| Capítulo 46 |

4.9K 363 731
                                    


46| Víctor

No era suficiente.

Tener un cuchillo debajo de mi almohada no era suficiente para calmar lo que estaba sintiendo.

Joder.

Cerré los ojos tratando de calmar el temblor de mis dedos. Había pasado más de dos horas desde que había llegado a mi habitación y el temblor en mis manos no cesaba.

Había probado con una ducha caliente.,

Me había cerciorado incluso de que todo estuviese en su lugar.

De que todos los posibles planes de contingencia estuviesen en su lugar, sin ningún cabo suelto que podría aproximarse al fracaso.

Se suponía que por ahora todo estaba bien, ¿verdad?

Entonces, ¿por qué cojones me temblaban las manos?

La temperatura se me había bajado.

Raramente me pasaba, pero tenía frío y el uniforme que tenía no me calentaba para nada.

No podía dormir tampoco, no podía conciliar el sueño.

Mi corazón estaba a galpoe.

Incluso inhalar y exhalar era una tarea dificultosa.

—Mierda—murmuré, arrastrando mis dedos por mis cabellos y jalándolos.

Sentir el aire entrar por mis fosas nasales era una sensación de dolor. Mis pulmones se encogían incluso.

Habíamos matado al Curtidor Humano.

Habíamos...rescatado a nuevos niños.

Estaba cerca a cumplir mi venganza contra Rayford.

¿Por qué de pronto me ponía así?

Agarré un lapicero, intentando escribir. Aproveché el silencio profundo de mi habitación para sentir mi respiración profunda y acelerada.

Traje una hoja de papel. Y empecé a escribir.

Los dedos me temblaron, y con ello, el lápiz también.

Sin esperar más, escribí.

Dévora.

Pero las palabras no salían alineadas, sino deformes.

—Joder...—apreté los dientes, cerrando los ojos y tratando de calmarme—¡Joder!—di un golpe a la mesa.

El ruido resonó por toda la soledad de la habitación.

Solté un profundo suspiro.

Sin esperar más, agarré mi celular y escribí a la única persona que podía calmarme.

Mi mujer.

Dévora.

Yo: ¿Puedo verte aunque sea un minuto?

Hice todo lo posible para que el celular no temblara con mi mano.

Me calmé por unos minutos.

Hasta que volví a escribir.

Yo: Necesito verte.

Yo: Por favor.

Joder, necesitaba verla a pesar de que habían pasado simplemente unas cuantas horas. Olerla. Sentirla. Tocarla, pero por lujuria sino por mera añoranza.

Detrás de ti (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora