serendipia; trueno.

epílogo.

Olivia.

Entré a la plataforma de YouTube por milésima vez en el día para verificar las visualizaciones de la canción, y sentí una electricidad en mi cuerpo al ver que la cifra en ningún momento dejaba de subir. Cada vez que entraba, cambiaba de manera muy ligera.

Al fin y al cabo no había sido tan mala idea dejarme llevar por el instinto de Tatool—mí productor—y mi novio. Tenía mucho para agradecerle.

El volumen de la música en los parlantes ambientaba el departamento de punta a punta, y el vino que me había armado con antelación ya se había perdido entre la gente. Me daba terror salir de la habitación y no saber con quién carajos iba a encontrarme. Esto de que caían de a tres famosos cada veinte minutos era algo de lo que me costaba acostumbrarme.

Mensajes nuevos empezaron a caer a mi barra de notificaciones, y saliendo de la plataforma, decidí entrar a WhatsApp al notar la hora que marcaba la pantalla.

[25/03 00:05] itooo🤍: donde estas
[25/03 00:05] itooo🤍: pq todahia no recibí mi beso d feliz cumpkeaños????
[25/03 00:06] itooo🤍: 😡😡😡
[25/03 00:06] itooo🤍: respondeme o se r pudre

Mi respuesta fue clara, concisa, y contundente; "habitación, dramaqueen".

Respondió en tiempo récord.

[25/03 00:07] itooo🤍: 🤤🤤🤤
[25/03 00:08] itooo🤍: voy
[25/03 00:08] itooo🤍: mira que ando toso colocado no m tientes

Me limité a responder a eso. Lo supe desde un principio; su deslices en el teclado donde el porro lo llevaba a teclear como un neandertal eran la evidencia.

Dejando de distraerme con la pantalla, calculé el tiempo que tardaría en llegar frenándose a sociabilizar con cada ser humano que lo frene en el camino, y me dispuse a terminar con mi labor.

Rocié de mi perfume sobre el buzo que llevaba mi huella, y doblado se la manera más prolija posible lo terminé de guardar en esa bolsa de tela que había pintado con mis mismísimas manos. Si desvalorizaba mi regalo de mucho precio emocional no voy a flaquear para tirarme del primer camión en movimiento que circule por la calle.

Decidir que carajos se le podía regalar a una persona que tiene todo lo que necesita, y se cumple todos los caprichos con su plata, me mantuvo con jaqueca durante todo el mes.

Después de muchas horas invertidas en TikTok y Pinterest, terminé cayendo en esas ideas de cornuda y el resultado terminó quedando mejor de lo que esperaba; un buzo blanco oversize, al cual le esparcí un montón besos con pintura roja en la parte de su espalda. Para que no quede tan vacío adelante, en la parte superior derecha y en letra chica escribí nuestras iniciales con esa misma pintura, y lo guardé en una bolsa de tela a la cual también le diseñé un corazón hermosísimo. Muy aestethic.

Para sumar algunos detalles, le agregué unas 5 fotos polaroid nuestras dentro de la bolsa, y cada una de ellas con la fecha del día que fueron sacadas. Tanto fotos de chiquitos, como las más recientes.

Jamás me había esmerado tanto en un regalo. No había otra evidencia mejor para notar que, definitivamente, estoy hasta las manos.

La puerta de la habitación se abrió justo a tiempo, y aunque él ya había metido medio cuerpo dentro, oculté mis manos detrás de la espalda para mantener un poco de sorpresa.

—¿Qué hacías acá solita? —consultó, marcando el ceño con sigo de diversión. Con sus ojos achinados y cristalinos noté que sus palabras habían sido verídicas, y todo lo consumido durante la noche ya estaba dando sus efectos.