Alexei
Mi mente estaba divagando tantas cosas, más sobre lo que me ha estado sucediendo con lo que estoy sintiendo por Anashia, decirle que la amo no es suficiente, debo demostrarle que vale la pena arriesgar todo por ella, pensé que me dejaría, al haberle dicho que por ahora no podría dejar a Natalia, se que ella se siente menos al ser nada mas que la otra, cosa que para mi es mas que eso. Sin embargó necesito esperar unos meses y cuando nazca mi hijo buscare la manera de separarme de Natalia.
Eran mas de las de las cuatro de la tarde día domingo. Estacione el coche dentro del garaje, entre a la casa a lo que mi hija al verme se me acerco alegre.
-Papi te he extrañado mucho - dijo besando mi mejilla, estaba vestida con un hermoso vestido color violeta, su cabello rubio en hondas y sus ojos azules la hacían ver maravillosa. Mi hija era mi princesa, ella es radiante como la luna.
-Hija tuve muchas reuniones, pero mas tarde iremos a comprar dulces y helados - comente a lo que ella salto alegre y yo salte igual, la niñera salto con nosotros. Parece ser más madre de mi hija que la propia Natalia
-Como que te acordaste que tienes casa, esposa e hijos- me reprocha Natalia desde el otro piso.
-Buenas tardes Natalia, no empieces enfrente de la nena, podemos hacerlo en la habitación. -Replique enojado a lo que le hago un gesto a la niñera para que se lleve a mi niña al jardín, subo las escaleras y sin querer discutir decido entrar a la habitación, pero las manos de Natalia me detienen. El aire se vuelve palpable en nuestro entorno.
No quiero mas peleas y mas en su estado no es momento de discusiones, pero Natalia con sus palabras acusatoria cortan como cuchillos afilados, me empieza acusar de infidelidad y ausencia en la casa por esa razón es mi desinterés sobre ella, de echo tiene razón, nunca la amé y ella lo supo, jamás podre sentir nada, tuve un poco de cariño por ser la madre de mi hija sin embargo ni eso puede ser, esta mas pendiente de mi que de su propia hija y eso me enfurece a un más.
Cuando estoy decidido en ignorarla. Ella molesta me dice una palabra que me deja helado.
-Prefiero estar muerta antes de que me dejes - me quedo atónito por su confesión, frustrado me muevo unos pasos a lo que ella enojada me jalonea, quiero frenarla, pero sin verlo venir se suelta de mi mano lanzándose de las escaleras y cayendo al piso de abajo.
-Natalia -grite asustado, los empleados ven la escena y rápidamente deciden llamar a urgencias, veo un charco de sangre que sale de sus muslos, mi corazón se acelera, mi hijo está en su vientre y ella no le importo tirarse y amenazarme.
-Mamita- grita Luna, entrando a la sala donde ve a su madre tirada en el suelo, rápidamente la niña se acerca, pero la niñera la detiene para luego tomarla en sus brazos. Ahora esto es un daño, un dolor para mi hija. Puedo escuchar su llanto de horror mientras llama su madre. A los minutos llega la ambulancia ayudando a trasladar a mi esposa, el medico ve su pulso y aún está latente.
-Doctor como esta mi hijo.
-Esperemos que este bien, pero el sangrado no para, necesitaremos hacerle una ecografía.
Cuando llegamos al hospital Natalia aún estaba inconsciente, rápidamente entraron a la sala de emergencia. El medico me dejo afuera pero quede observando la escena en la que ellos tratando de reanimar a mi esposa.
Una oleada de preocupación invadio mi ser al ver la gravedad, Natalia abrió los ojos pero se empezó a quejar de dolor. El miedo se apodera de mi, que haría si le pasara algo a mi hijo el cual aun le faltaba por nacer, como estaría mi hija si algo malo le pasara a su madre.
La idea de que Natalia estuvo dispuesta a poner en peligro su propia vida y la de mi hijo me hace sentir el hombre mas bil y miserable, es verdad que no puedo ofrecerle amor sin embargo me hubiera contenido en decirle cosas que quizás la lastimaban.
Camino por los pasillos desesperado y abrumado al no saber nada de Natalia y mi hijo, el medico se la llevo a otra sala.
Ahora comprendo todo esto. Natalia se embarazo a propósito, ella vio su embarazo como un método de retenerme, en lugar de valorar el verdadero regalo de la maternidad.
Frustrado bajo la cabeza al darme cuenta que ella solo me ha querido tener por medio de mis hijos, sin sentir amor materno. Como pude permitir que las cosas llegaran a este punto.
Después de mas de media hora esperando al médico, este sale negando.
-Doctor como esta ella y mi hijo. - El doctor sonríe negando.
-Ambos están fuera de peligro, logramos detener el sangrado, le aplicamos una inyección para bajar la presión, el movimiento fetales ya es normal, por otro lado, ella necesita mucho reposo, por ahora nada de estrés ni enojo, debe estar tranquila, por el bien de ella y del bebe. Lo primero que pregunto fue por usted.
Increíble.
Asiento agradeciéndole por su rápida intervención. El medico me palpa el hombro para luego irse, Suelto un suspiro de alivio al saber que están fuera de peligro.
Me debo aguantar hasta que mi hijo nazca. Saco mi móvil del bolsillo y llamo a Anashia, quisiera decirle miles de cosas, sin embargo, no obstante, debo limitar eso, por otro lado no pienso alejarme de ella.
-Hola. - susurro, medio adormilada, mire la hora y ya eran más de las cinco–Alexei sucede algo, estas callado.
No sabia que decirle, pero si le decía lo que sucedió, se sentiría culpable. -Alexei me estas preocupando
-Lo siento cariño, es solo que te quería informar que estaré fuera en un viaje de negocios por unos días no podre verte hasta entonces. –mentí como un estúpido idiota.
–Está bien, cuídate mucho, espero que estes bien, y no te hayas metido en problema por mi culpa.
Suspiro abatido por tantas cosas en un día.
––Te llamare o te buscare en cuanto tenga la oportunidad.
Ella solo rio y dijo que estaba bien. Cuelgo la llamada y sin mas entro al cuarto de recuperación observando a Natalia mirar hacia un punto fijo...
Amo a Anashia como un loco, no obstante, mis hijos son primo ante cualquier circunstancia. Mi amor por ella siempre estará ahí intacto, nadie podrá cambiarlo. Por ahora solo esperar a que Natalia se recupere y mi hijo nazca sano sin defectos, por otro lodo no permitiere que mi pobre hija vea estos tipos de situaciones que puedan afectar su estado de Ánimo.
Lo siento mi querida Anashia, solo espérame un poco mas.
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La Amante.
RomanceAnashia creía que ser la otra sería una ventaja para dejar atrás las inseguridades de su pasado, pero aún no estaba segura de querer ser el segundo plato. Ser la amante es como ser un diamante oculto, difícil de exhibir.