El sol apenas se asomaba sobre los edificios de Washington cuando Derek Morgan ya estaba en la BAU, como era costumbre. El día anterior había sido largo, y la noche aún más. Después de dejar a Isabella Solari en su apartamento, apenas había podido dormir. Sus pensamientos giraban en torno a ella, y aunque intentaba racionalizar lo sucedido, sabía que algo lo tenía enredado en esa misteriosa mujer.
En la sala común, Reid ya estaba sumergido en sus montañas de archivos, mientras Hotch y Prentiss preparaban un informe. Rossi sorbía su café, observando a Morgan con una mirada curiosa.
—Vaya, Morgan —dijo Rossi con una media sonrisa—. Llegas temprano hoy. ¿Acaso te quedaste soñando con nuestra amiga Isabella?
Morgan lo miró, serio, sin soltar prenda.
—Solo estoy concentrado en el caso, Rossi. Nada más.
Pero era evidente que algo estaba en su mente. Reid, que tenía esa molesta habilidad para notar cualquier detalle, levantó la vista de los papeles.
—Es interesante, ¿verdad? Isabella parece tener una capacidad innata para manipular su entorno, pero también para crear una barrera emocional infranqueable. Creo que eso es lo que te tiene intrigado, ¿no?
Morgan frunció el ceño, aunque sabía que Reid estaba en lo cierto.
—Ella no es lo que parece —respondió Morgan, casi en un susurro—. Anoche, cuando la llevé a su casa, no fue la misma mujer que vimos en la sala de interrogatorios. Hay algo más en ella. No sé qué, pero... no creo que sea solo la típica esposa de un criminal.
Hotch levantó la vista del informe al escuchar eso, siempre atento a los detalles.
—¿Te dijo algo que no mencionara en la entrevista? —preguntó con su característico tono firme.
Morgan negó con la cabeza.
—No mucho, pero por un momento... se relajó. Se abrió lo suficiente como para dejarme ver que no está conforme con su vida. Creo que hay algo más que la mantiene atada a Alessandro, pero no sé qué es.
Prentiss cruzó los brazos, recostándose contra el escritorio.
—¿Es amor? ¿Dinero? ¿O simplemente está demasiado metida en el mundo de Alessandro como para salir?
Morgan suspiró, aún pensativo.
—No lo sé. Pero lo que sea, la está consumiendo.
Garcia, entrando en ese momento con una taza de café en mano, escuchó la conversación y no pudo resistirse a añadir su propio comentario.
—Bueno, chicos, sea lo que sea, les recuerdo que Isabella no es una simple víctima atrapada. El video íntimo que circuló en internet hace unos años con otro hombre lo demuestra. No parece ser alguien que siga todas las reglas, ¿verdad?
Morgan desvió la mirada por un momento, tratando de no dejarse afectar por esa información, aunque una parte de él sabía que eso complicaba aún más la percepción que tenía de ella. No era inocente, pero tampoco parecía encajar en el perfil de una mujer completamente sumisa a su esposo.
Hotch, siempre el líder, cerró la conversación de golpe.
—Sea lo que sea, necesitamos respuestas concretas. Morgan, sigue investigando. Si ella es nuestra única pista para llegar a Alessandro, no podemos permitirnos errores.
A varios kilómetros de distancia, Isabella Solari se despertó lentamente en su cama de sábanas de seda. La luz de la mañana entraba perezosamente por las cortinas gruesas de su apartamento, iluminando el espacio minimalista pero lujoso que compartía con Alessandro... cuando él estaba en casa. Algo que no ocurría a menudo últimamente.
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Mentes Criminales: Solari (Derek Morgan)
FanfictionA medida que Derek Morgan se involucra personalmente con Isabella Solari para descubrir donde está su marido, experto en narcotráfico y crimen organizado, las líneas entre lo profesional y lo emocional se difuminan. La tensión crece capítulo a capít...