IV - Pensamientos

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Minho

Estaba de vuelta en mi departamento, el ensayo había terminado hacía un rato, pero el zumbido en mi cabeza seguía ahí. Que pesado, la verdad.

La borrachera empezaba a desvanecerse, dejando a su paso ese familiar vacío en el estómago que siempre ignoro. Recordé que no había cenado, como si eso fuera una novedad. Una cena decente requería esfuerzo, y yo no estaba en modo de esforzarme. Así que opté por lo más sencillo: un cigarro en el balcón. Tremenda delicia.

Cena 10/10. Qué gran gourmet soy.

El aire fresco de la noche me golpeó la cara mientras encendía el cigarro, dándole una larga calada. Las luces de la ciudad intentaban colarse por los resquicios de mis pensamientos, pero todo seguía siendo un caos dentro de mi cabeza. Tal vez mañana amanecería con una resaca, pero eso era problema del Lee Minho del futuro, no del que ahora disfrutaba de su cena en forma de humo.

Mientras fumaba, el zumbido en mi cabeza se mezclaba con pensamientos que intentaba ignorar. Estaba lo suficientemente mareado como para no pensar en nada serio, pero, por supuesto, mi cerebro tenía otros planes.

Comencé a recordar al tipo raro que Jeongin había traído hoy, de quién sabe dónde. Seguro lo sacó de la basura. Ese con las mejillas que parecían un par de malvaviscos inflados. ¿Cómo demonios se había metido en mi mente alguien a quien apenas conocía? Era absurdo.

Para la próxima le haré caso a todas las veces que Chan Hyung me ha dicho que no beba demasiado. Seguro que por eso me pasan este tipo de cosas.

No necesitaba a ese tipo en mi vida, y mucho menos en mis pensamientos. Y además, ¿amor? ¡Por favor! Esa era la última cosa en la que pensaba. De hecho, ni siquiera pensaba en mi novia, lo cual, ahora que lo menciono, podría ser un problema, pero, eh, detalles.

Estaba con ella porque... bueno, porque sí. Pero de ahí a pensar en cosas como el amor, mejor ni mencionarlo. Seguro todo es un invento del gobierno, mi excusa. ¿Amor? No, gracias. Prefiero seguir disfrutando de mi cena en forma de humo y dejar que los problemas se ahoguen en el aire fresco de la noche.

Sonreí ante lo ridículo de todo y apague mi cigarro contra la barandilla del balcón.
Mañana, cuando la resaca me azotara como siempre, probablemente ni recordaría al tipo de las mejillas infladas, ni a mis quejas sobre el amor. Y sinceramente, prefería que fuera así. La vida ya era bastante absurda sin tener que preocuparme por un tipo que ni siquiera debería haberme importado en primer lugar.

Para que le hable.

... .

Han

Estaba tirado en mi cama, mirando al techo de mi habitación, que, para ser sinceros, parecía mucho más interesante cuando intentabas ignorar el hecho de que ya era tarde y debería estar durmiendo. Pero, ¿Quién necesita dormir cuando tienes una llamada grupal con tus amigos de siempre? Contesté el teléfono y, en cuestión de segundos, las voces familiares de Felix, Seungmin y Jeongin inundaron mis oídos. Noches como estas eran la definición de "diversión", creo.

—No entiendo por qué tenemos que ir a los ensayos de Jeongin si nunca hacemos nada divertido —se quejó Felix, y por un momento, imaginé su cara de niño culpable, con esos ojos grandes que siempre te hacen sentir un poco mal por reírte de sus quejas.

Jeongin fingió un jadeo dramático al otro lado de la línea. —¡Estoy ofendido! ¿No te diviertes viendo cómo me esfuerzo en ser una estrella? —Por la forma en que lo dijo, casi pude visualizarlo, con una mano en el pecho y la otra en la frente, al estilo "dama victoriana ofendida". Lo cierto es que, a veces, su ego podía ser un espectáculo digno de ver.

Aprendiendo a amar [Minsung]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora