𝐉𝐄𝐑𝐀𝐑𝐐𝐔𝐈́𝐀 [𝐛𝐨𝐲'𝐬]

| C A P I T U L O [XXXIV] |

| CAPITULO [XXXIV] |

━ ❝ Confesión. ❞

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━━━ Narra Kim Ri-an.

Crecí en un mundo en donde el amor y los sentimientos no eran importantes. Solo se valoraba el nivel de jerarquía de las familias para unirse mediante el matrimonio y dar a luz un heredero, era algo que la mayoría creía ambiguo pero no, para estas personas era algo normal.

Mis padres se casaron por conveniencia de sus grupos familiares y para asegurarse de todo, tuvieron a un heredero, yo. Desde pequeño vi muchas cosas cuestionables y a medida que fui creciendo me di cuenta que eso no era lo que yo quería para mi. Por un momento considere nunca casarme y hacer las cosas que me correspondían como heredero, pero al entrar a la escuela Jooshin, todo cambió.

Jung Jae-yi fue la persona que cambió mi parecer, y quizás era porque ambos estábamos en la misma situación que pudimos comprendernos y de esa forma, logramos estar juntos. Tuvimos nuestros mejores momentos y por ella, estaba dispuesto a todo. Pero no sabía que las cosas nunca saldrían como queríamos.

Pasaron demasiadas cosas y sé que las mayoría de mis actitudes fueron comestibles, pero solo buscaba que ella fuera feliz. Pero la perdí.

Después de ella pensé que nunca más volvería a desear estar con alguien, pero una vez llegó Choi Na-ri a mi vida, las cosas cambiaron. Pasó lo que pasó, la trate mal y después de todo, aquel día que la vi en aquel estado, confirmé que lo que más deseaba era protegerla y desear que estuviera bien. 

En su ausencia, iba a aquel lugar casi diario. Allí pensaba en muchas cosas y inclusive en ella, porque estaba demasiado preocupado y no fue hasta que me enteré que estaba de vuelta que sentí una felicidad inexplicable.

Intenté ir a su fiesta de cumpleaños pero dado a que tenía una reunión se me complicó. Esa noche hice lo posible para poder llegar y aunque fuera tarde, llegué al lugar. Casi no habían muchas personas conscientes en el lugar dado al alcohol que traían encima y aunque me fue difícil, logré verla a la distancia.

— ¿Ri-an?. - Escuché a mis espaldas y al ver de reojo, noté que era Woojin. - ¿Y tú reunión?.

Lo saludé con un gesto con la cabeza y volví a centrar mi atención en ella.  — La terminé un poco antes. - Contesté. - 

Había olvidado el hecho de que ahora no era el único que se encontraba sintiendo cosas por ella, que también estaban Woojin y Kang Ha en mi misma situación. — ¿Hablaste con ella?. - Pregunté. -

— Tranquilo que no me adelanté a nada. - Respondió parándose a mi par. - Ni dejé que Kang Ha lo hiciera, y lo mismo va para ti. 

Nuevamente me encontraba mirándolo de reojo y él a notarlo, soltó una risa. — Hay que estar iguales, nadie se le adelanta a nadie. - Comentó. - Pero si no estas interesado en ella, no habrá problema con eso y solo tendré que preocuparme por Kang Ha.

Continué en aquella fiesta y aunque quería acercarme a ella, teniendo a Woojin a mi lado, me era completamente imposible. Cuando la fiesta estaba culminando, decidí llevar a mi amigo a su hogar y como era algo normal entre nosotros, acepto gustoso. 

— Estoy dentro. - Dije. -

— ¿Qué?. - Preguntó algo extrañado. - ¿De qué hablas?. 

— Que estoy dentro. - Repetí y puse mi mirada sobre él. - Me gusta Na-ri.  

Al decir aquello estaba bastante sorprendido y lo entendía, pero desde aquella noche él cuido cada uno de sus movimientos y inclusive, casi no hablábamos de nada que tuviera que ver con Na-ri. 

Me enteré de cada movimiento de ellos dado a mis informantes y sentí que me estaba quedando demasiado atrás, pero es que me resultaba imposible hacer este tipo de cosas. Tenía pensado hacer muchas cosas con ella, intentar conocerla mejor y dado a los metidos de aquellos dos individuos, me era imposible. 

— ¿Na-ri?. - Pregunté. -

Al escuchar su nombre se dio la vuelta en mi dirección y si, era ella. — Ri-an. - Pronunció algo sorprendida. - No sabía que también estarías aquí.

— Es una fiesta de los dueños de cada grupo junto con sus herederos, era obvio que estaría, ¿no crees?. - Comenté mientras caminaba hacia ella. -

Estando en frente de ella, desvié mi mirada hacia aquellos hombres que se encontraban escoltándola y inclusive, a aquel hombre con el que me encontré aquel trágico día. — Me alegra saber que tu abuelo te cuida demasiado. - Dije. -

— Mi abuelo. - Dijo agachando la mirada y soltando una sonrisa. - Mi abuelo es el único de mis familiares que se preocupa por mi bienestar, el resto ya lo debes de saber. 

Terminé asintiendo ante sus últimas palabras, porque si, fue testigo de lo que eran capaz para poder cumplir y saciar con su codicia.

— ¿Estás reuniones son siempre así de aburridas?. - Preguntó mirando alrededor. -

También alcé la mirada y si, solo había personas mayores de edad y si bien estaban aquellos que eran los herederos de su familia, ellos también eran mucho mayores que nosotros. — Si, son aburridas. - Respondí. - Somos los únicos aquí.

— Imagino que estas acostumbrado a esto, ¿verdad?. - Preguntó captando toda mi atención. - Capaz que antes te distraías con la presencia de Jae-yi. 

— Quizás no lo sepas, pero nuestras familias se odian y por lo mismo, no nos acercábamos en estas reuniones. - Contesté mientras recordaba el pasado. - Pero no la nombres de nuevo. 

Ella me miró y noté un poco raro su semblante, ahí fue que me di cuenta el tono de voz que había utilizado con ella. — Na-ri, escucha. - Me interrumpió. -

—Esta bien, no pasa nada. - Respondió. - 

Ambos nos quedamos parado al lado del otro, en silencio y con la mirada perdida. Quería preguntarle demasiadas cosas pero simplemente las palabras no podían salir de mi boca. Ella intentó irse y un por un impulso casi inconsciente, la retuve agarrándola de la muñeca.

— Suéltela, joven Kim. - Indicó su seguridad y cumplí con lo que hice. - 

— Perdón, yo solo. - Suspiré y conecte nuestras miradas. - Quiero pasar tiempo contigo.

— ¿Eh?. - Exclamó algo confundida. - 

Me acerqué a ella y luego retuve ambas manos entre las mías, sin quitarle la mirada de encima. — Na-ri. - Pronuncié. - Me importas demasiado, y de verdad quiero conocerte mejor.

— Es muy de sorpresa, lo sé. - Continué. - Pero tengo que confesarte que desde que te fuiste, solo estuve pensando en ti y ahora mismo, no se como actuar teniéndote cerca y sin que nadie nos moleste. 

— Ri-an. - Dijo mi nombre y debería de admitir que me gusto como es que lo pronunciaba. Nunca me di cuenta lo lindo que se escuchaba mi nombre salir de sus labios. - 

— No soy el único que quiere tenerte. - Comenté. - Pero quiero que sepas que mis sentimientos son verdaderos.

Me incliné un poco, lo suficiente como para estar cerca de su oreja llegando a rozar mis labios a esta. — Me gustas.

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