𝐉𝐄𝐑𝐀𝐑𝐐𝐔𝐈́𝐀 [𝐛𝐨𝐲'𝐬]

| C A P I T U L O [XXXII] |

| CAPITULO [XXXII] |

━ ❝ Verdad. ❞

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━━━ Narra Kang Ha.

Nunca antes me había sentido así. No estaba haciendo nada malo, pero ni aún así me podía acercar a ella. Era la primera vez que la veía después de tanto tiempo, y de verdad que estaba feliz de que por fin estuviera aquí, de que estuviera sana. Pero no pude.

Evité cruzar miradas con ella y me alejé de allí, pasé por medio de la multitud y una vez estuve en un lugar apartado, me apoye de espaldas en una pared. — ¿Qué mierda estoy haciendo?. - Pregunté. -

— La vas a decepcionar si no te acercas. - Desvié mi mirada hacia a un costado y me encontré con aquella fastidiosa persona. - Digo, eran amigos antes de que se fueran, ¿cierto?.

— Metete en tus asuntos, Woo-jin. - Contesté para luego mirar en dirección a ella. - 

La música no llegaba del todo en el lugar en el que estábamos, y por lo mismo, llegué a escuchar su fastidiosa risa mientras se apoyaba a mi lado. — Lo haría, si no fuera porque mi competencia aún no a realizado ningún movimiento. 

— Creí haberte dicho que no estaba para nada de acuerdo con eso. - Al decir aquello lo miré de reojo mientras apretaba la mandíbula. - 

— En ese caso, será trabajo fácil para mi. - Exclamó utilizando un tono de voz bastante molesto para mi gusto. - Como Ri-an no dijo nada aquel día, concluí que no estaba del todo interesado en ella y estaba contento, porque solo seríamos tu y yo. 

Se alejó de la pared y se paró en frente mío con las manos en sus bolsillos, sonriendo "triunfante". — Pero con lo que acabas de decir, supongo que solo estoy yo. - Dijo. - 

— Escucha, imbécil. - Ahora era yo quien se alejaba de la pared y lo miraba fijamente. - Ella no es un juego, te lo he dicho. 

— ¿Quién dice que es un "juego"?. - Preguntó arrugando su entrecejo enfrentándose a mi. - Lo he dicho antes, ella me gusta y de verdad. 

— No puedo creerte. - Argumenté dándole la espalda mientras me iba de allí. - No eres la mejor persona para estar con ella, así que aléjate.

— ¿Y tú si?. - Preguntó aquello haciendo que detuviera mi andar. - Sé que ella se confesó a ti, pero la rechazaste por Jae-yi, perdiste tu oportunidad. 

— Aunque haya sido así, no te hace mejor que yo para ella. - Contesté mirándolo por sobre mi hombro. - No estoy fuera, que eso quede claro. 

Después de aquella noche quede totalmente inundado de pensamientos. Sabia que las cosas que había hecho antes hicieron que sus sentimientos cambiaran hacia mi, pero aún me quedaba la pequeña esperanza de que no fuera así. De que algo de esos sentimientos aún hayan quedado con ella, y de esa forma, tener la oportunidad de estar con ella. 

Su regreso a clases y mi primer encuentro no fue lo mejor, y tengo que admitirlo que fue en mayoría mi culpa. No entendía porque la evitaba, quizás era mi cargo de conciencia diciéndome que me alejara o no se, pero al llegar la noche, me arrepentía. 

Estaba tan confundido con mis sentimientos que no sabía muy bien que hacer y actúe imprudentemente. La seguí, le di su regalo de cumpleaños, le confesé lo mucho que la había extrañado y inclusive la abracé. Si, fui imprudente, pero eso solo hizo que me diera cuenta lo mucho que ella me importaba y lo mucho que no quería perderla. 

— Dime, ¿era necesario que viniéramos tan tarde?. - Su pregunta hizo que soltara una pequeña risa. - No estoy jugando.

Después de la "salida" que tuvimos con los otros dos individuos, sentí la necesidad de salir a solas con ella y además, porque antes nunca se había dado una oportunidad como tal. Entonces, al regresar juntos le sugerí salir al día siguiente y ella acepto. 

— Si es necesario. - Respondí sonriendo. - De esta forma, será más fácil perder a tus guardaespaldas. 

— ¿Sabes que nos vienen siguiendo?. - Preguntó algo sorprendida a lo que asentí. -  

Ambos continuamos caminando por el parque, y a decir verdad, la noche no podía estar más linda. La luna estaba en su punto máximo y corría una brisa fresca, prácticamente era el mejor escenario que se podía tener en el verano. 

Me encontraba hablando y al dirigir mi mirada hacia ella, noté que tenía su atención centrada en los puestos de comida callejera, y lo tenía que admitir, se veía demasiado tierna. — Na-ri, ¿deberíamos comer algo?. - Pregunté llamando su atención. -

— Hace demasiado tiempo que no puedo disfrutar de la comida callejera. - Comentó y volvió su mirada en aquella dirección. - Vamos. - Dijo sonriendo. - 

Luego comer unas salchichas junto con unas bebidas, nos sentamos en una banca vacía y de la cual, se podía apreciar perfectamente al río que se encontraba cerca. — La noche esta muy linda. - Comentó y yo la miré. - Gracias por invitarme a salir.

— Gracias a vos por aceptarme la salida. - Respondí y ambos sonreímos. - Creí que esto seria mejor que la salida de ayer. 

— Ni me la recuerdes, sentía que en cualquier momento se golpearían. - Comentó desviando su mirada al frente. - 

Ambos nos quedamos en silencio y disfrutamos del ruido del agua, solo hasta que decidió hablar de nuevo. — Ustedes, ¿desde cuando se llevan bien?. - Preguntó. -

— No te confundas, no nos llevamos bien, ellos dos pueden que si pero yo con ellos no. - Aclaré. - Solo nos hablamos por una única cosa, o más bien, una única persona que nos une.

Al decir lo último, yo ya me encontraba viéndola, cada detalle de su rostro los cuales me resultaban tan delicados. Y quizás, al decir aquello le causó curiosidad, ya que, ahora ambos nos encontrábamos mirándonos. — ¿Quién?. - Preguntó. -

— Tú. - Dije. - Tú, Na-ri.

Ambos nos quedamos nuevamente en silencio. Su razón la entendía, quizás se encontraba procesando lo que había dicho antes, lo único que esperaba es que no se enojara ni nada por el estilo. Porque no lo soportaría, de verdad. 

— Kang Ha. - Nombró. - ¿Recuerdas que antes te había investigado?.

Escuchar su pregunta me hizo recordar la primera vez que descubrieron mi mentira, la primera y única vez que me había molestado con ella. En respuesta, solo me limité a asentir. — Mi abuelo, te investigo.

— ¿Qué?. - Pregunté. -

— No lo tomes a mal ni nada, de verdad. - Continuó dirigiendo toda su atención a mi. - Pero, ¿cuándo me dirías que tu padre es alguien tan importante?. 

Su pregunta me tomó por completa sorpresa. Nunca esperaba que esto fuera descubierto, es más, creí que ese viejo guardaría bien toda la información que nos unía. 

— Conoces a Tae-ho, ¿verdad?. - Pregunté y ella asintió. - Mi situación es la misma, soy un hijo bastardo.

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