016
Me cosquilleaban los labios aún de pensarlo. Por eso llevo varios días intentando mantener a raya los pensamientos sobre el editor de la vuelta al mundo. No necesito revivir una y otra vez las imágenes de nosotros besándonos.
Tengo que sacármelo de la cabeza.
—Pero, no entiendo aún.—el fuerte acento de la italiana me distrae de mis ideas. Y menos mal, porque los flashes de la otra noche estaban volviendo a aparecer. Como una cinemática, nuestros cuerpos y nuestros labios aparecían, escenas repetidas.
—Es porque no lo ha contado.—Mario muerde una de las patatas de la recena.
Ha ocurrido algo inusual, el bar no abría como discoteca. Y eso que es viernes.
Así que los tres estamos cenando juntos lo que nos han dejado los padres de Paola. Enfrente mía tengo la mejor carbonara del país, mientras nuestro amigo hombre alterna patatas y pizza. Paola se ha decantado por una ensalada cesar, sabe dios porque.
Aún que de cuando en cuando le roba algún frito al chico.
—Bueno, pues cuéntalo ya. ¿O cosa aspetti?—ya estamos de nuevo con las frases en italiano, y esta no la he pillado.
—Traduce.—le regaña Mario.—Que los españolitos no te entendemos.
—A los espagnolitos no hay quien os entienda.—masculla la rubia. Bueno, problemas en el paraíso. —Digo que a que esperas, Alejandra.
Broma, que luego se lían de verdad y verás que gracia de situación. Por que si todo va bien genial, pero como algo se tuerza...
—Voy.—muerdo un poco más de pasta. Lo de contar esta historia de nuevo se me hace un poco bola, pero bueno, al final tiene sentido.—Básicamente todo iba bien, ósea quedamos varias veces después de besarnos en la fiesta aquella.
—Besarse dice.—me interrumpe el moreno.—Se estaban succionando la boca que yo lo vi en directo.
—Déjala continuar que me jodes la historia.—le corta la italiana. Así me gusta, que luego pierdo el hilo y me explico fatal.
—Lo que decía.—ahora si los recuerdos de nosotros dos cinco años más jovenes caen en mi mente como una lluvia torrencial. Cuando nos colamos en la piscina municipal, la vez que apareció en casa de Mario de forma espontánea, Lili escribiéndole mensajes por mi mientras a mi me daba un brote de pánico...—Tuvimos varias citas y eso, pero no todo es oro. Tipo, iba viento en popa, Adri es un chico super divertido y creo que encajamos desde el momento uno.
—Teníais quince años.—pone los ojos en blanco mi amiga.—Pero si, lindo enamoramiento de primerizos.—como si ella abundara en experiencia.
—Que no interrumpas.—se mete con ella Mario. Es que vaya dos, al final son tal para cuál.
—Eso, que las cosas parecían que iban bien. Y ya os digo, que creo que siempre hemos tenido mucha ...—vuelvo a hablar. Sin embargo mi intervención dura poco, pues el tono de llamada de Mario resuena entre las mesas vacías.
Joder, si es que parece que no quieren que lo cuente.
Las notas musicales de polaris la famosa canción de Saiko suenan durante los tres segundos que tarda en descolgar. Curioso, porque justo estaba pensando en el hilo rojo.
Cuando éramos críos, Adri había hecho esa referencia. Y cuando luego le respondí la historia de instagram sin saberlo me pareció curioso que él fuera precisamente tan fan del granadino.
Casualidades de la vida, supongo.
—Se lo digo a las chicas, porque en realidad, es planazo.—Paola y yo nos miramos sin entender nada. Estaría genial que nos incluyera en esta conversación.—Ahora te digo.
—¿Nos informas? ¿O tenemos que jugar a adivinar?—le pregunto alzando las cejas. No voy a negar, me jode que me hayan interrumpido en mi historia y no la pueda contar.
Me hacía ilusión, ¿vale?
Paola acaba con su plato de ensalada y me roba un último macarrón. Luego se echa hacia atrás en su asiento, lista para escuchar la propuesta del moreno.
—Me acaba de llamar Adri.—joder parece que lo invoco.
Siempre ha sido amigo de Mario, eso es así y aunque hayan pasado cierto tiempo distantes, nunca han dejado de estar en contacto. Lo que no entiendo es porque en las dos ultimas semanas parece que está hasta en la sopa.
En cinco años no ha hecho ninguna aparición, suficiente como hasta para que olvidara su nombre. Y ahora mírale, todo el rato con nosotros.
—Era Alejandra manifestando.—le saco el dedo de en medio a Paola. Ojalá algún día se la pueda devolver, porque lo pienso disfrutar.
Ella ha sido la soltera del trío desde el principio, así que cuando deje de serlo lo voy a disfrutar.
—¿Y que quería?—la conversación con mis amigos me está desesperando, incluso hecho de menos a Lili de más.
—Nos ha invitado a una fiesta, pero no a una cualquiera.—cosas vips, interesante.—Es el post del concierto de Trueno. Y ha dicho que casi seguro este Saiko.
—Bueno yo quería a Quevedo, que es mejor.—Paola, que está flipando en colores a juzgar por su cara, me mete un nada agradable codazo.—Vale si. Vamos, en realidad si que es planazo.
—Sabía que diríais que si.—celebra desbloqueado su teléfono para mandarle un mensaje al editor.—El caso es que tenemos que cambiarnos ahora mismo, porque ha dicho que en media hora pasaban en uber a por nosotros.
¿Tan poco? Como le gusta estresarme a este chico.
—Mi casa está mas cerca.—masculla Paola, pues la italiana vive al lado del restaurante.—Y tengo ropa para ti, así que, vamos. Andiamo.
Lo ordena prácticamente, así que ni me atrevo a negarme. Corriendo, llevamos los platos a la cocina y nos despedimos de los padres de Paola con un sonoro Ciao.
Media hora, pues que corra el tiempo, que me sobran dos minutos.
Saiko, voy a por ti.
@alemdz posted a new instagram storie!
☀️
fiesta party! se vienen cosillasespero que os haya gustado
nos leemos pronto!
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Verano | Adrián Iglesias
FanfictionEn el verano de 2019, cruzamos caminos. Y ya no supe nada más de él. Hasta hoy. Adrián Iglesias | FANFIC