018
El concepto de after party de un concierto, era algo que no había experimentado nunca. Pero después de hoy, no iba a ser la última vez.
En realidad, era casi como ir a un segundo concierto, solo que mucho más privado y a escasos metros del artista. En nuestro caso, además, literalmente detrás del artista.
No pensaba que fuéramos a estar en un reservado, pero tenía bastante sentido que no estuviéramos con la masa de personas. Bastante agitados estaban ya los asistentes, como para encima meter entre el público a los famosos de turno.
Una sabia decisión la del personal de seguridad que vela porque no acabemos todos aplastados.
—¿Te lo estás pasando bien?—pregunta Borja. El que parece el ayudante de Adri en esto de ligar, pues no paro de encontrármelo hasta en la salsa, se ha acercado a mi. Hace un rato que me he separado de la mesa donde mis dos mejores amigos bailan de una forma bastante curiosa, y me he apoyado en una barandilla de cristal.
Desde aquí observo al público disfrutar con la música del dj, las miradas nada disimuladas que nos echan y como Saiko, el cantante granadino, toma algo con sus amigos y su novia. No me queda duda de que el chico va a cantar en algún punto de la noche, pues tienen micrófonos preparados.
Y no sé que es lo que va a pasar cuando le escuche en directo. Porque si fuera Quevedo, perdería la cabeza. Pero Saiko no se queda muy lejos, aunque no lo vaya a reconocer delante de cierto editor de vídeo.
—Si, pero necesitaba despejarme un poco.—confieso. El alcohol además me ha hecho efecto ya, así que el mundo a mi alrededor se mueve a un ritmo distinto.
A parte de mis amigos, Plex se entretiene charlando con el cámara animadamente. Adri hace un segundo estaba en la conversación, pero ahora ha desaparecido de mi campo de visión. Entre las luces de colores, el humo y los flashes, no es tan fácil seguirle la pista a alguien.
—Pues creo que viene el alborotador numero uno a complicarte el despejo.—bromea dando un sorbo a su bebida.
¿Qué se supone que significa eso?
—¿Vas a admitir ya que Saiko es mejor?—la voz de Adrián me llega del lado contrario. Sobresaltada, me giro para encontrarme con el editor a mi lado.
Con razón le había perdido de vista, si estaba detrás de mi. Se ha escabullido entre las sombras para llegar a mi vera. Borja se despide con un gesto en la mano y se reúne con Plex y Borja, que atentamente nos miran. Parecen un grupo de señoras mayores en un parque observando a dos chavales y cotilleando.
Si es que les faltan las pipas y poco más.
—Claro que no, Iglesias.—ahora le tengo enfrente. Lleva el pelo oscuro ligeramente descolocado, como si se hubiera pasado muchas veces las manos por él, intento encontrar la posición perfecta.
—Eres una testaruda.—niega entre risas.—Pero bueno, por suerte tengo paciencia y voy a esperar a que me des la razón.
—Vas a tener que esperar mucho tiempo, entonces.—le respondo, apuntándole al centro del pecho con mi dedo índice.
—He esperado ya cinco años, ¿qué más me da esperar un poco más?—me dice, sus ojos oscuros buscando los míos entre la penumbra.
Doy un par de sorbos a mi bebida, pensando la respuesta. Porque es verdad que han pasado cinco años, pero lo de que haya estado esperando por mi no me lo creo tanto. Vamos, de hecho no me lo creo nada.
Aún tengo el recuerdo de cómo de la nada dejo de hablarme, y continúo su vida como si nada hubiera pasado entre nosotros. Fue como si de un día a otro se hubiera olvidado de mi y de nuestra amistad o lo que fuera que estábamos construyendo.
Y aún no he escuchado una explicación por su parte. No sé que es lo que hizo que cambiara su actitud de la noche a la mañana, pero esta claro que demuestra que no es alguien de fiar.
Es por eso que me da miedo que haya vuelto, porque no sé con que intención lo ha hecho. No sé porque habla como si lo nuestro se hubiera desvanecido en el aire por cosas de la vida y no por su culpa.
Que vale que teníamos quince años, por eso no le guardo rencor. Pero claro, una aclaración hubiera sido idílica.
—No lo sé Adri. —cojo aire, no es el mejor momento para hablar las cosas, pero en realidad no é cuando voy a tener otra oportunidad de preguntarle.—¿Por qué desapareciste en dos mil diecinueve?
—Ale...—no puede continuar con su explicación, pues ese es el momento en el que el cantante del momento se pone de pie y con una entrada épica y un mash up del dj, empieza a cantar.
Las primeras notas de Cosas que no te dije resuenan en el espacio, y noto como a mi lado el chico empieza a gritar de emoción. Al igual que los trescientos asistentes más que ocupan la sala.
En mi opinión, es una puta ironía de la vida.
Pero la canto igual.
Y también lo hago con Tuenti, con Reina y con Las Bratzs. No era consciente de todas las canciones que me sabía de la joven promesa.
En algún punto del concierto, Adri me pasa el brazo por encima y los dos saltamos y bailamos juntos, haciendo el imbécil, sin importarnos las otras personas que pueden estar mirándonos. Y olvidando completamente la conversación que estábamos teniendo y los sentimientos que había suscitado.
A eso debemos darle las gracias al alcohol, que nos había borrado parcialmente la memoria.
De verdad que llevaba tiempo sin pasármelo tan bien, los mensajes de Lili diciéndome que le mande fotos de la noche los respondo con fotos con el editor.
Y al final del concierto, cuando canta Polaris, Adri y yo no podemos evitar cantarnos la letra el uno al otro.
—Que me guíe Polaris pa llegar hasta ti, cuando estoy contigo a veces no sé ni lo que decir, y eso que yo no era así, pero me tienes aquí.—entona Adri prácticamente sobre mis labios.—No me creas si no quieres Ale, pero te he estado esperando.
—Diferentes ciudades y no somos na, quiero entenderte pero no entiendo na, no sé lo que querrá' ni que piensas—esta línea se la canto yo a él.
Espero que entienda la indirecta.
Y lo hace, porque sin dudarlo, me besa.
☀️
¿canción fav de saiko? Yo creo que cosas que no te dije sin duda, que me recuerda al fic de Ochenta días
espero que os haya gustado mucho,
nos leemos pronto
ESTÁS LEYENDO
Verano | Adrián Iglesias
FanfictionEn el verano de 2019, cruzamos caminos. Y ya no supe nada más de él. Hasta hoy. Adrián Iglesias | FANFIC