Para un tiempo como este

Capítulo 44 : Contemplación y preparación

—¡Hola, chicos! ¡Espérenme! Ally suelta la mano de Liz y corre hacia Charlie y Kurt. Su atención está puesta en el frente y apenas nota la raíz en el camino que la hace dar un torpe paso de ganso.

Liz duda en soltar la mano de Ally, e inmediatamente coloca la mano que Ally acaba de soltar sobre el pie de Stan. Stan se sienta sobre los hombros de Dan, chillando y moviéndose mientras su madre agarra su pie y su hermana corre delante. Dan quita al niño de su hombro, lo que le permite correr delante con sus hermanos y toma la mano que sostenía el pie de Stan y la aprieta.

—Te amo, bella dama —Dan le sonríe con nostalgia a Liz—. Todo va a salir bien. Todos vamos a superar esto.

Liz asiente mientras mira a su alrededor y ve los hermosos árboles de un verde primaveral. Nuevos brotes y flores envuelven el viejo y desgastado camino entre Heaven's Gate y su hogar. Naomi había convocado una reunión familiar. A Lizzie le viene a la mente la idea de las reuniones de la familia Shelby. Si bien el contenido es bastante diferente, a Lizzie se le ocurre que Naomi dirige las reuniones de la familia Burke con un orden y una autoridad similares a los que Tommy dirigía con las reuniones de la familia Shelby.

—Simplemente lo estoy asimilando todo. —Liz le aprieta la mano a Dan como respuesta—. Te amo tanto, Danny Burke, amo esta vida. Esto es más de lo que jamás soñé. De verdad. —Los labios de Lizzie están fruncidos hacia arriba, pero su ser exuda una tristeza agridulce—. Sé que lo que ha dicho Naomi es verdad. Sé que las cosas tienen que cambiar...

—Por un ratito, Liz, por un ratito. —Dan quiere creer las palabras que acaba de pronunciar, pero tanto él como Liz saben que los acontecimientos que están teniendo lugar en el mundo en general muy probablemente afectarán su pequeño mundo de manera irreversible.

Desde que Dan le contó la experiencia que tuvo en Praga a mediados de marzo por la mañana, cuando la operación Kindertransport de la que Dan formaba parte fue interrumpida por los alemanes que ocupaban Checoslovaquia y finalmente formaron el Protectorado de Bohemia y Moravia en violación del acuerdo de Munich, Liz supo que algo diferente estaba sucediendo y que probablemente las cosas, incluso en casa, debían cambiar.

Mientras Dan le contaba cada detalle de su experiencia, Liz se dio cuenta de lo cerca que había estado de vivirlo. Cuando Dan le contó la hora del reloj, específicamente que las graduaciones del reloj indicaban explícitamente que eran las cinco y diecisiete minutos, las 5:17, Liz lo supo, simplemente lo supo. Su mente no podía comprender qué sabía, pero su corazón lo sabía y confiaba en que, con el tiempo, su corazón revelaría sus secretos.

Todos los días, desde que Dan regresó de su último viaje a Praga, Liz abraza con fuerza a cada uno de los niños. Ahora, al tomar nota de las expresiones de sus rostros y memorizar sus risas, Liz es consciente de que está creando recuerdos.

Los matices rojizos del pelo de Dan brillan cuando los rayos del sol se filtran entre los árboles. Dan no es un hombre vanidoso, insiste en que su pelo es castaño, sólo castaño claro, y Liz aprecia el castaño, el pelirrojo, las pecas, las gafas, el andar torpe y ligeramente encorvado de un atleta cuyos músculos de las piernas son demasiado fuertes para su figura. No es un hombre clásicamente guapo, pero tiene un aspecto agradable. El tipo de hombre que mejora su aspecto con la edad. ¿Envejecerá? ¿Envejecerán juntos? Liz rápidamente sepulta estas preguntas y reflexiona sobre lo agradable de los últimos años, aferrándose a la alegría como alguien que se está ahogando se aferraría a un salvavidas.

Hoy se han pronunciado las palabras. La vida en Mistley ha terminado, "en pausa", dijo Naomi con lágrimas en los ojos. Se llevó a cabo una votación y la familia Burke se mudará a la recién declarada República neutral de Irlanda. Aunque originalmente eran de Belfast, que todavía está bajo el dominio inglés, la mayoría de los parientes de Ben se mudaron al sur, al Estado Libre Irlandés, cuando Eamon DeValera llegó al poder en 1932 y se regocijaron cuando la tan esperada República Irlandesa nació en 1937. Como Taoiseach (Primer Ministro) DeValera insiste en que, debido a que Irlanda es un país pequeño, permanecerá neutral en cualquier conflicto mundial, Naomi y Ben lo tuvieron en cuenta al determinar dónde sería mejor que estuvieran los niños pequeños de la familia Burke.

Ben tiene parientes en el condado de Galway. Su prima Sinead y su familia tienen una gran granja de agua salada con ovejas, patatas y un muelle con barcos de pesca. Hay muchos edificios anexos en la gran propiedad que, con un poco de esfuerzo, serán excelentes hogares temporales remotos para la familia Burke. Era obvio que Naomi y Ben habían estado en contacto con Sinead y su esposo Seamus y habían estado planeando esto durante algún tiempo. Los vientos de guerra han estado amenazando desde hace bastante tiempo.

Jake, recién comprometido, y el siempre jovial Joe ya se han alistado en el ejército británico y en un mes abandonarán Mistley para recibir entrenamiento. Harry ha sido aceptado como asesor legal en el Departamento de Guerra de Londres, pero Kathy y sus tres hijos vivirán en uno de los edificios de la granja del condado de Galway. Mark y Matt son unos años más jóvenes que Charlie y Kurt y están entusiasmados por aprender el oficio de pescador, y su hijo menor, Marty, tiene solo diez años.

Después de algunas discusiones y algunas lágrimas, se decidió que los hijos de Dan y Liz vivirían con Ben y Naomi en la granja. Liz iría con ellos para ayudar a todos a adaptarse, pero con el corazón apesadumbrado y muchas conversaciones sinceras, Liz y Dan ya habían decidido que, para lograr un mundo mejor en el que sus hijos pudieran crecer, tenían que seguir ayudando a los niños menos afortunados. Las zonas de peligro en toda Europa parecen estar multiplicándose y volviéndose más feroces cada día. Liz sabe que sus hijos tienen la suerte de tener el gran amor de esta sólida familia extendida y que debe luchar por los niños perseguidos que llevan su herencia. Niños que se encuentran en situaciones que no son diferentes a la situación que ella vivió cuando era más joven. Sabe que lo que ella y Dan han elegido hacer es lo correcto, pero le duele el corazón.

Sorprendentemente, Naomi preguntó muy poco sobre los detalles de lo que Dan y Liz han estado haciendo y planean hacer. Ella y Ben parecen saber lo suficiente como para no preguntar. Han sido de gran ayuda, cuidando a los niños cuando Dan y Liz se han "ido de vacaciones" y han estado "viajando como médicos rurales" en los últimos meses. No pusieron ningún argumento cuando Dan habló en la reunión y afirmó que él y Liz no se unirían a la familia en Irlanda. Revelaron que él y Liz ya habían contemplado posibilidades y escenarios y sienten que necesitan continuar haciendo lo que han estado haciendo. Y aún así, no pudo explicarlo.

El camino que sigue el séquito converge en un montículo que se abre paso hasta un campo verde abierto que pronto albergará brotes de trébol morado: su hogar. El hogar está a la vista. Liz agarra la mano de Dan y él se da vuelta para besarla suavemente en los labios.

"¡Ooo!", exclama Ally. "¡Romántico!".

—¿Qué sabes tú de romance, jovencita? —bromea Dan mientras todo el grupo se detiene involuntariamente en el montículo que domina su casa.

"...El mariscal jefe del aire Lord Dowding es el hombre indicado", escuchan Liz y Dan que proclama Kurt.

"Per Ardua Ad Astra", responde Charlie con entusiasmo y los dos hermanos elegidos chocan los puños antes de avanzar hacia el campo.

"¿A través de la adversidad hasta las estrellas?", traduce Dan Burke en forma de pregunta.

—Ya sabes, el lema de la RAF, papá —responde Kurt. Charlie y Kurt se han obsesionado recientemente con la Real Fuerza Aérea y, en estos días, a menudo se los puede escuchar hablando de aviones y personal de la fuerza aérea con gran detalle y con mucha familiaridad.

—Ustedes, muchachos, están interesados ​​en la Real Fuerza Aérea, ¿no? —Dan hace una pregunta cuya respuesta ya conoce.

El cielo es azul, el sol brilla y una suave brisa agita la hierba del campo.

—Sin duda tenemos mucho en qué pensar. Mucho en qué pensar. —Dan acaricia distraídamente el cabello oscuro de Liz y se detiene al ver un rizo que cae sobre su rostro y lo envuelve suavemente alrededor de su dedo índice. Liz mira fijamente al suelo. Dios, le encanta el césped sobre el que está parada.