Me encontraba junto a Darwin sentados en un banco de piedra admirando un hermoso jardín. Él me rodeaba los hombros con su brazo y acariciaba mi espalda suavemente. Intentaba calmarme, pero no sabía por qué. Una sensación de calidez se apoderó de mi cuerpo y apoyé la cabeza sobre su hombro, intentando acortar la distancia entre nosotros. Darwin estrechó mi cuerpo contra el suyo y besó mi frente. Tenía la impresión de que me había perdido algo, disfrutaba mucho de estar de ese modo con Darwin, pero no comprendía como habíamos llegado hasta ese punto. Levanté la cabeza para encontrarme con su mirada, él me contemplaba fijamente transmitiéndome un amor muy puro. En ese momento sentí la necesidad de abrazarle fuertemente y que nuestros cuerpos se fusionasen en uno solo. Entonces, él colocó unos mechones de pelo detrás de mi oreja y me susurró: 'Siempre estaré aquí para ti, da igual a donde vayas'. Al escuchar aquellas dulces palabras cargadas de emoción, no pude resistirme y me abalancé a besarlo. Justo cuando nuestros labios estuvieron a punto de tocarse, la idílica escena que estaba viviendo se esfumó y me desperté en mi cama, con un sabor agrio en la boca. Quería que ese momento fuera eterno, aunque solo fuera en el mundo de los sueños.
Percibí aquel sueño como una señal para arreglar definitivamente las cosas con mi amigo, intentando dejar de lado lo que había soñado y los sentimientos que ello me habían despertado. Sin miramientos, agarré mi teléfono y le mandé un mensaje para quedar esa misma tarde y hablar.
Habíamos quedado en un lugar que para los dos era muy especial, ya que antes de alejarnos solíamos pasar mucho tiempo allí. En uno de los bancos de un parque que se encontraba a las afueras del barrio frente a un bonito lago. Allí habíamos tenido nuestra primera conversación sustancial y, además, me recordaba ligeramente al escenario de mi sueño. Intenté que recuerdos sobre aquel hermoso sueño no se colaran por las rendijas de mi mente. Al margen de lo que pudiera sentir por Darwin, no era el momento de explorar esos sentimientos; primero había que arreglar nuestra amistad y también tenía varias preguntas que hacerle.
Cuando llegué no me sorprendió ver que él ya estaba allí, siempre solía llegar con bastante antelación. Me senté junto a él y permanecí en silencio, admirando el bonito paisaje otoñal que tenía ante mis ojos. No pude evitar recordar el bonito sueño que tuve y me puse algo nerviosa. Alargué un poco más el silencio que reinaba entre nosotros para decidir por dónde empezar. Antes de que pudiera comenzar a hablar, Darwin giró la cabeza en mi dirección y ahí estaba esa amplia y sincera sonrisa que tanto me gustaba. Fue él quien inició la conversación.
— Hola Ela, me alegro tanto de verte. — dijo él y por su tono pude notar que era sincero con sus palabras. También noté cierto alivio en su rostro al ver que yo le devolvía una tímida sonrisa. — Estaba muy preocupado, te he llamado y escrito en varias ocasiones para comprobar que estuvieras bien, pero no me contestaste. También pensé en acercarme a verte, pero quería darte tu espacio para que te recuperaras de lo que sucedió el viernes... — Al escucharle mencionar lo de la cabaña, cada pelo de mi cuerpo se erizó y me puse rígida. — ¿Cómo te encuentras? No sé qué ocurrió esa noche, pero hace falta que hablemos del tema si no quieres.
Me tomé varios segundos para responder a su pregunta. Aunque a simple vista no fuese una pregunta complicada, era difícil expresar como me sentía en esos momentos.
— Yo también me alegro de verte. Mucho. Siento no haber dado señales de vida estos días, mis cosas y mi teléfono se quedaron en la cabaña... — Decidí contestar a esa parte primero, ya que era lo que más fácil me resultaba responder. — Te agradezco que hayas querido respetar que necesitase tiempo para mí misma.
Dude ante la idea de contarle a Darwin todo lo acontecido con Oliver, no porque no confiara en él; sino porque no sabía si estaba mentalmente preparada para afrontar todo lo ocurrido. A pesar de mi miedo a enfrentarme a mi sufrimiento, con Darwin siempre había resultado muy fácil hablar de cualquier tema. Esta vez no fue una excepción, él me transmitía confianza y seguridad como para abrirme y explicarle el suceso con Oliver. Le relaté cómo durante el día Oliver me había parecido alguien muy agradable y cómo se transformó por la noche. Procuré darle los detalles esenciales para que comprendiera la magnitud del asunto, pero no quise profundizar mucho ya que no me sentía capaz de verbalizar todo lo que pasó. Aún tenía que asimilar muchas cosas de aquella noche. Decidí saltarme la parte de mi recuerdo desbloqueado durante mi "paseo" por el bosque, no quería que me tomase por una loca.
— Sinceramente, no sé qué estaba pensando cuando comencé a correr en dirección al bosque. Sólo sé que tenía imperiosa necesidad de alejarme todo lo posible de aquella casa y sobre todo de él. Así que me resguardé bajo el umbral de la naturaleza, aunque acabé perdiéndome.
— Joder Elaira, lo siento muchísimo de verás. — Su voz temblaba al pronunciar las palabras. — No me puedo creer que ese cabrón te hiciera aquello.
Según fui narrando los acontecimientos pude observar como la expresión facial de mi amigo cambiaba. De mostrar una expresión de preocupación a estar enfurecido. Me sorprendió bastante verle enfadado, aunque tenía motivos para estarlo (yo también lo estaba y mucho), pero nunca le había visto enfadarse. De hecho, hasta ese momento no creí que algo fuera capaz de enfadarlo. Al mencionar mi carrera por el bosque recordé que había un par de asuntos que quería aclarar con mi amigo.
— Por cierto, ¿cómo supiste donde estaba? Yo no te dije donde estaba la cabaña, ni si quiera yo lo sabía. Además, ¿cómo fuiste capaz de encontrarme en mitad del bosque? — Las palabras salían a trompicones de mi boca, había cosas que no me cuadraban y estaba decidida a obtener respuesta a mis preguntas. Percibí la estupefacción en su rostro al escucharme, no se esperaba que le abordara con aquello. Me dio la sensación de que me estaba ocultando algo, pero en seguida volvió a adoptar una expresión más suave.
— Bueno... La familia de Lucas es muy influyente en la ciudad, ya lo sabes. No me llevó mucho tiempo averiguar la ubicación de la cabaña en internet.
—Sí, pero ¿por qué decidiste venir a buscarme? ¿Qué te hizo pensar que necesitaba tu ayuda? — No pude contenerme y continué preguntándole detalles para encontrar algún tipo de coherencia. — No sé Darwin, me parece un poco raro todo esto. Uno no se levanta en mitad de la noche y piensa que tiene que ir a recoger a su amiga a un lugar que ni si quiera sabe dónde está. Además, cuando me fui no había nadie despierto; nadie se dio cuenta de mi ausencia seguramente hasta horas más tarde.
— Vale, es cierto. No fue por casualidad que fuera a buscarte. Me desperté en mitad de la noche muy angustiado, con una intensa sensación en el pecho de que algo malo te estaba ocurriendo y que necesitabas ayuda. Busqué en internet por la cabaña, en seguida conseguí una dirección y sin pensármelo dos veces salí a por ti. — No pude evitar expresar desconcierto en mi rostro. No me parecía del todo verosímil lo que me contaba, pero también sentía que no estaba en derecho de juzgar las "sensaciones" que experimentase nadie cuando yo lo había estado viviendo en mi propia piel desde hacía tiempo. Dejé que continuara. — Cuando llegué algo en mi interior me dijo que no te encontrabas dentro de la casa; así que me dirigí al bosque a buscarte. Me llevó bastante tiempo dar contigo, pero finalmente lo hice. No sabes lo aliviado que me sentí cuando te vi tirada en el suelo. A pesar de las condiciones en las que estabas, me alegré de por fin haberte encontrado y te traje a casa. — Se tomó unos segundos para recuperar el aliento. Había soltado todo aquello sin apenas coger aire. — Eso fue lo que paso. Sé que parece mentira o que te estoy tomando el pelo Elaira, pero de verdad que ocurrió así.
— Darwin intentó creer que lo que me cuentas es cierto, de verdad. — En ese momento me golpeé mentalmente a mí misma, estaba siendo una hipócrita. ¿Cómo era posible estar dudando del "instinto" de mi amigo cuando yo muchas ocasiones sentía lo mismo? A pesar de creer cierto su método de encontrarme, sentía que había más que él no me estaba contando. — Aun así, sé que no me lo estas contando todo. Noto que ocultas parte de la verdad.
— Bueno Elaira, al final todos guardamos secretos, ¿no? — Dijo con un tono enigmático. Se mostró dubitativo antes de continuar. — O me vas a decir que tú siempre has sido sincera conmigo y que no me has ocultado información en algún momento.
![](https://img.wattpad.com/cover/374885816-288-k479684.jpg)
ESTÁS LEYENDO
ECOS DE LO DESCONOCIDO ©
Misterio / SuspensoElaira lleva una vida aparentemente normal, rodeada de una amiga inseparable y una familia amorosa que, aunque tiene sus altibajos, la apoya incondicionalmente. Sin embargo, a medida que empieza a experimentar sensaciones desconcertantes y pesadilla...