En la sala de análisis de la BAU, el clic-clac del teclado de Penélope García resonaba como una sinfonía. Sentada frente a varias pantallas, con colores y gráficos parpadeando a su alrededor, la experta en ciberseguridad estaba profundamente concentrada, buscando datos sobre Isabella Solari. Sin embargo, como era típico en García, su concentración nunca impedía un comentario ocurrente aquí y allá.
—Bueno, chicos, lo que tenemos aquí es un auténtico enigma envuelto en un traje de alta costura —dijo, sin dejar de escribir mientras sus ojos saltaban de una pantalla a otra—. La señorita Isabella Solari, antes conocida como Isabella DeLuca, tiene una historia que va desde los barrios bajos hasta los eventos de gala más exclusivos. ¡Un clásico cuento de la Cenicienta moderna! Solo que en lugar de un príncipe, terminó con un señor del crimen.
Derek Morgan, apoyado contra la pared de la sala, no dijo nada, pero su postura tensa y su mandíbula apretada no pasaron desapercibidas. JJ, sentada a un lado, lo observaba de reojo mientras sonreía ante los comentarios de García.
—DeLuca, ¿eh? —preguntó JJ, tomando nota del apellido original de Isabella.
García asintió con entusiasmo, girando su silla hacia ellos y cruzando las piernas con teatralidad.
—Sí, nació en un barrio pobre de Chicago. Su madre era española y su padre, un italiano que se crió aquí en los Estados Unidos. Familia trabajadora, típica historia de inmigrantes. Y ella... bueno, parece que brilló desde joven. Gran expediente académico, fue la estrella del equipo de debate, y, por supuesto, reina del baile en su instituto. Tenía a todos comiendo de su mano —agregó con un toque de diversión en su voz—. Luego comenzó a estudiar Derecho en la Universidad de Chicago, una de las mejores facultades, pero dejó los estudios cuando se casó con el "encantador" señor Solari.
—Así que era una chica lista con un futuro prometedor —dijo JJ, inclinándose hacia adelante, intrigada—. ¿Y dejó todo por Alessandro?
Morgan bufó suavemente, sin poder ocultar su incomodidad.
—Eso parece, pero aún no cuadra del todo —murmuró, su mente todavía atrapada en su reciente encuentro con Isabella—. Una mujer así, con un historial académico brillante, ¿dejar todo por casarse con un tipo como Solari? No me lo trago. Tiene que haber algo más.
García sonrió traviesa, girando su silla hacia él.
—Ah, ¿te refieres a la seducción magnética de un hombre con una fortuna inmensa y acceso a los rincones más oscuros del poder? Porque, admitámoslo, Solari podría tener un magnetismo a lo "El Padrino" pero con mucho mejor estilo.
Derek sacudió la cabeza y frunció el ceño.
—No es solo eso, García. Conozco a gente como Solari. Estos tipos son más manipuladores que encantadores. Y no veo a Isabella como la típica mujer que cae por puro glamour. Es lista, fría... demasiado calculadora.
García le lanzó una mirada curiosa, captando su tono, y arqueó una ceja.
—Oh, ¿caliente en la mente del señor Morgan, acaso? ¿Nuestra querida dama Solari ha dejado una huella en ti? —dijo, en tono juguetón, mientras los dedos volvían a deslizarse por el teclado.
Derek se enderezó de golpe, incómodo por el comentario, lo que solo hizo que García y JJ compartieran una sonrisa cómplice.
—Vamos, hombre, lo digo en serio. Es solo que ella... —Morgan dudó, buscando las palabras correctas— tiene una presencia. Cuando estuve frente a ella, parecía que cada palabra estaba calculada al milímetro, cada movimiento pensado. Y no te mentiré, es... magnética, de una manera que no esperaba.
JJ soltó una risa suave.
—Magnetismo, ¿eh? —bromeó, levantando una ceja—. No te habíamos visto así desde que eras más joven, Derek. ¿Seguro que no está jugando contigo más de lo que crees?
Morgan puso los ojos en blanco, cruzando los brazos.
—No es así. Es solo que ella no encaja en el perfil típico de una esposa trofeo. Tiene algo más. Es difícil de leer, y eso es lo que me está frustrando. Estoy acostumbrado a ver señales en la gente, pero con Isabella... no puedo sacarle nada.
García asintió mientras seguía recopilando información en sus pantallas.
—Bueno, déjame decirte que tienes razón en estar intrigado. Aquí hay algo raro. Isabella no tenía antecedentes, ni siquiera una multa de tráfico. Pero lo que realmente es interesante es su repentina desconexión del mundo académico justo cuando se casa con Solari. Tenía una carrera prometedora en Derecho, y de repente, puff, se desvanece. Como si su vida anterior nunca hubiera existido.
JJ asintió, pensativa.
—Podría haber sido Alessandro quien la alejó de eso. Estos tipos suelen aislar a sus parejas, especialmente si ven que pueden representar alguna amenaza a su control.
Derek frunció el ceño, sintiendo un nudo en el estómago.
—Sí, pero Isabella no parecía una mujer que se dejara controlar fácilmente. Más bien, parecía que estaba esperando algo. No sé, es difícil de explicar.
García lo miró, con los ojos brillantes de curiosidad.
—Bueno, amigo, mientras sigues procesando esa fascinación que no tienes —dijo, sonriendo de oreja a oreja—, déjame seguir buscando en sus conexiones. Pero te digo algo, Derek: esta mujer es una mezcla explosiva. Inteligente, hermosa, y atrapada en una situación tóxica. Y si hay algo que sé de ti, es que eso te hace entrar en "modo salvador".
Derek lanzó una sonrisa de medio lado, a pesar de la tensión.
—Salvador o no, García, ella es la clave para encontrar a Alessandro. Y algo me dice que va a ser mucho más complicado de lo que parece.
En ese momento, García detuvo sus dedos sobre el teclado y miró a la pantalla con los ojos muy abiertos.
—Oh, espera un segundo, chicos. Acabo de encontrar algo interesante —anunció, mientras las imágenes cambiaban en la pantalla—. Parece que Isabella tenía una conexión previa con uno de los socios de Alessandro antes de casarse con él. Un abogado llamado Luca de Marchi. Trabajaron juntos en un caso de tráfico de armas en Italia, y después de eso, su relación con Alessandro empezó.
JJ frunció el ceño mientras observaba la nueva información.
—¿Crees que podría haber empezado a involucrarse en el mundo de Solari antes de que siquiera se casaran?
Morgan se acercó a la pantalla, observando el nombre.
—Puede que sí, o puede que simplemente la atrajo hacia ese mundo poco a poco. Pero eso explica por qué ella parece tan cómoda en medio de todo esto. Sabía exactamente en qué se estaba metiendo.
García asintió.
—Es como si hubiera estado bailando en el borde del abismo durante años. Y Alessandro, en lugar de salvarla, la empujó más adentro.
Morgan soltó un suspiro, rascándose la cabeza.
—Bien, ahora tenemos más preguntas que respuestas.
JJ se cruzó de brazos, observando a Derek de cerca.
—Y también más razones para que vuelvas a verla, ¿no crees?
Morgan miró a JJ, quien sonreía con picardía, pero en su interior no podía negar que tenía razón. Isabella Solari era más que un simple nexo. Era un misterio. Y él no se quedaría tranquilo hasta que descifrara lo que escondía.
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Mentes Criminales: Solari (Derek Morgan)
FanfictionA medida que Derek Morgan se involucra personalmente con Isabella Solari para descubrir donde está su marido, experto en narcotráfico y crimen organizado, las líneas entre lo profesional y lo emocional se difuminan. La tensión crece capítulo a capít...