Siempre Tú II [RESUBIDA]

Capítulo 47.

Daniel

Tras una larga y aburrida hora, el cura da por finalizada la ceremonia y en seguida mi hermano y Lucía desaparecen por el pasillo que hay en mitad de la catedral, seguidos de nosotros. Después de estar un buen rato hablando con ellos, me acerco a Lorena por su espalda y le rodeo la cintura con mi brazo sonriente.

—¿Te has aburrido mucho? —susurro contra su oído antes de darle un beso en el cuello y separarme de ella drásticamente.

—Un poco —contesta con una sonrisa cuando yo cojo a Lucas en brazos—. Pero ha sido una ceremonia preciosa.

—La nuestra será más bonita —aseguro con una carcajada antes de que Lore coja a Martín—. No tengas ninguna duda.

—Pareja, nos vamos —ordena Luke mirándonos—. Ya hemos desalojado la catedral, la prensa ya solo nos espera a nosotros.

—Dani y Lore, salís los primeros conmigo —dice Marcos mirando por la ventana de la sala en la que estamos—. Recordad no responder preguntas, ni hacer caso de lo que os digan. Paramos tres minutos a que os hagan fotos y os metéis en el coche directamente. El aparcacoches os está esperando ya al final de la alfombra roja.

—Vosotros salís conmigo y con Miriam diez minutos después —explica Luke mirando a Jesús y a Lucía—. Hoy sois los protagonistas así que... vamos a intentar llevarlo bien.

Todos asentimos en respuesta y en seguida le quito a Martín de los brazos a Lorena para cargar yo con nuestros dos hijos. Ella está embarazada y no puede cargar peso: bastantes esfuerzos está haciendo ya últimamente. El embarazo lo anunciaremos en las redes sociales, seguramente, a finales de la semana que viene: cuando el furor de la boda de mi hermano se haya rebajado dos puntos.

—Preparaos —ordena Marcos abriendo de par en par las puertas de la catedral.

Tardamos casi una hora en llegar a la finca donde se celebra el convite, la comida y el baile de la boda, y los recién casados no aparecen hasta pasada otra hora. Entre la prensa y que tenían que hacerse el book... se les ha ido el tiempo.

—A la presencial —dice Luke acercándose a nosotros y haciéndole un guiño a los mellizos—. Os han puesto dos tronas para los peques.

Asiento con una sonrisa y cojo a Lucas en brazos para caminar hacia la mesa presencial, donde nos sentaremos todas las madrinas junto a los padrinos y los recién casados. La celebración no ha hecho más que empezar.