𝗘𝘅𝘁𝗿𝗮

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En el último capítulo paso 3 años, y ahora aquí pasaron 2 más desde la visita de los chicos a España

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En el último capítulo paso 3 años, y ahora aquí pasaron 2 más desde la visita de los chicos a España.











































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— Como echaba de menos esto.

— Yo igual.
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Valesk rodó por la cama aspirando el suave olor a ropa limpia que desprendía las sábanas, disfrutaba de esos momentos en los que no tenía que madrugar y podía ser una perezosa. Pero era muy bonito para ser cierto, porque cuando intentaba coger una postura cómoda para seguir durmiendo, su pie chocó con algo haciendo que la chica se extrañase porque hasta donde ella sabía, estaba durmiendo sola.

Levantó su cabeza extrañada y al mirar hacia un lado se encontró con una gran sorpresa. Felipe le miraba desde el lado derecho de la cama, que cuando conectaron miradas fue imposible que no se le escapase una sonrisa al ver a su novia recién levantada toda despeinada, echaba mucho de menos esos momentos.

— Hola —susurró intentando no romper el tranquilo silencio de la habitación.

Valesk se tuvo que clavar las uñas para ver si no era un sueño lo que estaba viendo, como muchas veces le ocurría, pero al notar el pinchazo de sus uñas sobre su palma y ver que el chico no desaparecía sabía que estaba en el mundo real. Sintió todo un revoltijo en su estómago, volver a ver esos ojos azules en persona fue como verlos por primera vez cuando entró a la universidad de los Chetas.

Pero aunque tenía ganas de lanzarse a sus brazos y soltarles miles de besos, se contuvo, contuvo hasta la sonrisa que quería escapar de sus labios.

— Ah, sos vos... Hola —con indiferencia se tumbó en la cama para estirarse, ya se le había ido todo el sueño.

Felipe ante ese comportamiento de su novia no pudo no arrugar su ceño extrañado—. ¿Y yasta? —la miró, esta le devolvió la mirada pero confusa, apretando sus labios en una fina línea aguantando la risa.

— ¿Qué más querés? —encogió sus hombros mientras se quitaba las sábanas de su cuerpo para levantarse.

— Mmm... Pues no sé boluda, por lo menos un besito o un abrazo —se quejó este mientras veía como Valesk salía de la cama y caminaba hacia su armario.

Mundos diferentes | Felipe OtañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora