•Sin debilidades•
Rose.
¡Santas vacas!, ¡por las chanclas de Moisés!, ¡madre mía!, hay no puedo procesar que de verdad sea tan grade, o peor aún, que pueda entrar en mi boca sin problema. Joder, si mi madre se enterara me daría unas buenas nalgas por pervertida.
Max toma mi mano mientras caminamos por el club. Subimos hasta su oficina y allí, toda su familia está reunida.
-¡Rose!, que bueno que llegaste, tengo tantas cosas que contarte- habla Sophia dándome un abrazo, se ve muy linda esta noche, lleva un vestido verde oscuro dejando su espalda descubierta.
-¡Mi pequeño bastardo!- Saluda la señora Cassie mientras él le da un beso en la frente. Saludo a los demás mientras Max se pone cada vez más tenso, supongo que es por la reunión que empezará en un momento
-Bien, estamos todos así que es hora de poner en su lugar a esos hijos de puta. Pequeña, que ninguno de esos bastardos te intimide. ¿Claro?- habla la mujer pelirroja con superioridad mientras su esposo la toma de la cintura. Asiento con la cabeza y Max camina a mi lado hacia la sala de reuniones que queda a unas cuantas puertas
En cuánto entramos el olor a cigarro me inunda las fosas nasales. Mi mirada se encuentra con el tipo que vino la otras vez quien me observa con odio. Me tenso por la tensión que surge y tomó asiento junto a Max.
-Buenas noches, señores y señoras.- saluda con su toque italiano. Se veía con cara de pocos amigos, tomó asiento frente a mi no sin antes dejar dos armas sobre la mesa
Me obligue a levantar la mirada y mantenerme serena, estaba claro que estaba en un campo de batalla, pero también estaba segura de que nada iba a sucederme, no mientras él estuviera a mi lado.
-Pero que desconfianza Hector. Aquí nadie te ha hecho nada como para que nos recibas así.- se burla Leonard sentándose a mi lado.
-Siempre es mejor estar preparado.- afirma con simpleza- Y la verdad, no quiero tener problemas con ustedes.
-Vamos al punto entonces. ¿Donde está la mercancía?- espetó con los dientes apretados el padre de Max. Se veía realmente molesto, o, así era su rostro, no lo sé.
-Por eso vine. Ustedes eran los encargados de mandarla y hasta el sol de hoy, no ha recibido ni un gramo.- dijo mirándonos a todos con el ceño fruncido
Suelto una risilla por su cinismo. Max me explicó todo durante el camino, y este tío sí que es un verdadero imbecil. Robar mercancía está bien, pero, robarle a la familia más poderosa y dejarse atrapar, en verdad es una carta de muerte. Su mirada azul se clava en mi, la sostengo sin temor alguno, cualquier persona diría que lo estoy retando, y la verdad, es que si.
-¿Que te causa tanta gracias niña estupida?- gruñe y tensa la mandíbula- ¿Porque mierda trajeron a una puta a esta reunión?- espeta mirando directamente al hombre a mi lado
Niego lentamente con la cabeza y le dedico una sonrisa cínica.
-Ahora si tienes un problema- susurró y dejó caer mi cuerpo en el espaldar de la silla con superioridad.
Max se levanta de la mesa con los puños apretados y con la mandíbula tensa. El pobre italiano observa a su alrededor y todos los Massaro están apuntando con sus armas directamente a su cabeza. Traga grueso cuando Max llega hasta él y lo toma de la camisa levantándolo. El rubio de ojos lindos parece que se va a desmayar
-Vas a decirme quienes son tus aliados y luego besarás los putos pies de mi mujer. O ahora mismo te vuelo la cabeza.- afirma con la voz severa y profunda la bestia
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ARDER
RomancePRIMER LIBRO DE LA SAGA "AMORES PASIONALES" NO SE PERMITE COPIA DE LA OBRA. NO APTO PARA SENSIBLES. SEGUNDO LIBRO DISPONIBLE. ---------------------------------------------------------------- Vendida por su padre y secuestrada por uno de los mafioso...