Capítulo 7

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Recreación a primera persona
Realidad modificada.

Formaba parte del coro universitario y, tras semanas de caos constante, finalmente encontraba un respiro de tranquilidad. En tres días, cantaría en solitario por primera vez, y la ansiedad por el evento comenzaba a hacer mella en mí.

Verifiqué que todo estuviera en orden con el piano. Lo último que necesitaba era que se arruinara en el último momento, después de tanto esfuerzo invertido en mi actuación. Había elegido cantar "Only" de Lee Hi, pero en inglés, para darle un toque más personal a mi interpretación.

Comencé a cantar, pero no pude evitar asociar el significado de la canción con Ricardo.

Be my only one. This is the way I'll call your name, when you're next to me. Hand in hand we go, together we stay.

Me detuve un momento mientras una lágrima descendía lentamente por mi mejilla, arrastrando consigo un torrente de recuerdos dolorosos.

In the dark it pours the rains; been alone I feel afraid. Come to me beneath the shade; paint me in your brightest colors.

—Continúa —me instó mi profesor con una preocupación apenas disimulada.

I'll be better if you stay; promise me, I'll never be alone again. Now I believe, la di dadi Dada singing my story...

¿Era esa mi historia? ¡Por supuesto que no! Me faltaba mucho para ser una fracción de lo que había experimentado durante todo ese tiempo. La letra parecía una cruel ironía, un eco de las promesas no cumplidas y los sueños rotos.

I've been lost inside, just searching for love, you and I. My oh my oh my oh my baby be, my only love.

Me levanté abruptamente y me fui sin avisar. No podía contener las lágrimas que amenazaban con desbordarse. ¿Cómo era posible que no pudiera olvidar a Ricardo si ya llevaba más de un mes saliendo con otro chico?

Aunque no había formalizado nada con James, estaba segura de que sentía algo más allá del simple afecto por él. La incapacidad de dejar atrás a Ricardo, a pesar de todo, me resultaba profundamente molesta y frustrante.

Ariana: ¿Puedo llamarte?

Dylan: Sí, claro, yo te llamo.

*Llamada entrante*

Respondí de inmediato. —Oh Dylan, no sabes cuánto te extraño. Desearía que estuvieses aquí conmigo en este momento.

— ¿Qué pasa? ¿Por qué lloras? —preguntó, con un tono de preocupación genuina.

Me alejé un poco hasta un lugar donde sabía que nadie me escucharía. La noche había caído y el silencio era mi único confidente. — Ricardo no solo jugó conmigo, sino que me mintió de formas que ni siquiera sé cómo describirte. Todo era una farsa, una trama retorcida de engaños.

— ¿Cómo dices? — preguntó, sorprendido. — Parecía un buen hombre.

—No digo que sea un mal hombre, pero además de estar casado, tiene dos hijos. Y no solo eso, me dijo que terminaría con su esposa porque estaban en proceso de divorcio, y que por eso no me había dicho nada sobre su matrimonio. ¡Pero tenía dos hijos! —terminé llorando un poco, la tristeza haciendo su trabajo. — Y yo no fui más que una estúpida.

—No creo que hayas sido estúpida, solo tenías 18 años. Además, hay que admitir que el tipo está bueno; hasta yo habría quedado prendado con esos atributos —dijo Dylan, intentando darle un giro más ligero a la conversación.

—No me ayudas —reí débilmente, la ironía en mi risa como una sombra triste. — Estoy saliendo con otro chico; se llama James. Es súper atento y amable, y su familia es dueña del hospital más grande de aquí.

Antes de que el Sol Toque el HorizonteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora