Capítulo 31

3.6K 253 15
                                    

Sálvame

Maximiliano.

Aprieto mi mandíbula y empuñó mis manos clavando mis dedos con demasiada fuerza. Solté un golpe seco en la ventana tan fuerte que mis nudillos sangraron

-¡Maldita sea, Conduce más rápido!- espeto con demasiada furia.

Hace más de media hora que llevo rastreando a la pequeña mocosa que en verdad es un dolor en el culo.¿por qué demonios tiene que ser tan terca?, le dije que viniera conmigo a casa y ¿que hizo?, decidió seguirle el juego al bastardo de Leonard quien me tiene con los huevos duros.

Maldigo para mis adentros. Releo como mil veces el mensaje que me envió hace un rato diciéndome que alguien la seguía. Desde ese momento estoy como un desquiciado buscándola hasta por debajo de las piedras.

Para mi mala suerte el único que no tiene rastreador es Juan, siendo mi mejor hombre y mi jefe de seguridad, es quien, después de mi, manda a mis hombres. ¿Como demonios voy a encontrarla?.

Me paso las manos por el cabello con frustración desordenándolo un poco. Quien sea que esté haciendo esto, ya cabo su puta tumba.

-Acaban de informarme que Juan iba para la casa de seguridad!- habla Nicholas por el micro

-¡¿Que carajos esperamos para ir por ella?!, ¡Muévanse todos!- gritó con el corazón acelerado y la ira carcomiéndome los sentidos 

-¡Todos listos para atacar!- habla Sophia quien va en contra camioneta junto a Nicholas, Alex y Leonard

Maldición. Seguramente son los malditos italianos, sabia que no debía confirmar en ellos. ¡Joder!

Por mi estupidez ahora Rose está en peligro. Juro por mi vida que si le hacen un solo rasguño me llevare a todos por delante.

Solo tengo que verla joder, solo tengo que saber que está bien, que no le ha sucedido nada. O me volveré loco.

El camino es un completo silencio, tan perturbador que me hace dar bufidos y soltar maldiciones. Estoy hecha una furia, una maldita bestia deseosa con acabar con aquellas personas que intentaron hacerle esto a mi pequeña.

Mi cuerpo se tensa de inmediato cuando a lo lejos, puedo ver una camioneta. Hago un ademán para salir pero que quedó anonado cuando me percato de que es la camioneta de Juan estrellada contra un árbol. Hecha humo por todos lados y los cristales están deshechos.

Mi pecho sube y baja con demasiada dificultad. Bajo del auto sin esperar refuerzos y siento que el alma cae a mis pies cuando abro las puertas y no hay nadie. Mi corazón se detuvo por varios segundos pensando en los peores escenarios

Me acero hasta el piloto donde Juan se retuerce de dolor. Mis ojos se clavan en las heridas que no dejan de sangrar y cuando él nota mi presencia habla con dificultad

-Señor Max. Dos autos nos seguían, en un segundo impacto contra nosotros y chocamos con el árbol. Quede inconsciente por varios minutos, cuando desperté la señorita ya no estaba

-Maldita sea- solté un golpe seco contra el auto y sentí que mi cuerpo se iba quedando sin fuerzas

Mi mente no procesaba más que sus palabras. Ella ya no estaba, se la llevaron y quién demonios sabe a dónde. ¡Mierda!, tengo que encontrarla

Mis hermanos llegaron un segundo después. Sophia quedó en shock poniendo su mano en la boca mientras los otros tres empezaron a caminar directo a mi

-Llama una ambulancia.- ordenó mientras Alex revisa a Juan- ¡Quiero las cámaras de seguridad ahora, necesito que extiendan un perímetro de búsqueda al rededor y tráiganme las malditas placas de los autos!. Esta noche vamos a cazar.

ARDER Where stories live. Discover now