Capítulo 1

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    •Atrapada en las manos de la bestia•

Para aquellos que en el deseo extremo de poseer a la otra persona, sacrificaría todo a su alrededor, incluso el mundo.

Rose Miller.

Me levantó como puedo, mi cuerpo duele, mis manos están manchadas de sangre, mi cabeza pesa asquerosamente y mis pensamientos son un caos.

Observó a mi alrededor sin entender nada, todo está demasiado oscuro haciendo que mi visión sea nula. ¿donde estoy?, ¿qué pasó?, ¿que me hicieron?

Tantas preguntas y todas sin una respuesta clara. Lo último que recuerdo fue que no me cansé de pelear con esos tipos hasta que mis nudillos sangraron, después sentí un pinchazo en el brazo y luego, todo fue obscuridad.

Mi pobre pantalón de pijama está asquerosa y ni qué decir de mi pequeña blusa. No me dieron tiempo de nada, ni siquiera de ponerme algo más digno.

Lloró, lloro de rabia, lloro de dolor, lloro absurdamente llena de miedo, lloro hasta que mis lágrimas se secan, lloro cómo nunca.

¿Por que me sucedió esto?, ¿que es lo que harán conmigo?. No lo entiendo, no entiendo absolutamente nada. Mi pecho arde de dolor y siento mi corazón en la garganta impidiendo que me calme.

Estoy aterrada sin entender que sucede. Mi padre, mi propio padre me ha hecho esto, no lo entiendo, ¿por que me odia tanto?, ¿Tanto daño le hecho para que arruine de esta forma mi vida?, si.

-Pequeña Rose- susurra una voz áspera, profunda y potente. Doy un salto de la impresión y levantó la mirada, no veo nada más que un pequeño reflejo de alguien recostado contra la pared al otro lado de la habitación

¿Todo este tiempo estuvo viéndome?. Estaba tan sumida en entender lo que había pasado que ni siquiera me percaté de que no estaba sola. Estoy asustada, pero la curiosidad de aquella voz hace que mis mejillas me piquen.

Mis piernas se vuelven gelatinas por el miedo. La sombra se mueve lentamente. En cuánto sale a la pequeña y tenue luz me deja ver a un hombre. Un hombre en todo el sentido de la palabra.

Sus ojos grises, absurdamente profundos, no tiene emoción alguna, su cabello negro como la noche cae por su frente hasta llegar a unos cejas pobladas. ¡ Dios!, que hombre tan atractivo.

Levantó la mirada hacia él y sus ojos se encuentran con los míos. No hay nada en el, ninguna expresión, ningún sentimientos, nada. Me tenso cuando da otro paso acercándose.

Lleva un traje ajustado a sus músculos que se ven trabajados. No puedo evitar detallar su rostro, la mandíbula definida, labios carnosos, y un pequeño tatuaje aparece en su cuello cuando levanta un poco su rostro

Mi corazón se agita demasiado rápido cuando él se sigue acercando, retrocedo todo lo que puedo hasta que chocó contra la pared fría. Él aprovecha para acorralarme posando sus brazos, uno en cada lado de mi rostro

Un olor varonil y exquisito me inunda las fosas nasales haciendo que enderece mi espalda. De repente, me encuentro perdida entre su mirada e hipnotiza por su aroma.

-Apártate- mi voz sale en un susurro lleno de miedo. Sonríe de lado y alza la mano ignorando mi petición. Mis músculos se tensan bajo su acción y el terror me inunda

Cierro los ojos cuándo sus dedos se levantan acariciando mi mejilla. Quiero apartarme pero mi cuerpo parece no recibir señales de entendimiento.

-Tú piel es tan suave como la imagine- Dice con su acento perfectamente marcado. Trago con dificultad.

ARDER Where stories live. Discover now