X - Heteron't?

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Minho

Supongo que don mejillas ya se durmió, así que ya puedo sufrir del insomnio como es de costumbre. No porque no tenga sueño; sí tengo, y un poco, lo que me sorprende. Sin embargo, mi mente está llena de pensamientos que parecen cobrar vida propia. Claro, ¿qué mejor momento para cuestionarse la existencia que cuando debería estar en coma inducido por el cansancio? Tal vez el universo tiene un sentido del humor retorcido, y decide que es el momento perfecto para que me atormente con mis propios dilemas.

Vacúneme con la eutanasia, por favor, gracias. 

Y, sin embargo, aquí estoy, atrapado en un mar de pensamientos que giran en torno a una sola persona. ¿Por qué tiene esa sonrisa bonita ese todo pendejo? Es un interrogante que me persigue, como un eco en mi mente que no puedo ignorar. Cada vez que lo veo sonreír, me da un pinchazo en el pecho, como si un duende me atravesara con una flecha de confusión. No entiendo por qué me afecta tanto, por qué algo tan simple como una sonrisa puede provocarme un torbellino emocional. Él solo... sonríe. ¡Es solo una sonrisa! Pero, ¿tenía que ser tan condenadamente perfecta?

La frustración es palpable. Suelto un bufido, llevándome la almohada a la cara, como si pudiera encontrar refugio en ese suave material. Tal vez si me la pongo encima y no respiro por un rato, y de paso me muero, logre dejar de pensar en eso. Pero no, al parecer no funciona. Genial, ahora estoy frustrado y sin aire. Perfecto. El insomnio se siente como una broma cruel, como si el universo quisiera que me quedara aquí, tirado en la cama, dándole vueltas a cosas que no deberían importarme, pero que, irónicamente, sí lo hacen. Y es molesto.

Me pregunto si este insomnio tiene un propósito más grande. Quizás hay algo que el universo intenta comunicarme al hacerme pasar noches enteras despierto, sumido en mis propios pensamientos. Me encuentro en esta espiral de inseguridades, enfrentando preguntas que no tienen respuesta. Pero sí me importan. Y eso es lo que me frustra aún más. Dios, realmente me estoy escuchando. Yo, Lee Know, tratando de desentrañar lo que me está sucediendo. Este no soy yo. Ni siquiera me interesaría algo así, como lo demuestra mi ahora y afortunadamente exnovia, Momo. Así de poco me importan las cosas.

Y justo por eso estoy tan frustrado. No puedo olvidar esos pensamientos de su sonrisa o el dolor raro en el pecho. Aaaaaaaa. Me doy la vuelta para quedar mirando al techo. Maldito techo, igual de vacío y lleno de preguntas que yo. Y ahí va otra vez, esa maldita sonrisa clavada en mi mente. Es como un virus que no se va. O peor, como una canción pegajosa que no puedes sacar de la cabeza. La sonrisa de Han Jisung debería ser ilegal.

Es que, ¿Cómo describirla? Esa sonrisa de Han es un enigma, una obra de arte que se presenta en un instante, desarmándome por completo. Se le achican los ojos de una manera que parece casi mágica, como si estuviera revelando un secreto que solo él conoce. Es un juego de luces y sombras, una chispa de alegría que se apodera de su rostro. Luego, esa nariz que se arruga un poco, como si quisiera contarme que está disfrutando del momento tanto como yo, y en ese instante, surge esa atractiva, sutil y linda gummy smile que parece un maldito mochi. ¡Es tan dulce que me da ganas de lanzarlo por el balcón y de paso yo también!

Y ahí estoy, atrapado en esta espiral de pensamientos absurdos, cuestionando mi propia cordura. Y YA VEN, OTRA VEZ PENSANDO EN ESO, AAA, ME VOY A MATAR. ¿Por qué tiene que ser tan jodidamente perfecto? Es una locura que una simple sonrisa pueda provocar un efecto tan devastador en mí. Es como si cada vez que sonríe, una flecha invisible me atraviesa el pecho, dejándome perplejo y frustrado. ¿Acaso soy el único que siente esto?

Es una tortura, una batalla interna que no sabía que estaba librando. Intento concentrarme en otras cosas, pero siempre vuelvo a su sonrisa. Me pregunto si esto es normal, si todos pasan por momentos como este. O tal vez, solo estoy destinado a sufrir en silencio, atrapado en una guerra entre mis sentimientos y mi propia lógica. Ugh, el destino es un hijo de...

Aprendiendo a amar [Minsung]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora