ECOS DE LO DESCONOCIDO ©

10. El abrazo de la verdad - parte 2

Aquello me pilló por sorpresa. No esperaba que fuese capaz de darle la vuelta a las cosas y acabar acusándome a mí de no ser del todo sincera con él. Aunque tenía razón, desde que nos conocimos yo le había ocultado tanto a él como a todo el mundo lo que me sucedía, por miedo a que me tomaran por loca. Me di cuenta entonces de que no podía juzgar a mi amigo por hacer algo que yo hacía constantemente. Podía entender que experimentase sensaciones al igual que yo, pero que me encontrara en mitad del bosque simplemente guiándose por sus sentidos era raro. Lo sopesé durante un par de minutos y llegué a la conclusión de que, si quería que Darwin compartiese más cosas conmigo, yo también debía hacerlo. Así que, como ejercicio de confianza, decidí contarle todo lo que estaba experimentando desde hace unas semanas. Sabía que, si no se lo contaba a él, no se lo contaría a nadie, él me transmitía más confianza y seguridad que nadie. Empecé por las extrañas sensaciones, las terribles pesadillas que sentía tan reales y las inusuales "visiones" cuando me encontraba despierta. No estaba muy segura, pero también le conté lo del recuerdo olvidado, pero opté por omitir la historia que me había contado mi madre esa misma mañana.

— Es cierto que te he ocultado mucho, pero era por miedo a que pensaras que me estoy volviendo loca, en muchas ocasiones yo misma pienso que lo estoy. No se lo he contado a nadie, ni creo que lo haga. Todavía estoy intentando buscarle un sentido a todo esto, pero nunca llegó a nada, siempre es un callejón sin salida. Lo que sí tengo claro es que significan algo. Perdona por haberte mentido. Y perdóname también por haberme alejado de ti; no debería haberlo hecho. Yo te pedí opinión sobre algo y tú me diste tu más sincera opinión, como hace un verdadero amigo.

Comencé a ponerme nerviosa ante el silencio de Darwin. Esperaba en cualquier momento que se levantara y se fuera para siempre por lo que acababa de revelarle, pero no fue así.

— No hay nada que perdonar Ela, hiciste lo que sentiste en el momento. Me alegro de que este tiempo separados hayas reflexionado y estemos aquí. — Contestó a mis disculpas y yo sentí como me quitaba un gran peso de encima. — No creo que estes loca. Nunca lo he pensado y no cambiaré de idea por muchos delirios que tengas. — Intentó bromear para quitarle hierro al asunto. Aunque no me reí, agradecí que no pensara eso de mí. Y de nuevo, ahí estaba esa enorme sonrisa que cada vez me nublaba más el sentido. — Sinceramente, creo que cada mucho tiempo nace una persona "especial", distinta al resto y es capaz de ver cosas los simples mortales no podemos. Esa persona mira el mundo con unos ojos que nadie posee y es posible que esa seas tú. También es posible que todo esto que me has contado no signifique nada o que lo signifique todo.

Las palabras de mi amigo me reconfortaron. El hecho de que pensara que no estaba loca me aliviaba, pero también pensé que estaba exagerando su forma de verlo. Tomé sus palabras en un sentido poético, porque no podía estar hablando literalmente. Ahora que me había sincerado con él, esperaba genuinamente que hiciese lo mismo y me confesase algo de que lo ocultaba.

— Y ¿tú? ¿Tienes algo que contarme? — pregunté intentando aparentar que no era importante para mí, aunque no fuese así. Buscaba desesperadamente algo más de información que me fuese útil en cuanto al torbellino que era mi vida últimamente.

— Lo siento Elaira, pero no. Hay muchas cosas que me gustaría contarte, pero no puedo. Ya llegará el momento de serte totalmente sincero, pero ahora mismo eso no es posible. No es porque yo no quiera sino porque es algo superior a mí, a ti y a todos nosotros. No espero que lo entiendas, pero sí que lo respetes y confíes en que te contaré todo lo que necesites saber. — Su respuesta fue más ambigua de lo que me esperaba. Me molestó en cierta parte que, después de haberme sincerado casi completamente, él no fuera a corresponderme. — Lo único que debes tener siempre claro es que estoy de tu lado. Siempre te voy a apoyar y puedes confiar en mí. Nunca van a haber dobles intenciones en mi comportamiento hacia ti, a pesar de lo que no puedo contarte.