CAPÍTULO 29 - BUTCHER SHOP

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•✦───────────•✧ Emma.

Me niego a perder la conciencia, ya que no quiero perder de vista lo que yace en la jaula, porque temo que haga parte de otro cuento infame siendo la protagonista de una historia que no merece.

No me lo perdonaría porque prefiero la muerte a que se apague, parpadee o la rodeen el tipo de espectros que traza heridas incurables, de esas que matan de adentro hacia afuera.

—Aquí es importante la palabra, el testimonio, la declaración — Agatha Romanova me manda a poner de pie— y tú me vas a dar lo requiero hablando delante de todos, confesando como Ilenko le tapó cosas a Vladimir dejándolo tener una bastarda con su esclava.

Se quita el abrigo dejándolo caer sobre la mesa del centro.

—Cuarta ley de la Bratva: la organización antes que la familia —me dice—. El Boss no puede mentir por otros, eso se llama traición, que los bastardos se sienten en la mesa se llama deshonor y ocultar información valiosa es conspiración.

Thomas Morgan sostiene mi cabeza con firmeza mientras ella suelta los dos bofetones los cuales dejan mis mejillas acaloradas.

—Con esas tres razones es motivo suficiente para que lo dejen de buscar, ya que lo están buscando y a mi esposo y a mí no nos sirve eso

—suelta otro golpe—. Necesito tiempo, esclava, si lo ven como un traicionero quedará a su suerte, las expectativas para su sustituto van a bajar, dejarán de menospreciar a todo el mundo solo porque no es como él y si logra regresar será suplicando a rastras para que no lo maten, ya que el puesto de Boss no lo vuelve a tocar.

Sus uñas maltratan mi garganta arrancándome la carne.

—Dime, ¿Te saco para que hables ya? —inquiere apretando más—. Quiero que grites fuerte y claro el nombre del padre de tu bastarda recalcando que el Boss te lo tapó.

El pasado se pasea por mi cabeza; lo de Dalila, las torturas, el encierro, los golpes y la advertencia.

—No —la voz me tiembla cuando respondo—. No quiero participar en esto, pero gracias por el ofrecimiento.

Suelta a reír y Thomas tira de mi cabello curvando mi cuello, tengo mucho miedo porque sé lo doloroso que es y no quiero, no me parece justo y…

Arrancan mi ropa desnudándome. El agarre de atrás me maltrata y sin nada puesto me obligan a mirar hacia la jaula.

—Hay un punto donde el cuerpo debilita la mente y esta empieza a coaccionar en busca de protección —hablan—, accediendo al método bárbaro de sumisión y eso es un momento glorioso, porque el esclavo ya no es humano; los traumas lo convierten en un alma en pena a la cual le puedes decir mátate y lo hará. Si le pides que despedace y se coma a su cría no la va a dudar.

Araña mis pechos.

—No voy a sacarte y quedar en ridículo —me amenaza—. Por ello, ten claro que si te rehúsas voy a someterte, así que tomaré tu respuesta como un ''Haré lo que quieras Agatha''. Empecemos ya, cuando te pregunte qué es Ilenko me vas a contestar ''culpable'' y esto lo vas a repetir cuando estemos afuera y lance las acusaciones con Thomas.

—Practiquemos —su marido se aferra a mi melena poniéndome a arder el cuero cabelludo.

—¿Qué es Ilenko? —pregunta la rubia y siento que me van a arrancar el cabello— ¿Qué es Ilenko?

—Un hijo de puta.

—No, eso no es lo que quiero. Cuando lo acuse de traicionero y me apoye en ti quiero oír la palabra culpable, así que lo voy a preguntar otra vez — me pisa—¿Qué es Ilenko?

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