Cassian
Después de unos arduos meses viajando de un lado a otro, finalmente podía decir que había vuelto a casa, y no tenía intención de moverme de allí en mucho tiempo. El día que mi padre me encomendó aquella "misión", esperaba que me sintiese orgulloso de asumir un papel tan importante. Sin embargo, no fue así.
Siempre había disfrutado de mis viajes esporádicos a Atornis, pero hacerlo con un propósito tan crucial me hacía sentir pequeño, insignificante. En todo momento dudé de si realmente lo estaba haciendo bien. Todo lo que quería era volver; regresar a mi hogar, estar con mi gente, ayudarlos. Sin embargo, no pude negarme: al fin y al cabo, yo era el único capaz de viajar. Ojalá no lo fuera.
Al principio no tenía claro qué buscar. Me limité a recolectar toda la información posible. Tenía unas directrices muy marcadas y a la vez, no tenía nada. No sabía por dónde comenzar o donde la encontraría. Todo aquel tiempo fue un suplicio para mí, no estaba acostumbrado a seguir normas y más cuando esas normas implicaban cruzar al otro lado y pasar tanto tiempo allí. Hice varios viajes durante ese periodo. Parecía que para mi padre nunca era suficiente; siempre necesitaba algo más, y claro, solo yo podía conseguírselo.
Cuando finalmente la encontré, mi mente viajó muchos años atrás y, por un instante, pensé que era ella. Sus ojos... esos ojos me hipnotizaron, transportándome a otra época de mi vida. Tenía terminantemente prohibido acercarme más de lo necesario, mucho menos hablarle, pero no pude resistirme. Necesitaba saber.
Lo primero que hice al regresar a casa fue quedarme en lo alto de una colina, contemplando la imponente montaña bañada por la luz de la luna. Sabía que era peligroso, pero necesitaba unos minutos de tranquilidad. Además, aproveché esos minutos para fumarme un cigarrillo, una de las cosas que más me gustaban de Atornis. La última vez que vi a mi padre, me ordenó que, tan pronto como regresara, fuera a verlo, sin importar la hora. El gran plan era lo más importante. Sin embargo, eso era lo último que me apetecía hacer. Decidí colarme en "El Nido" por una de las muchas entradas secretas que conozco y me fui directamente a mi habitación. Necesitaba una laaarga ducha y una buena siesta reparadora. Después, hablaría con él. Ya estaba todo listo, un par de horas más no harían diferencia.
Tras la ducha, me sentía completamente renovado. El agua me hacía olvidar todas mis preocupaciones; sin duda, era mi elemento preferido. Me desvestí completamente y me tumbé en la cama, convencido de que nadie se había enterado de mi llegada. Mientras caía en un profundo sueño, mi mente, sin previo aviso, se encaminó hacia ella y sus enormes ojos color miel. Fue lo último que recuerdo antes de entregarme al sueño.
Unos golpes en la puerta me despertaron sobresaltado. Mierda. Se había enterado de que estaba aquí. Me esperaba una buena bronca, pero no me importaba. Quería terminar con aquel asunto cuanto antes y olvidarme por un tiempo de mis viajes, que siempre me dejaban exhausto. Aún medio dormido, caminé lentamente hacia la puerta, disfrutando de la pequeña rabieta que seguramente estarían teniendo los esbirros de mi padre al otro lado. Cuando abrí, me topé con dos hombres de gran tamaño, con cara de pocos amigos.
—¡Chicos! No os esperaba a estas horas de la noche por aquí — dije intentando hacerme el gracioso, sin éxito.
Ni si quiera les di tiempo a responder, sabía perfectamente a lo que habían venido.
—Vale, vale. Tranquilos. Vamos a verle, sabéis que no le gusta esperar.
Y así nos dirigimos en silencio a la sala donde él me aguardaba. Empujé las enormes puertas de madera de roble sin llamar y me coloqué en el centro de la sala. Esperé a que él hablase primero.
—¿Y bien? — me preguntó con ese tono severo que solía usar conmigo.
—Todo está listo para la ejecución —respondí sin mucho entusiasmo. —Puede ser esta misma noche.
—Bien.
ESTÁS LEYENDO
ECOS DE LO DESCONOCIDO ©
Misteri / ThrillerElaira lleva una vida aparentemente normal, rodeada de una amiga inseparable y una familia amorosa que, aunque tiene sus altibajos, la apoya incondicionalmente. Sin embargo, a medida que empieza a experimentar sensaciones desconcertantes y pesadilla...