La Amante.

♡ Capítulo 60

《Alexei 》

Me senté a conversar un momento con Clara, ambos seguíamos tomando una copa. Ella me preguntó si desde cuando conocía Anashia y a Sebastián. Yo, sin esconderle nada, le respondí.

—Anashia fue mi primer amor y aún sigue siéndolo.

Clara, sorprendida, tapó su boca y no dijo nada más. Sé que no fue la mejor manera de decírselo, pero a mí no me gusta esconder las cosas. Las cosas se hacen como son y se dicen como son, porque al ocultarlas pueden surgir confusiones, y eso es lo que menos deseo. No quisiera meter en problemas a Anashia por mi culpa, y no quisiera que Clara se haga una idea equivocada. No puedo aceptar tener algo serio con ella porque nunca la podré amar. Intentaría, pero sé que será difícil, y más ahora con lo que acaba  descubrir. Por otro lado, está lo que le prometí al doctor Sebastián. Si algo le sucediera a él, sin embargo, le pido a Dios que no le pase nada a Sebastián porque es un buen hombre. Aunque me duela, olvidarme de Anashia y dejarla sería lo mejor, no quiero ser egoísta.

Luego de la plática, decidp irme, me acerco a Clara y me despido de ella.

—Que pases buenas noches —me dijo dándome un beso en la mejilla—. Es triste lo que sucedió, ver al amor de tu vida con otro, pero no me lo imaginaba.

—No te preocupes, Clara. La vida es así. Y tranquila —respondí—. Yo he decidido alejarme de Anashia desde hace mucho, ella es muy buena y tu primo es el indicado.

—Lo se y veo que se quieren mucho. Pero una pregunta, Alexei. ¿Desde cuándo conoces a mi primo? Porque vi que se relacionaron bien y Anashia cuando la conociste.

—Tu primo es una buena persona y yo no me interpondría en el matrimonio de ellos dos. Lo conozco desde hace poco Anashi fue mi primer amor desde que la conocí, teníamos siete años. Desgraciadamente, mis padres me alejaron de ella. Me casé con la madre de mi hija, y hay mucho que contar, pero será en otro momento. Es hora de irme, estoy muy cansado. Mañana debo ir a la empresa, al hotel, y luego quedar contigo para hacer nuestros catálogos de venta y tener a los asociados.

—Es verdad, tienes razón. Bueno, es una lástima, pero aquí estamos. Seremos amigos.

—Así es, tranquila —mencioné dándole un abrazo y despidiéndome.

Al llegar a la casa, aparqué el coche en el garaje y subí rápidamente a tomar una ducha. Claro que estaba conmocionado y sorprendido por lo de hoy.

A veces el destino es tan cruel conmigo. ¿Cómo era posible que Clara fuera familia del prometido de Anashia? Y por otro lado, mi sorpresa fue tan fuerte al ver al niño de Anashia con un parecido increíble a mí. Solo su cabello era rojizo, pero sus ojos eran del color de mis ojos verdes, su rostro, sus facciones... ¿Era esto de verdad? De la noche a la mañana descubro que Luna no es mi hija y, a las semanas siguientes, descubro que el hijo de Anashia es mío. ¿Por qué me lo ocultó? Sé que tiene sus razones, pero pensé que el niño era de Sebastián, pero no, es mío. Doy vueltas y vueltas tratando de controlarme. Necesito hablar con ella. Ella tiene que aclararme todo esto. Sé que tuvo lo hizo por los problemas que tuvimos  en el pasado, pero el niño es mío, no necesito tener ninguna duda, por lo menos me lo hubiera dicho y quizás estuviera ayudándolo desde lejos. En fin las cosas suceden por algo.

Desperté al día siguiente con una sensación de urgencia. Me bañé rápidamente y me vestí con mi traje habitual. Me apliqué aerosol corporal y crema hidratante, asegurándome de lucir impecable. Bajé a la cocina, donde Ines ya había preparado el desayuno. Desayuné tranquilamente, pero no dejaba de mirar la hora. Tenía el deseo de llamar a Anashia o esperar que ella me llamara, pero no estaba seguro si aún tenía el mismo número. Bufé con frustración al pensarlo.