𝑴𝒖𝒏𝒅𝒐𝒔 𝑫𝒊𝒇𝒆𝒓𝒆𝒏𝒕𝒆𝒔 ✧⁠**⁠♡ [𝑭𝒓𝒆𝒅𝒅𝒚 𝑻𝒓𝒖𝒄𝒂𝒛𝒐]

46. Monstruo ✧⁠**⁠♡

Narra Astrid:

Ya era otro día, ya la pesadilla había pasado y aún así todavía me asaltaba el recuerdo de los cadáveres, todos los italianos muertos, el olor...

Solo de pensarlo me daban escalofríos, pero había una pregunta que estaba en el fondo de mi mente que era todavía peor, no quería recordarla pero me preguntaba una y otra vez ¿Freddy sería capaz?.

Siempre descartaba la idea pero se iba sembrando una duda en mi corazón.

Sin embargo, cuándo cerraba los ojos lo veía a él, no podía evitarlo, no sabía en qué momento me había enamorado tanto. Estaba jodida, pero me daba igual, una parte de mí solo quería llamarlo, ignorar lo que me confesó y vivir con él para siempre.

Pero nunca lo hacía, y así pasaba los días... trabajaba, dormía y volvía a trabajar.

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Estaba en mi descanso perdida en mis pensamientos, salí a la puerta de la comisaría, era un día soleado, los pájaros cantaban.
La ciudad seguía igual, como si no hubiese pasado nada.

De repente oí la puerta abrirse, supuse que sería un civil o un compañero, era Gordon.

-Hola As-. Me saludo con la mano sonriente.

-Hola James ¿Qué tal todo?- Intenté animarme.

-Bien.. bueno.. estoy preocupado por ti.- Dijo mirándome a los ojos.

"Lo que me faltaba" Pensé con sarcasmo, pero me obligue a ver en Gordon un amigo, intenté ser lo más amable que pude.

-Estoy bien, no te preocupes.

-Eso dices, pero ami no me engañas, ¿Qué ha pasado?

Estaba pensando en contárselo o no, al final era la persona más insistente que conocía, me di por vencida.

-He cortado con Freddy.- Dije, todavía me costaba decirlo en voz alta, era como si las palabras se me clavaran en el alma y me rompía.

-Oh... Yo lo siento mucho, parecías muy feliz con él, ¿Quieres un abrazo?-Dijo él y me pareció que era sincero.

-No me vendría mal, gracias James.

Nos abrazamos y la verdad es que no sabía cuánto lo necesitaba.
No estuvimos abrazados mucho tiempo, fue normal.

-Bueno, ahora tienes que seguir adelante. Centrarte en tu trabajo. ¿No?

-Sí, creo que tienes razón.- Le mire un segundo pero escuché un motor.

Era un coche deportivo negro, no lo conocía, pero mi atención se fue al coche, que a medida que se acercaba a la puerta de la comisaría disminuía su velocidad.

Gordon siguió mi mirada.

Al final pudimos distinguir al conductor, era... Era él, así de simple.

Mi corazón se aceleró, me miró un segundo y luego volvió a mirar al frente, sus movimientos noté, eran muy forzados. Al final, aceleró y se perdió por las calles.

Algo dentro de mí me dijo que saliera corriendo detrás del coche, que me subiera y no mirara atrás, pero no lo hice.

Me quedé quieta. Paralizada, como si estuviera congelada. Notaba como el corazón casi se me salía por la boca.

Gordon rompió el silencio.

-Emm, era él ¿No?

Yo asentí lentamente, pero seguía mirando al frente.