| P R Ó L O G O |

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| PRÓLOGO |

━ ❝ Mi historia. ❞

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━━━ Narra Choi Na-ri.

Cuando se trata de proteger a tus seres queridos eres capaz de cualquier cosa, inclusive de acabar con la vida de aquellos que desean tocar lo más preciado en tu vida. Tal fue el caso de mi padre que lucho por brindarnos protección tanto a mi madre como a mi, su única hija.

Mi padre fue el menor de los cinco hermanos y hermanas de la familia Choi, él sabia que nunca conseguiría el total poder ni sería el siguiente en la decisión y por ello, se dedicó a vivir su vida fielmente. Habló con mi abuelo y realizó un anuncio en donde afirmaba no participar por aquella "guerra" por la sucesión, se alejó de su familia y estudió medicina, y si, se convirtió en un gran doctor. 

Conoció a mi madre quien era una enfermera y a los años se casaron, la ceremonia no fue tan ostentosa como en las de mi tíos, pero aún así, mi abuelo fue el más feliz con todo aquello. Porque algo que no sabia la mayoría, es que mi padre era el hijo que tuvo con la mujer que más había amado mi abuelo y si bien era un hijo "bastardo", nacido de una amante más, él era el hijo más amado por su padre. 

Luego estaba yo, la única hija mujer por parte de mi padre y la nieta más pequeña entre todos los nietos y nietas de mi abuelo, y como pudieron notar, la historia se repitió conmigo siendo la más querida por mi abuelo. 

Todo estuvo muy bien hasta mi cumpleaños número ocho, en donde, mi padre junto a mi abuelo anunciaron que mi padre sería el próximo sucesor del grupo Choi y por consiguiente, dueño de todo aquello que poseía mi abuelo. Tal anuncio no fue bien recibido por parte del resto de la familia y hasta ese momento no había entendido muy bien lo que aquello significaba, pero si, mi padre había ingresado a terreno enemigo. 

Una estúpida lucha por ganar el poder, podía cegar tu alma y mente con la avaricia, llegando así a cometer tales crímenes atroces. El crimen atroz fue, la muerte de mis padres. 

La noticia conmocionó a todos aquellos que no tenían idea del detrás de aquel "accidente" automovilismo que se llevó la vida de mis padre. Pero estaba destrozada, solo tenía ocho años cuando había quedado huérfana, y mi abuelo ni hablar, había perdido a su preciado hijo.

A lo lejos escuché unos pasos acercarse y era sabido de quien se trataba, nadie más que él y yo solíamos venir aquí para estas fechas. — Lamento llegar tarde, estuve algo ocupado. - Dijo parándose a mi parte para luego soltar un largo suspiro. - ¿De nuevo esas flores?.

— Eran las favoritas de mamá, los claveles y las favoritas de papá, los lirios. - Comenté dibujando una pequeña sonrisa melancólica al recordar mis momentos con ellos. - Aún no me he olvidado de las cosas que les gustaba a ambos. 

Sentí su brazo rodear toda mi espalda hasta llegar a mi hombro el cual masajeó. — Te aseguro que ellos están muy orgullosos de la señorita que te haz vuelto y de lo mucho que respetas sus memorias. 

— Somos los únicos que podemos hacerlo, al fin y al cabo, ellos solo nos tenían a nosotros. - Comenté dejando escapar un suspiro y mirando por última vez su fotografía. - Vendré a verlos pronto, los amo y extraño siempre. 

Ambos salimos del cementerio a un paso lento, hoy cumplía su décimo aniversario de fallecimiento y como tradición de todos los años, ambos habíamos venido a verlos.

Desde el fallecimiento, mi abuelo quien era el único familiar que mostraba una verdadera preocupación por mi, se hizo cargo y me llevó con él a vivir, se había convertido en mi tutor y guardián. Y digo guardián porque al ser la única hija de mi padre quien iba a ser el heredero y sucesor de mi abuelo, una vez yo cumpliera mis diecinueve años, todo eso sería mío y por lo mismo, varias personas estaban apuntando hacia mi.

Pero estando bajo la protección de mi abuelo, les resultaría muy difícil poder causarme algún daño, conociendo su carácter, nadie se atrevería a tratar de cometer un solo error en su presencia. Por lo mismo, siempre que tenia que ir a lugares, iba con un guardaespaldas quien era uno de sus hombres de mayor confianza. 

— ¿Todo esta yendo bien en la escuela?. - Preguntó mi abuelo quien veía unos documentos de la empresa, al parecer había demasiado trabajo debido a los nuevos proyectos. - ¿Na-ri?.

Miré hacia la ventana y apoyé mi cabeza en ella, al parecer pronto comenzaría a llover. — Todo esta yendo muy bien, nadie sabe quien soy, mejor dicho, a nadie le interesa y eso es lo mejor. 

Lo miré de reojo y noté como dejaba de lado todos aquellos papeles, yo me enderecé y miré en su dirección, se notaba lo infeliz que estaba con la situación. — Créeme que no estoy para nada contento con esto, pero es mejor, mientras menos personas sepan que estás en Seúl, será mejor y menos peligroso para ti.

Mi abuelo comenzó con la divulgación de que me había ido a estudiar al extranjero, usó aquello como una máscara para desviar las miradas de aquellos que anhelaban mi muerte. Pero en realidad, nunca dejé Seúl ni mucho menos el país. Me mudé a una casa de seguridad de la que nadie sabia y además, como nadie me había visto en persona o eventos oficiales, nadie conocía el verdadero aspecto de "la heredera del grupo Choi".

Dejé escapar una pequeña sonrisa y acaricié el dorso de su mano. — Abuelo, estoy bien y las cosas están yendo como acordamos hace dos años, desde que entre a Jooshin.

— Pero si llegas a tener un problema, me avisas. - Advirtió y me después me devolvió una sonrisa. - Ya llegamos, ¿puedes caminar de aquí hasta tu casa?.

— Abuelo, no es la primera vez que hago esto y además, todas las cámaras de la calle están siendo monitoreadas por tus hombres. - Reí y agarré mi bolso. - Nos vemos en nuestra próxima cita, cuídate.

El auto de mi abuelo desapareció velozmente y yo comencé a caminar hasta mi casa, miré todas las cámaras mientras cruzaba la calle principal y una vez ingresé a mi hogar, fui recibida por la seguridad que había contratado mi abuelo y por la empleada domestica, quien me conocía desde que era una bebé.

Me quité mis zapatos para cambiarlos por mis pantuflas para andar por la casa y mire a todos con una sonrisa. — Ya regresé. - Anuncié y estos me devolvieron una gran sonrisa. -

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𝐉𝐄𝐑𝐀𝐑𝐐𝐔𝐈́𝐀 [𝐛𝐨𝐲'𝐬]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora