𝕰𝖓𝖉𝖆𝖓𝖌𝖊𝖗𝖊𝖉 𝕿𝖍𝖎𝖓𝖌 ᵀᵒᵐᵃʳʳʸ

Capitulo 32

"¿Por qué estás vestido como un Slytherin?" -preguntó Ron Weasley, sus ojos se abrieron de par en par confundido mientras miraba a Harry.

Susan, sintiendo la tensión que se estaba gestando, supo que esto no iba a terminar bien. Los Gryffindor solían dejar en paz a Harry, pero su desdén por Slytherin no era ningún secreto. -No es asunto tuyo, sigue adelante -replicó ella bruscamente, sus dedos enderezando hábilmente la bufanda alrededor del cuello de Harry-.

"¡Apuesto a que sé por qué! ¿Esos no tienen el escudo de Malfoy? Ese imbécil pomposo etiqueta toda su ropa -intervino Seamus Finnigan, con una voz impregnada de un significado sugerente-. La capa que llevaba Harry tenía el escudo de Malfoy, así como el de Slytherin, pero estaba oculto por la bufanda.

- ¿Has ido a ver a tu novio? -bromeó Dean Thomas, moviendo las cejas hacia Harry-.

Harry, frente a los otros chicos, tenía una mirada de cortés confusión, con el ceño fruncido por un inocente desconcierto. No he visto a Tom desde ayer a la hora del almuerzo. Anoche tenía que estudiar un examen muy importante -explicó, con voz tranquila y práctica-.

Ante la respuesta de Harry, los tres chicos levantaron las cejas, sus expresiones eran una mezcla de sorpresa y curiosidad. -¿Cómo?

Susan agarró la mano de Harry con firmeza y lo apartó del grupo. "Vamos, Harry, dejemos atrás a estos idiotas", instó, con un tono protector en su voz mientras se retiraban de la escena.

Durante el resto de la clase, Susan no pudo evitar notar que el trío susurraba detrás de sus manos, ocasionalmente lanzando miradas curiosas a Harry y sus accesorios con temática de Slytherin. No pasó mucho tiempo antes de que la mayoría de los estudiantes de Gryffindor se unieran, sus murmullos se convirtieron en una colmena de chismes, como si estuvieran participando en un debate secreto. Al estrechar la mano de Harry con más fuerza, Susan sintió una creciente sensación de inquietud.

Entonces, llegó el momento. Hagrid, que siempre favoreció a Harry, a menudo lo llamaba al frente para demostraciones prácticas, especialmente porque las criaturas parecían tener una afinidad instantánea con él, incluso las más temperamentales como los hipogrifos honorarios. Cuando Harry extendió la mano para acariciar suavemente a la criatura, un fuerte jadeo de Parvati Patil llamó bruscamente la atención de Susan. Los ojos de la chica estaban muy abiertos, aparentemente paralizados en algo específico: el guante de Harry.

La mirada de Susan la siguió, inicialmente desconcertada, hasta que un rayo de luz disperso reveló lo que la otra chica había notado. El flexible cuero negro del guante estaba intrincadamente bordado con hilo negro brillante. Fue entonces cuando lo reconoció: el único emblema de la familia 'S' que no era de Slytherin, pero que era lo suficientemente significativo como para llamar la atención de cualquiera en Hogwarts.

Solo alguien con buen ojo para la moda, como Parvati Patil, se habría dado cuenta de un detalle tan pequeño. En el momento en que Parvati se giró para susurrar al Gryffindor más cercano, el corazón de Susan se hundió. Cerró los ojos brevemente, una ola de aprensión la invadió. Sabía, con una sensación de hundimiento, que esta revelación estaba a punto de desencadenar una tormenta, y que el pobre Harry quedaría atrapado justo en el medio.

Draco estaba muerto. Condenada total e irrevocablemente. Por lo que pudo averiguar, Tom ya había embrujado a no menos de cuatro personas, y los rumores se multiplicaban con cada paso que daba. A este ritmo alarmante, Tom estaba en una vía rápida hacia la expulsión, Harry hacia la desgracia y Draco... bueno, Draco a su muerte.

-Estás como muerto, amigo -comentó Blaise, con un tono solemne que ocultaba una diversión apenas disimulada-. Draco le lanzó una mirada fulminante.

-¿Lloraré dramáticamente en tu funeral o preferirías un enfoque mucho más digno? -intervino Pansy, con la voz entrecortada por una solemnidad fingida-. Una sonrisa traviesa se dibujaba en las comisuras de sus labios meticulosamente pintados mientras se examinaba las uñas, fingiendo indiferencia.