XV- Lo que a veces necesitamos²

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Han


Okey, admito que se me olvidó por completo. Lo conozco bien; normalmente, cuando Jeong la caga, me inunda con una abrumante cantidad de reels absurdos, esos que me dicen que soy el mejor amigo del mundo y que, por favor, no lo odie. Pero esta vez es diferente, y me pregunto qué tan grave habra sido para el como para que decidiera llevarme a ver fútbol, y no cualquier partido, sino del único equipo que realmente me agrada. ¿Tan culpable se habrá sentido? Es raro y un poco gracioso pensar en su rostro, apurado y tratando de compensar sus errores, Tal vez se siente como si tuviera que hacer algo espectacular para remediarlo.

Pero aquí estoy, con Minho al volante, y tengo que admitir que la forma en que conduce me parece... atractiva. Va con una mano al volante, y aunque parece que va con prisa -bueno, le dije que corriera, así que supongo que eso tiene sentido-, no puedo evitar fijarme en cómo se mueve. Deja de lado el hecho de que está tratando de llegar a mi casa antes que mis amigos; simplemente se ve bien.

Mi celular comienza a vibrar con las notificaciones del grupo. No tengo que adivinar quiénes son; simplemente miro el fondo de la pantalla de bloqueo y ahí están, los mensajes de mis amigos, supongo que me distraje un poco.

Seungg

Ey

entonces si Han?

Ya estamos a unos minutos

Han J

Sisisisi

Ahí nos vemos

Lixx

Ahí un poquito de tráfico

Pero ya casi

Han J

No hay problema

.

Cierro el WhatsApp y giro mi celular, dirigiendo mi mirada al entorno. Me doy cuenta de que ya casi llegamos, y la verdad, no sé cuánto reconozcan el carro de Minho. Seguro que sí, entonces prefiero bajarme un poco antes de llegar a mi casa, así me aseguro de que no habrá miradas curiosas ni comentarios incómodos.

—Aquí, aquí, bájame por favor —le explico, señalando un lugar adecuado justo antes de llegar.

—¿Aquí? —Minho detiene el auto y me mira confundido, como si no entendiera del todo la situación obvia.

—Es que, seguro se les hará raro verme contigo —hago una pequeña pausa, buscando las palabras adecuadas—. No quiero que se empiecen a hacer preguntas incómodas que seguramente no les sabré responder, jaja —le dirijo la mirada con una leve sonrisa.

—Ah, claro —bufa, un poco resignado—. Que te vaya bien entonces.

—Sí, gracias —le toco el hombro con un gesto amistoso antes de salir del carro, sintiendo un ligero cosquilleo en el estómago, y empiezo a caminar con un poco de prisa para llegar primero a la entrada de mi casa.

Llego a mi casa y ahí está el carro de Lix, haciéndome entender que ya llegaron. Ay, Dios, mátame, porque para colmo, están dentro del carro. Los veo salir y espero que no hayan notado mi cara de "ouhshit", que seguramente se reflejaba en mis rasgos.

—Eyy —dice Jeong, y al leer la expresión de sus ojos, se le nota algo confundido—. ¿Qué hacías llegando tan tarde? —me pregunta mientras me abraza de saludo.

Aprendiendo a amar [Minsung]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora