Darwin
Cuando me despedí de Elaira y me encaminé hacia mi clase de Economía, sentí que finalmente podía respirar tranquilo. Haber escuchado la espeluznante historia del último sueño de Elaira me había dejado la sangre helada. Por mucho que hubiera intentado calmarla y transmitirla que lo sueños solo son eso; sueños, me daba la sensación de que no había llegado a creerse mis palabras. En cierta parte tampoco podía culparla de ello, al fin y al cabo, ni yo mismo me estaba creyendo mis palabras según iban saliendo de mi boca. Temía que estuviera comenzando a darse cuenta de que sus pesadillas eran algo más que sueños y que de cierta manera escondían un significado, pero no sabía lo peligrosas que podían llegar a ser. De hecho, ni yo mismo sabia hasta qué punto de peligrosas podían llegar a ser esas pesadillas que cada vez tenía con más frecuencia.
Cuanto más tiempo pasaba con ella, más me costaba mantener la entereza. La frustración que sentía cada noche al meterme en la cama y haber pasado el día con ella se estaba volviendo insoportable. Sentía que cada vez era más duro mantener la fachada. Cuando la veía tan abatida ante las incógnitas que le iban surgiendo, la impotencia se apoderaba de mí al ser consciente de que yo podría haberle dado algunas de las respuestas que tanto ansiaba, pero sin la potestad para revelarlas.
En más de una ocasión estuve a punto de tirarlo todo por la borda y darle lo que se merecía: mi sinceridad. Sin embargo, en cada uno de esos momentos la voz de Arnold resonaba en mi cabeza diciéndome lo que yo ya sabía: "Todo se sabrá a su debido momento. No te precipites". Había tomado esas palabras como un rezo interior cada vez que sentía que flaqueaba.
Al principio todo era más sencillo, cuando Ela y yo apenas nos conocíamos y teníamos encuentros "casuales". Sin embargo, todo se fue complicando según nuestra amistad se iba volviendo más íntima. Me enamoré de ella incluso antes de que tuviera lugar nuestra primera conversación. Pasé varias semanas observándola desde la lejanía, por petición de Arnold. Cada detalle que observaba a lo lejos de su forma de ser me iban cautivando el corazón. Durante ese tiempo lo único que deseaba era poder acercarme a ella y escuchar su voz y adentrarme en su mente, pasearme por ella.
Desde hacía un tiempo me regía únicamente por las órdenes que Arnold me daba y la noche en la que me confirmó que ya era el momento de entablar una amistad con ella, estallé en jubilo. Intenté ocultarle mis sentimientos, pero como siempre, aquel viejo lo sabía todo. Me advirtió que no dejara que mis emociones me poseyeran y que siempre pensara con la cabeza fría; ya que todo aquello formaba parte del plan. A pesar de saber perfectamente que tanto ella como yo sólo éramos piezas de un puzle complicado y decisivo para el futuro de la humanidad, no fui capaz de contener mis sentimientos hacia aquella joven. Una chica muy hermosa e inteligente que siempre se infravaloraba, con un gran mundo interior en el cual cualquiera podría perderse. Una chica que no era consciente de lo especial que era y de la fuerza y poder que todo su cuerpo emanaba, con un sentido de la lealtad y la justicia que pocas personas hoy en día poseían. Elaira era una de las personas más excepcionales e inigualables que nunca había conocido y no sólo pensaba todo aquello por estar fervientemente enamorado de ella, sino porque de verdad creía en ella y en que era la persona capaz de salvarnos a todos de lo que se nos avecinaba. No me gustaba reconocerlo, pero de no haber sido por Arnold, nunca hubiera encontrado a la persona que ahora significaba tanto para mí.
Todo surgió hace un año y medio, durante uno de los veranos más calurosos que recuerdo. Cuando echaba la vista atrás pensaba en cómo me había cambiado la vida desde entonces, por primera vez fui consciente de lo grande que es este mundo y de todas las cosas que se esconden ante los ojos de los más escépticos o de los que no quieren ver lo que hay más allá del velo. Así era yo hace un año y medio, hasta que Arnold me encontró.
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ECOS DE LO DESCONOCIDO ©
Mystery / ThrillerElaira lleva una vida aparentemente normal, rodeada de una amiga inseparable y una familia amorosa que, aunque tiene sus altibajos, la apoya incondicionalmente. Sin embargo, a medida que empieza a experimentar sensaciones desconcertantes y pesadilla...