Capítulo 26

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- Bere, despierta.

Berenice sintió que una mano la sacudía enérgicamente, pero le tomó varios minutos poder soltarse de las redes del sueño. Cuando recuperó algo de consciencia, identificó la voz de Gabrielle, llamándola. Recordó que estaba en su casa y que habían bebido la noche anterior para tratar de relajarse.

- ¿Qué hora es? - logró decir.

- Casi las seis - dijo Gabrielle. - Me llamó nuestro contacto... Mi hermana está detenida...

- ¿Qué? ¿No estaba en el hospital?

- No hablo de Michelle...

El sueño que Berenice tenía rápidamente desapareció y pudo ver con claridad la angustia en la mirada de Gabrielle. Ambas se apresuraron a vestirse y salir de la casa.

- ¿Y cómo fue que pasó? - preguntó Berenice.

- "La detenida estaba manejando bajo la influencia de sustancias ilícitas"... Eso fue lo que me dijeron...

Gabrielle miraba hacia el frente sin expresión alguna, pero Berenice sabía lo preocupada y exhausta que se sentía. Ya era suficiente lidiar con las acciones maliciosas de Michelle como para hacerse cargo de los problemas de Urielle. Pero Gabrielle ya no era capaz de desentenderse de tales situaciones como antes, incluso pensaba que sus acciones pasadas habían contribuido a ese desastroso presente.

- Nada de esto es tu culpa, Gab. No lo olvides.

Gabrielle arrugó la frente mientras trataba de aguantarse las lágrimas.

- Tal vez sí lo es - dijo en un susurro.

- Ellas ya no son unas niñas. Y cuando lo eran, tú también. Nunca fueron tu responsabilidad.

- Es que... ¿en qué momento todo salió mal? ¿Cómo fue que nos volvimos así?

- Tú no eres como Michelle.

- ¿De verdad no lo soy? ¿Qué hubiera pasado si yo nunca hubiera sido enviada lejos? ¿Habría seguido los pasos de nuestro padre? ¿Habría hecho todo lo que ella hizo? ¿Me habría convertido en lo que ella es ahora?

- Claro que no. Y lo sabes.

- No estoy tan segura - dijo Gabrielle mientras se limpiaba una lágrima que se le había escapado. - ¿Y qué pasa con Urielle? ¿En qué momento empezó con todo eso y cómo es que nunca me di cuenta?

- No te culpes por eso. No había forma de saberlo con lo distanciadas que están.

- Esto no debería ser así... Cuando éramos niñas, siempre estábamos juntas... Nos llevábamos mejor entre nosotras que con Michelle... Pero, de repente, ella empezó a odiarme... Y todo pareció empeorar cuando me enviaron a la clínica... Ella nunca me escribió. Y cuando volví, no estuvo feliz de verme... ¿Y ahora resulta que siempre me extrañó? Qué carajos...

Gabrielle comenzó a llorar, completamente incapaz de seguir conteniendo las lágrimas.

- No entiendo nada, Bere... ¿Por qué ahora me siento así, si antes me daba igual?

- Creo que siempre te importó. Solo que preferiste ignorarlo y dejarlo para después.

- Y "después" es ahora, ¿no?

- Porque ahora puedes con eso. Porque creciste y aprendiste.

- ¿Lo hice?

- Yo opino que sí - dijo Berenice, sonriendo. - Eres muy fuerte, Gab.

Pero Gabrielle no se sentía de esa forma. Se sentía atrapada y en peligro, completamente vulnerable y a merced del dolor y el sufrimiento. Tenía miedo, no quería exponerse a tales sentires, no después de todo lo que había tenido que vivir en aquellos años de abandono y desesperanza. ¿Cómo podía Berenice decirle que ella era fuerte? ¿Cómo podía ella confiar en esa fuerza que Gabrielle no poseía? Aun así, esas palabras le daban una inesperada pero cálida sensación de seguridad. Si ella dudaba, podía encontrar la certeza en las palabras de su amante.

Un 'Nosotras' || Good Omens || Ineffable WivesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora