CAPÍTULO 31 - PAREDON

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Agatha Romanova.

La noticia que me da Lena me hace apoyar las manos sobre la mesa obligándome a pasar el sinsabor; Boris Korolev tiene las coordenadas de Gehena, según él, va a ir por el Boss y eso era lo que quería evitar, que lo fueran a buscar, pero la pleitesía que le rinden unos aquí les quita el razonamiento.

Matarlo sería sospechoso, ya que los Korolev son importantes en la Bratva.

—Paciencia —habla Lena atrás—, que dañada la imagen acabado el reinado. La organización no le va a perdonar el más mínimo trato de piedad con el enemigo, Vladimir se salva porque está muerto, pero el Boss no.

Me era más fácil que hablara, ya que así nadie hubiese movido un dedo por él y ahora me toca irme por los bordes. —Masajeo mi nuca— así como Viktoria le limpió el camino a su hijo, yo debo limpiar el del mío.

Vladimir se enamoró de la puta de Emma James y no hay duda alguna de que Amelie Skagen es su hija. Carga el mismo tipo de sangre O Rh positivo del Underboss, además, las fechas concuerdan al igual que el apego por parte de él en sus últimos días.

Las James son engañosas y desde que los vi juntos sabía que algo se traía en manos esa niñata, lo tomé como burla porque pensé que solo sería el trapo del Underboss quien sabía que no podía llevar las cosas lejos.

Thomas entra soltando la vara con taser que se emplea para torturarla, tiene la camisa desacomodada y se limpia el sudor con un pañuelo.

—Fue ella la que las dio —confirma enojado—. La golpeé hasta que se desmayó la muy perra. Debemos empezar a actuar ya, si no aprovechamos esta oportunidad, no vamos a tener otra.

Lena, Inna, Lev y Czar se miran entre ellos. Somos veinte Romanov de sangre entre hermanos, sobrinos, hijos y demás. Veinte sin contar a los que cargan el apellido por alianza o matrimonio como Vera, la ''mujer'' de Uriel, Domi, la viuda del difunto Dante, y Viktoria, la madre de Ilenko, Aleska y Sasha.

Le indico a Lena que proceda junto con los demás. Sé lo que dijo Akin, según mi hermano, no se van a lanzar señalamientos hasta que el Boss vuelva y ya fueron por él. Aunque no quiera y esté deseando que Boris muera en el camino, tiene la posibilidad de regresar y debo prepararme para eso .

Me llevo el teléfono a la oreja contactando a los veteranos de la Bratva, aquellos que juraron honrarla y han entregado a sus hijos para que sean Kryshas, Torpedos o Vory v Zakone. Los pongo en contexto sobre la situación y explico cómo es la mejor forma de proceder para mí.

—La organización va primero, eso lo tengo claro, pero acabada la amenaza, lo justo es actuar como se debe ya que las leyes de la hermandad se respetan.

Digo mientras la línea se mantiene en silencio, para ningún miembro es sencillo asimilar que el gran cabecilla se equivoque.

—Era la puta del Underboss y este se la pasaba más que drogado —me replica el padre de Yura Oniani, «Son uno de los apellidos con más peso en la Bratva»—. La obligación del Pakhan era infundir y obligar a que actuara como es; un cazador, así que lo dejó enamorarse de la presa.

—Para sorpresa de muchos, si fue así la preño y el Boss lo sabía — aseguro—. Sabía sobre la existencia de la bastarda y no la marcó, ni tampoco la mató. Si no me crees, enviaré pruebas para que no te queden dudas.

El fuerte resoplido que me emite me confirma su braveza.

—Como familia vamos a actuar como se exige y es muerte para ambas —continúo —. Nos lavamos las manos con esto y dejaremos que la Bratva proceda como lo desee.

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