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Estaba buscándome, en un party sin señal, estoy perdido en el club, buscando dónde respirar bien, o que me entienda alguien...


Los primeros veinte segundos de Sin señal resuenan en mis cascos antes de que el mal humor me domine por completo y salte a la siguiente pista. Normalmente no le haría eso nunca a Quevedo, pero llevo una semana intensa y lo último que quiero es escuchar indirectas del destino.


Mejor prevenir que curar, y de los dos fui yo quien se lo tomó en serio, me alejé de ti con sentimientos de por medio, por miedo a no saber parar por estar a criterio, y el daño, tranquila que se va con los años...


Arranco los cascos de mis oídos, que caen sobre mi cuello arrancando un par de pelos de mi nuca.

No me jodas. A mi me están grabando.

¿Es ahora cuando salen a decirme lo de que soy una persona maravillosa o el meme ese al que Pao siempre está haciendo referencias? Es increíble que la italiana este mucho más puesta que yo en la cultura popular de nuestro país. Supongo que los años la han acostumbrado.

Al menos, ese torrente de ideas me distrae del pensamiento inicial: el puto Adrián Iglesias.

Mi intención era salir a dar un paseo, tratar de refrescar mis ideas y dejar de pensar en el editor del youtuber más famoso del panorama actual. Pero claro, parece que el destino no está particularmente por la labor, pues no hace más que ponerme canciones que me recuerdan que me esta ignorando.

Llevo una semana, siete días, ciento sesenta y ocho horas, sintiéndome usada. Como una bayeta de fregar platos sucios, concretamente.

Al principio, tenía dudas. Al final son muchas las cosas que le pueden ocurrir al teléfono de alguien como para que no pueda encontrar medios para hablarte. Pero a su vez, son muchas tambien las formas que tiene alguien de comunicarse contigo.

Desde presentarse en el restaurante, mandarme un mensaje desde el móvil de cualquiera de sus amigos hasta hacerlo por medio de Mario, que sigue siendo amigo de ambos. El moreno, al igual que la última vez que pasó esto, hace cinco años, no ha sabido explicarme nada. Él tampoco ha conseguido sacar ni una sola palabra sobre mi al chico.

Y eso no tiene sentido alguno, si bien días antes estaban charlando sobre mi visita a la mansión.

Es que no entiendo nada.

No entiendo a Adri.

Y sobre todo, no me entiendo a mi.

No comprendo como he dejado que juegue conmigo de nuevo. ¿Cómo he podido ser tan tonta? Ya pasó una vez.

Y le olvidé, tal y como me dijo Lili. Le mandé al fondo de mi cabeza e hice como si nunca hubiera existido. No sé como me he permitido dejarme conocerle de nuevo, es más, no sé como siquiera he creído que había cambiado.

Porque está claro que no lo ha hecho.

Encima, ha huido en el momento en el que le mencioné que teníamos que tener una conversación sobre porque había desaparecido en dos mil diecinueve. El muy cobarde ni siquiera se había atrevido a enfrentarse a eso.

Una llamada entrante de mi mejor amiga, que aún estando en Australia, a quince mil kilómetros de mi me esta demostrando que vale más que cualquier hombre, es lo único que consigue sacarme del bucle de ira en el que estoy entrando.

—¿Cómo estas hoy?—bosteza al teléfono, señal de que aunque para mi sean las nueve de la noche de mi día libre, para ella deben de ser las ocho de la mañana. La diferencia horaria no ha sido nunca nuestro mejor punto, y siempre acabamos llamándonos a horas raras, así que me sorprende que lo hayamos cuadrado esta vez.

—De mal humor. Una intenta escuchar a su cantante favorito y parece que todas las letras las a escrito para fastidiarle el día.—mi respuesta denota toda la molestia que acumulo.

El sol está empezando a esconderse a detrás de los bloques de casas de mi barrio, pero eso no quita que siga haciendo un calor bastante abrasador. Este puede ser uno de los peores paseos para despejarme que haya dado nunca.

—No lo veas así.—sus palabras son un consejo, está claro, aunque hay ocasiones en las que la morena suena como mi madre a punto de echarme una regañina.—Mírale el lado positivo.

—Yo sólo me siento usada.—porque es cierto.—Ósea en el segundo que ha conseguido tener s-e-x-on —lo deletreo porque hay una madre pasando con sus hijos a mi lado justo en ese momento—conmigo no ha dudado en desaparecer y hacer como si nunca hubiese existido. Lo cual, ya lo había hecho antes.

—Sin lo del sexo.—me corrige mi mejor amiga.

—Si pero entiendes mi punto.—puedo sentirla asentir a través del teléfono. Es en momentos como este cuando más desearía que estuviera aquí conmigo y no en el país más lejano a Madrid que hay. La echo tanto de menos.

—Es un capullo integral, Ale. Eso es lo que hay.—me aguanto las ganas de gritar de frustración una vez más. Me siento tan increíblemente tonta. Es por esto que no hay que dar segundas oportunidades, porque luego te hacen daño de nuevo y claro.—Pero ya le olvidaste una vez, la segunda debería serte más fácil.

O más difícil.

Porque dime tú como olvido el concierto, la intensidad de su mirada, sus manos recorriendo mi piel, sus besos en mi clavícula, su risa...

Me estoy poniendo mala de recordarlo.

—No sé.

—Si lo sabes. Eres la chica más fuerte que conozco, así que vas a salir de esta ilesa, ya verás.—no lo digo en voz alta, porque se que Lili está tratando de animarme, pero claramente, tengo mis dudas al respecto.—Hablando de otra cosa, estoy convencida de que Paola y Mario están juntos.

Sabía yo que les iba a durar poco el secretismo.

—Ni la menor idea...—me interrumpe antes de que pueda seguir con mi farol.

—Mientes fatal Alejandra.—pongo los ojos en blanco, aunque no puede verme.—¡Lo sabía!

—Pero ni una sola palabra, que prometí guardar el secreto.—su risa me llega desde el otro lado, haciéndome sentir por un instante como si todo estuviera en calma.

—No tienes de que preocuparte, sólo puedo contárselo a los canguros.—el maravilloso sentido del humor de la morena, siempre sacándome una sonrisa.

Al final, después de hablar con Lili un rato bastante largo, concluí dos cosas: estaba mejor sin Adri, y claramente, él se lo perdía.

¿No?


























@alemdz: clearly your loss

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☀️

espero que os haya gustado mucho

prometo volver a subir seguido

nos leemos pronto!

Verano | Adrián IglesiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora