40; resolución de problemas.

1.7K 50 27
                                    

@olivia.mkn vía Instagram's story.

mkn vía Instagram's story

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Olivia.

Le di un largo sorbo a mi botella de agua y me abaniqué con mis manos para tratar de recomponerme. Entre el calor, las pocas horas de sueño, y la poca ingesta de alimento, sentía que en cualquier momento quedaba seca en el piso.

Papá enseguida bajó las escaleras con un semblante bastante serio a tan temprana hora del día, y aunque venía en dirección hacia a mí para decirme algo, quedó estático a metros de mi cuerpo al observar mi rostro.

—Hija, ¿Te sentís bien? Estás pálida. —se preocupó, quizá demasiado exagerado. A pasos rápidos se acercó a mí, y me tomó del rostro para inspeccionarme los ojos y la tonalidad de mi piel. En ningún momento borraba su semblante.

—Sí, estoy bien. —suspiré, sin mucho humor, tratando de sacar sus manos de mi cara. Si bien lo sucedido a la vuelta de Miami nunca fue charlado, las cosas habían quedado flotando en el aire y solo me quedó fingir que no me sentía para la mierda teniendo todo el tiempo esa foto en mi cabeza y los mil pensamientos que lo culpaban de un ocultamiento que aún no podía descubrir.

Pelear con papá es esperar a que se nos pase el enojo y que él después con el tiempo vuelva a hablarme como si nada; a eso me tuve que acostumbrar. Ahora, después de haber estado toda la noche tratando de solucionar el puto misterio de esa mujer, me llevaba a recordar que él era una pieza fundamental en la historia y el rencor volvía. Me quería arrancar la cabeza, o el corazón.

—Voy a trabajar desde casa. Vos no estás bien. —negó, dejando su saco sobre la silla del comedor, y mi ceño se frunció en cuanto regreso hacia mí.

—Debe ser la luz, papá, no sé. —bufé—Además no dormí bien anoche. Andá a trabajar, ahora me recompongo. —insistí, rascando mi sien con frustración. Últimamente no podía tener una conversación fluida con él sin que se me salten las chispas.

—¿Por qué me querés alejar, Oli? Hace días las cosas están así entre nosotros, y no me gusta. —reflexionó, mostrando una mueca de pena, y yo me apoyé sobre la isla de la cocina para soltar un pesado suspiro.

Él me hablaba desde el comedor, sentado en una de las sillas, ya que mucha distancia entre una sala y la otra no había; apenas unos metros.

—¿Te olvidaste lo que pasó cuando volví de Miami? —arqueé mí ceja. Ahora él fue quien suspiró.

Posó sus codos sobre las rodillas, y unió sus palmas, mirando hacia cualquier parte del piso.

—Estuve mal y me disculpé, hija, y reflexioné sobre lo que me dijiste. Hace días que estoy metiendo menos días de laburo para pasar más tiempo con ustedes pero cada vez que llego vos te inventas cualquier excusa para irte. —reprochó, mirándome a los ojos, y me dolió el corazón al ver los suyos cristalinos.

serendipia; trueno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora