.
-No tengo sueño. - se escuchaba agitada, así que me apresure y la abrace.
-¿Tuviste una pesadilla?- le pregunto.
-Si. - suspira - quiero dormir contigo.
Le tomé la mano y la apreté suavemente.
-Claro, Cariño. Estoy aquí para ti.
Nos dirigimos a mi habitación y nos acostamos juntos. Apagué las luces y me aseguré de que estuviera cómoda antes de cerrar los ojos. La casa estaba en silencio, solo interrumpida por el ocasional susurro del viento.
A media noche, el sonido de la lluvia golpeando las ventanas me despertó. Unos segundos después, los truenos y relámpagos comenzaron a iluminar la habitación. Sentí cómo Isabella se removía inquieta a mi lado, y cuando un trueno particularmente fuerte resonó, se escondió entre las sábanas.
La abracé, intentando transmitirle calma a través del contacto.
-Estoy aquí, Isabella. No tienes que tener miedo -le susurré.
Pero aún podía sentir su temblor, así que decidí hacer algo que solía calmarme a mí de niño. Comencé a cantar suavemente una canción en alemán que mi madre solía cantarme:
"Weißt du, wie viel Sternlein stehen
an dem blauen Himmelszelt?
Weißt du, wie viel Wolken gehen
weithin über alle Welt?
Gott der Herr hat sie gezählet,
dass ihm auch nicht eines fehlet
an der ganzen großen Zahl,
an der ganzen großen Zahl."Traducido al español, la canción dice:
"¿Sabes cuántas estrellitas
en el cielo azul están?
¿Sabes cuántas nubesitas
cruzan todo el ancho mar?
Dios el Señor las ha contado,
que ni una sola le ha faltado
en el gran número total,
en el gran número total."A medida que cantaba, sentí cómo Isabella se relajaba poco a poco en mis brazos. Su respiración se volvió más lenta y regular, y el temblor desapareció. Continué cantando hasta que los truenos se volvieron distantes y la tormenta comenzó a amainar.
La abracé con fuerza, sintiendo su calor y agradeciendo que, a pesar de todo, estábamos juntos. En algún momento, ambos nos quedamos dormidos, con la tranquilidad de saber que, sin importar lo que viniera, nos tendríamos el uno al otro.
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( Wattpad no me deja poner imágenes, así que dejaré Canciones que nada ver, o si tienen que ver, con el capítulo 💕)
Ya tenemos horario de actualización.
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Sábado.💕De parte de todos los colombianos, un fuerte abrazo a los venezolanos, tengan fé, que todo va a estar bien🤍
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En esa cuenta subo contenido de mis libros.
Besos en las patas muak.
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🔥Amor En Candela🔥
RomanceLlevo marcas en la piel, invisibles al mirar, cicatrices que el tiempo no logró apagar. Candela, así arde el recuerdo, las llamas de un pasado que aún muerde por dentro. Fui prisionera de golpes, palabras y frío, un eco constante, un etern...