𝐉𝐄𝐑𝐀𝐑𝐐𝐔𝐈́𝐀 [𝐛𝐨𝐲'𝐬]

| C A P I T U L O [XXVI] |

| CAPITULO [XXVI] |

━ ❝ Brindis. ❞

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━━━ Narra Choi Na-ri.

La noticia de la gran fiesta organizada por la cabeza de la familia Choi se divulgó rápidamente. Estaba publicada tanto en páginas de internet, como en redes sociales y en las noticias, todos los días se hablaba de lo mismo. 

Y es por lo mismo que al llegar al lugar nos vimos rodeados por una gran cantidad de reporteros. El cuerpo de seguridad de mi abuelo nos ayudo a bajar del auto y nos protegieron durante todo el recorrido a la puerta del lugar. Una vez dentro mi abuelos les brindo un saludo sutil a todo y seguido, ingresamos al lugar.

— Eran demasiados. - Comenté suspirando mientras giraba hacia mi abuelo, quien aun se encontraba sonriendo. - 

— Te acostumbraras. - Respondió y extendió su brazo hacia mi. - Vamos, seguro ya nos están esperando.

Después de soltar un suspiro, debido a mis nervios estúpidos, agarré su brazo y juntos comenzamos a caminar. — Yo hablare, tú solo debes de disfrutar la velada. - Comentó a lo que yo solo me limité a asentir en silencio. - Después de hoy, nadie te podrá tocar, lo prometo.

— No hace falta que seas tan serio. - Sonreí y continue caminando. - Sé que cumplirás tu palabra.

Tuvimos aquella pequeña charla hasta que llegamos a la puerta, en donde del otro lado se encontraban todos los invitados de mi abuelo y también, en donde se encontraban aquellos que seguro no estarían contentos con todo esto. 

Del otro lado anunciaron nuestra presencia y seguido abrieron las puertas, ambos comenzamos a caminar aún agarrados de la mano, ganando la mirada de todos sobre nosotros. Mi abuelo comenzó a saludar a cada uno de los invitados quienes se les acercaban y aquellos que ponían la mirada sobre mi, solo les dedicaba una sutil sonrisa. 

— Me encantaría seguir conversando, pero debo hacer algo. - Habló mi abuelo disculpándose con todos aquellos hombres y mujeres bien vestidos, mientras daba pequeñas palmadas a mi mano. - Na-ri, vamos. - Sonrió y caminamos hacia la parte del centro. -

Estando allí, noté como comenzaron a acomodar el micrófono que se encontraba en el medio y al mismo todos volvían a sus lugares. Noté a mis "familiares" quienes tenían aun expresión amarga y es más, ni se acercaron a saludar. A lo lejos también vi a aquellos amigos de mis padres quienes, a diferencias de mi "familia", se encontraban muy sonrientes. 

— Bueno, ¿me escuchan bien?. - Habló mi abuelo a través del micrófono y sonrió. - Antes que nada, les voy a agradecer a todos nuestros socios, allegados y familias, por estar presente esta noche.

Todas las miradas se pusieron en él y mientras algunos estaban serios, otros le sonreían en respuesta a lo que hablaba. — Se que la mayoría no entiende el motivo de la reunión en si, y que no fui muy claro en las invitaciones de todos, por ellos, me disculpó. - Comentó mirando a todos. - Pero deseaba que todos me acompañen en este día muy especial, no solo a mi, sino que a mi querida nieta también. 

Dicho aquello extendió la mano hacia mi y me hizo un par de señas para que me acercara, y eso fue lo que hice. — La mayoría no la conocen, pero ella es la única descendiente de mi querido hijo, Don-yun. - Siguió su discurso sujetando mi mano con fuerza. - Él dejó este mundo y aunque por un momento sentí que lo había perdido todo. - Se detuvo por un momento y me sonrió. - Dejó en mis manos a su más preciado regalo, mi querida nieta, Na-ri.

Desvié mi mirada hacia el resto de los invitado y la mayoría tenía una expresión de sorpresa, al parecer, ni siquiera se hacían una pequeña idea de todo esto. 

— El motivo de esta reunión, es el cumpleaños de mayoría de edad de ella y además, para oficializar que ella será la futura sucesora del grupo. - Anunció usando un tono serio y mirando fijamente hacia el frente, como si estuviera decidido. -

— ¡Padre!. - Gritó uno de mis tíos.- 

— Ignorando la imprudencia y la falta de respeto de mi hijo mayor. - Exclamó mirándolo fijamente, con un tono de voz muy molesto. - Repito, mi nieta menor se convertirá en la sucesora del grupo Choi. 

Dicho eso, volvió su mirada hacia mi y seguido me entrego el micrófono, ahora era mi turno. — Buenas noches a todos, para los que aún no me conocen, me llamo Choi Na-ri y soy la única hija de Choi Don-yun, el anterior heredero del grupo Choi.

— En el día de hoy me encuentro viendo caras conocidas y otras que son mi primera vez viéndolos, pero si me dan algo de tiempo, prometo aprenderme el nombre de cada uno de ustedes. - Comenté sonriendo. - Porque como me enseño mi abuelo, cada uno de ustedes, nuestros vasallos, son importantes e indispensables para el grupo Choi.

Tenía estudiado todo esto y eso gracias a Hyun, quién sabia que a último momento solo diría un "Gracias por venir". Se tomó el tiempo por escribirlo y encontrar las palabras correctas, para que yo diera una buena impresión.

— Con el permiso de mi abuelo, quiero ofrecer un brindis en memoria de mi padre. - Comenté agarrando una de las copas con champagne que me estaban ofreciendo. - Porque, más allá de que hoy cumpla años, es un buen momento para recordar aquella persona que se fue y el día de hoy, pocos recuerdan.

Mi abuelo se paro a mi lado con una copa en mano y seguido la levanto. — Brindemos por mi querido hijo Don-yun, y también brindemos deseándole un feliz cumpleaños a mi querida nieta, Na-ri.

Después de decir aquello todos se pusieron de pie para luego levantar sus copas y a la par de nosotros, la levantaron brindando todos juntos. Luego de eso, nos sentamos en una mesa en la que se encontraban todos aquellos hombres y quienes, muy orgullosos, me felicitaron por mi cumpleaños.

Seguido se acercaron personas nuevas a mi, y lo mismo que el resto, me felicitaba por mi cumpleaños. Mi familia se mantuvo al margen y en especial aquel hombre, del cual, todo nosotros sabíamos que había ocasionado aquel evento que por poco, me cobra la vida.

— Nunca antes la había visto sonreír tanto como ahora. - Comentó Hyun caminando atrás de mi, protegiendo en cada momento a pedido de mi abuelo. -

— Haz silencio. - Contesté saludando al resto de invitados con los que me cruzaba. - No tienes ni idea de lo que me duelen las mejillas. 

— Debe soportar solo media hora más, luego la llevaré a su verdadera fiesta de cumpleaños. - Contestó sonriendo. -

Era verdad, ahora tendría que irme a la fiesta aparte que habían organizado. — Deseo verlo de nuevo rápido. - Pensé. -

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