Lorena
Ya llevamos dos días en Punta Cana, y os mentiría si os dijese que este no está siendo uno de los mejores viajes que hemos hecho solos. La noticia del embarazo ha conseguido que Dani esté muchísimo más contento, atento y cariñoso que de costumbre, así que me está regalando unos días y unos momentos inolvidables. Me encanta tenerle a mi lado y sentir a cada instante todo el amor que me demuestra.
Nuestros padres y seguidores todavía no saben nada del embarazo, hemos decidido comentarlo cuando regresemos a Mairena. Nuestros amigos nos han prometido guardar el secreto, aunque tengo que admitir que me dan mucho miedo porque no sé cuánto tiempo van a poder aguantar sin abrir la boca. Confío en que nos dejen dar la exclusiva a nosotros.
Ahora estoy tumbada en la cama de la habitación de hotel en el que nos alojamos. Estoy viendo la televisión después de un largo día de playa, esperando a que Dani salga de la ducha y me deje entrar a mí.
-Wow, menudo pibón se me ha presentado por aquí -río al verle salir del baño, solo con una toalla corta alrededor de la cintura.
-¿Has visto, nena? Y este figura es todo tuyo -dice señalándose los abdominales y haciéndome un guiño.
-Pero qué creído te lo tienes -carcajeo antes de gatear hasta los pies de la cama-. Dame un beso.
Sonríe con unos calzoncillos limpios en la mano y se acerca a mí hasta darme un beso en los labios. Él está de pie, con su mano derecha en mi mejilla y agachado, mientras que yo estoy de rodillas en la cama con mis manos en su nuca.
-¡Que no me entere yo que ese culito pasa hambre! -río dándole un pequeño azote cuando se fue a poner los bóxers.
-Pero bueno -ríe cuando termina de ponérselos-. ¿Y a ti qué te pasa hoy? -sonríe cogiéndome de la cintura para obligarme a tumbarme y colocarse él encima-. Porque sé que estás embarazada: que si no, no te imaginas lo que te haría ahora mismo.
-Precisamente porque estoy embarazada me lo estoy imaginando -murmuro mordiéndome el labio inferior-. Quita de encima, que estás gordo.
-¿Que estoy gordo? -se extraña alzando una ceja-. Cariño, todo lo que ves es fibra.
-Pues a mí no me gustan los mazados, así que ya te estás relajando con el gimnasio -río sentándome en la cama-. Como te pongas más fuerte te dejo, que lo sepas.
-¿Vas en serio? ¿Es que quieres a un esmirriao como marido? ¿No será mejor a un tío hecho y derecho que te proteja de cualquier peligro? -pregunta poniéndose una camiseta y entrando en el baño para peinarse.
-En primer lugar: no eres marido.
-Por ahora -me interrumpe saliendo del baño.
-Y en segundo lugar -río ante su comentario-. No seas antiguo, cariño. No necesito a ningún hombre que me proteja, me las sé gastar yo solita.
-Tienes razón, no quería que sonara así. Sabes cuidarte sola -sonríe abrazándome-. Pero admite que estoy buenísimo.
-Eres el hombre más atractivo que conozco -sentencio antes de darle un beso.
-¿Quieres que nos vayamos a la playa después de cenar? Podemos dar un paseíto a la luz de la luna, y después... -insinúa metiendo sus manos por dentro de mi camiseta-. ¿Te apetece?
-¿Y si nos saltamos la cena? No tengo mucho hambre -anuncio mientras él se pone los zapatos.
-No. Antes vale que hubiese algún día que no cenaras, pero tienes a nuestro hijo ahí dentro y ahora tienes que comer también por él -dice serio, señalándome el vientre-. Durante el embarazo tienes que comer mucho, y me voy a asegurar de que lo hagas.
-¿Tú desde cuándo sabes tanto de embarazos? -me extraño poniéndome las zapatillas.
-El libro que tú no te vas a leer de embarazo, me lo he empezado a leer yo. Son las pautas principales que hay que seguir estos nueve meses.
-¿Me estás llamando mala madre por no leerme una mierda de libro? -pregunto con los ojos llorosos-. Pues haberte buscado a una mejor -escupo encerrándome en el baño a llorar.
Daniel
Me quedo mirando la puerta del baño sin llegar a entender qué es lo que ha pasado de repente para que se haya echado a llorar, se haya cabreado y se haya encerrado en el servicio.
-No entiendo nada -susurro para mí mismo-. Cariño, no he dicho nada de eso -trato de explicarme-. Lo único que he dicho ha sido que voy a ser yo el que se lea el libro de lo que hay que hacer durante estos nueve meses para que el niño nazca perfecto.
-¡Me has echado en cara que yo no lo voy a hacer!
-¿En serio he hecho eso? -me sorprendo hablando conmigo mismo-. Bueno, pues no es lo que quería decir, de verdad. No cabe duda de que serás la mejor madre del mundo, cariño, te leas ese estúpido libro o no -digo nervioso-. No quiero a otra mejor, no hay nadie mejor. Solo te quiero a ti. Sal aquí y hablemos, por favor.
Guardo silencio expectante, hasta que segundos después la puerta del baño se abre y sale Lorena medio llorando. Sin pensármelo dos veces, la abrazo con fuerza y dejo un beso en lo alto de su cabeza antes de hablar.
-A partir de ahora tendré más cuidado con mis comentarios -decido preocupado-. No llores por esa tontería, Lore. Ha sido un malentendido.
-Lo siento -susurra contra mi pecho.
-Vamos a cenar -digo en voz baja-. ¿Quieres que te invite a un helado después?
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Siempre Tú II [RESUBIDA]
FanficDaniel y Lorena tendrán que hacer frente a su independencia, su amor y a la vida adulta, con todas las responsabilidades y dificultades que arrastra. ¿Conseguirán sobrevivir a todo lo que les depara el futuro? ¡Descúbrelo ya! Segunda entrega de la s...