•Renaciendo•
Un mes después.
La ansiedad cada vez es peor, me siento perdida, me siento sin fuerzas y mi mente solo piensa en algo. Solo en una cosa que me calmaría el dolor. Lo necesito, joder, necesito una sola pastilla, solo una.
Paso mis manos por el cabello y me observo en el pequeño espejo donde apenas puedo ver mi rostro. Tengo grandes ojeras, tengo marcas en todos lados y mis labios partidos. Estoy tan rota, me veo demacrada, me voy horrible y lo peor, es que Max, el me ve así.
Estoy llena de dolor, llena de ira, de pena. No puede ser. Lloro, lloro por todo, lloro de absoluto dolor. Esto es tan duro, esto es tan pesado y tan horrible que siento que voy a morir.
dos meses después.
Sesenta días encerrada, sesenta días de ansiedad, sesenta días en lo que mis pensamientos me atormentan, no he dormido nada y mi cuerpo está tan débil que no tengo fuerzas ni para levantarme de la cama.
No he querido recibir a nadie, no quiero recibirlo a él, no puedo, no lo soporto, no soporto verlo y que él me vea de esta manera. No soy diga de que él me quiera ayudar, esto es una mierda pero ¡es mi mierda!
Observó el tejado blanco, las luces son tan molestas que me hacen cerrar los ojos lentamente. De repente, contengo la respiración cuándo alguien entra en y mis alarmas se encienden.
-¿Como estás?- pregunta una voz masculina que puedo reconocer. Ruedo los ojos y me levantó abruptamente. Tiro la bandeja y todas las pastillas caen al piso
Él se mantiene calmado, se mantiene en silencio y solo me mira con tranquilidad.
-¡Como una mierda!, ¡así estoy!, ¿¡Es lo que querías oír!!. ¡Mírame!, ¡Tus putas pastillas no me sirven ni para una mierda!- escupo con ira y mis uñas se calaban en mis manos
Mi cuerpo tiembla, tiemblo por todo. De asco, de mi misma, de dolor por esta mierda. De odio, odio todo esto, odio estar encerrada, odio no poder ser normal. ¡Odio mi puta asquerosa vida!.
Tres meses después.
Siento la brisa colarse por mi cuello relajándome y refrescando mi cuerpo. Cierro los ojos con mucha satisfacción del alivio y La paz que siento ahora.
Han pasado tres meses desde que la familia Massaro me salvó de aquel infierno. Tres meses donde he tenido que luchar contra mi misma, los peores de mi vida.
Max, Emy y toda su familia me han visitado constantemente, y aunque dure días sin querer ver a alguien al final ellos, como siempre, hacen lo que se les da la gana. Me han visitado todos, y Max me contó todo lo que hicieron para salvarme. Llore como una niña, jamás me había sentido tan protegida e importante por alguien, mucho menos por tantas personas.
El sexo por otro lado, es casi mi mejor medicina. Las visitas son cada cierto tiempo, pero vamos, es Max, a él le vale mierda las reglas y eso me vuelve loca. No ha dejado de hacerme arder en sus manos, sigue follandome como un demente y necesitado cada vez que viene, y la verdad es que no puedo estar más satisfecha. Odiará sentir que me tiene lastima, pero no, para él sigo siendo la misma Rose fuerte y sedienta de él que siempre.
La ansiedad sigue, en las noches casi no puedo dormir y mis ganas de consumir muchas veces me vuelven loca, aveces golpeo a Alex o a los enfermeros, me pongo tan cegada y fuera de mi que ofendo y no me importa quien sea. Incluso lastime a Max, dándole un puñetazo en la boca, le rompí el labio y la verdad me sentí tan mal por eso, que duré sin visitas casi dos semana. Sin embargo, la fuerza de voluntad y todas las terapias, me han ayudado a controlarme. Alex dice que me falta mucho aún, pero que poco a poco saldré de esto.
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ARDER
RomancePRIMER LIBRO DE LA SAGA "AMORES PASIONALES" NO SE PERMITE COPIA DE LA OBRA. NO APTO PARA SENSIBLES. SEGUNDO LIBRO DISPONIBLE. ---------------------------------------------------------------- Vendida por su padre y secuestrada por uno de los mafioso...