| C A P I T U L O [XXII] |

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| CAPITULO [XXII] |

━ ❝ Ella no eres tú. ❞

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━━━ Narra Choi Na-ri.

Me tomó por sorpresa que él estuviera aquí y de verdad que agradecía que mi abuelo ya se había retirado, si no, no habría podido salir para atenderlo. Le dije a Hyun que lo hiciera ingresar y lo llevará a la sala, pero aunque é se negó porque quería que descansara, acató mi orden. 

Rápidamente me cambié la ropa que tenía desde que salí del hospital y una vez "presentable", fui hasta donde él se encontraba. Se encontraba mirando unas fotografías de mi cuando era niña, y en ella, estaba junto con mis padres. 

— Ellos son mis padres. - Dije y se dio la vuelta asustado. - Hola, tanto tiempo.

— Na-ri. - Dejó aquella foro en su lugar y me miró fijamente. - 

— Sé que me veo fea y algo demacrada. - Comenté riendo. - Traté de arreglarme pero. 

Antes de poder continuar me interrumpió dándome un fuerte abrazo, escondió su rostro en mi cuello y comenzó a acariciar mi cabello. — Ese día. - Dijo. - Cuando te vi, pensé que te iba a perder. 

Poco a poco me alejé de él para poder mirarlo a los ojos, y si, sus lágrimas estaban deslizándose por su mejilla. Al verlo así mi corazón se estrujó y inconscientemente dirigí mi mano a su mejilla para limpiar aquellas lágrimas.

— ¿Me viste?. - Pregunté y él asintió con la cabeza. - No debe haber sido una escena muy agradable.

— Al verte en los brazos de Kim Ri-an corriendo, me hizo seguirlos. - Comentó. - Al entrar a la enfermería pude verte y estabas cubierta de sangre, pensé que ese imbécil te había hecho algo.

— No lo golpeaste, ¿o si?. - Pregunté y de nuevo asintió. - No deberías de haberlo hecho, él solo me estaba.

— Ayudando, lo sé. - Completó interrumpiendo y por su expresión no pude evitar sonreír. - Pero en ese momento no lo supe, solo me dejé llevar por la preocupación, por ti. 

Su última confesión hizo que todo dentro mío temblara, el que me mirará así y agarrara mi mano, todo eso hizo que sonriera como una estúpida. — Pero ya no debes de preocupar, estoy bien y ahora solo queda seguir las indicaciones del doctor. - Comenté. -

— Pero, ¿estás enferma?. - Preguntó. - 

Decirle que mi tío intento matarme usando veneno en la comida que me sirvieron en la escuela, aunque fuera la verdad, sonaba muy loco y no era una opción. — Si, pero ya esta todo controlado. - Respondí. -

— ¿Y cuándo volverás a la escuela?. - Preguntó. -

— Estoy en un interrogatorio y no lo sabia. - Comenté riendo y él también rio. - Respondiendo, no sé cuando volveré pero será dentro mucho.

Al decir aquello, cambió su expresión a una de confusión. — Mi tratamiento es muy riguroso y tal parece que tendré que ir a otro lado para verme con otros especialistas. - Comenté. - Lamento decirte esto, pero estarás solo por un buen tiempo. 

— Eso. - Agachó la mirada. - 

— Pero estarás con Jae-yi. - Agregué. - 

— Ella me gusta pero. - Me miró. - Ella no eres tú.

Auch. Aunque su reciente comportamiento me hizo tener ideas completamente erróneas, muy en el fondo sabía que la única en su corazón era ella. — Señorita. - Esa era la voz de Hyun. - Debe volver a la cama.

— Hyun. - Me di vuelta para mirarlo. -

— Ahora mismo va. - Contestó Kang Ha y ahora él se ganó mi mirada. - Tienes que descansar para mejorarte, ve.

— Pero. - Intenté hablar pero ahora me encontraba empujando hasta Hyun. -

— Quiero que mejores. - Dijo poniéndose al lado del mayor. - Sé que no hace falta que se lo diga, pero por favor, cuídela.

— Es mi deber. - Respondió Hyun y mi amigo sonrió. -

— Contesta mis mensajes y llamadas. - Empezó a alejarse. - Sé la salida, tú ve a descansar. 

Después de perderlo de vista, me encaminé hacia mi habitación y luego de cerrar la puerta quedando sola, me desplomé sobre mi cama. Tenía muchos pensamientos y la mayoría era sobre las posibles situaciones que se darían una vez me fuera de aquí, pero al recordar el abrazo con Kang Ha y mis sentimientos de ese momento, todo aquello se esfumó. 

Creí que lograría un avance pero cada que estaba a su lado, lo poco que había logrado, se convertía en un intento inútil. Aunque igual no tenía muchas esperanzas, digo, era muy difícil de olvidar a alguien que amas en tan solo cuestión de días. 

A la mañana siguiente, junto con la ayuda de la señora Hye, empaqué algunas de las cosas que necesitaría y sabia que en nuestro destino, no conseguiría. Tenía que tener en cuenta los días que faltaban para mi cumpleaños y por lo mismo, para no ir tan cargada con mis maletas para utilizar durante tres semanas, supuse que allá me compraría más.  

— ¿Estás lista?. - Preguntó mi abuelo al verme. -

— Si, las maletas ya están en el auto. - Contesté. -

Ambos no subimos en el auto de vidrios polarizados y una vez Hyun se subió en la parte del copiloto, partimos hacia el aeropuerto. — Me dirán nuestro destino, ¿o debo esperar a llegar allí?. - Pregunté mirando por la ventana. - 

— ¿Recuerdas esas fotos de tus padres?. - Preguntó ganando toda mi atención. - Aquella en las que están en una especie de cabaña.

Algunos recuerdos inundaron mi mente, y si, esas fotos eran durante su luna de miel. — Iremos allí. - Sonrió. - Esa cabaña es una de las herencias que ellos dejaron para ti. 

— Siempre me gustaron los lugares así, lejos de la ciudad y rodeado de naturaleza. - Comenté sonriendo. -

— Eres igual a tu padre. - Río y tomó mi mano. - 

Soltó un largo suspiro y al verlo así, me afirmé en su hombro. — Quisiera llevarte a otro lugar, que conozcas lugares más caros y que toda chica de tu edad le gustaría pero, prometo que una vez todo esté bien, iremos juntos. - Lo miré. - Aunque un viejo no sea la mejor compañía para una señorita tan linda.

— Abuelo. - Dije riendo y me alejé de él. - ¿Acaso quieres que vaya con un chico?. 

— No. - Su sonrisa se borró y me miró seriamente. - Eres una niña, no puedes. 

— Pero abuelo. - Reí aún más al ver su reacción. - Mi papá me hubiera dejado. 

— ¿Tu padre?. - Preguntó y negó repetidas veces con la cabeza. - Ese hombre era el más celoso del mundo, cuando se enteró que ibas a ser niña, solo se imaginaba el momento en que tuviera que dar tu mano. 

Así fue como durante el camino y durante el viaje a nuestro destino, íbamos a hablando de cosas de cuando era un bebé y no tenía noción de las cosas. Aunque había escuchado miles de veces las mismas historias, siempre eran los mismos sentimientos y no podía evitar sonreír. Era como si estuviera viviendo aquellos momentos. 

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𝐉𝐄𝐑𝐀𝐑𝐐𝐔𝐈́𝐀 [𝐛𝐨𝐲'𝐬]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora