Luciarys sostuvo la mirada, las palabras atrapadas en su garganta mientras su padre, Daemon, la observaba con una frialdad que le resultaba casi insoportable. Él tomó un sorbo de su copa, sin mostrar mayor emoción. Su indiferencia la hería más de lo que esperaba.
—Luciarys, llegaste hasta aquí por decisión de Ser Gerold, supongo. —dijo Daemon, su voz impasible—. La hija que nunca conocí.
—Hija, sí, pero jamás por elección tuya —replicó Luciarys, con una mezcla de tristeza y reproche—. Al nacer, me negaste un huevo de dragón. Me privaste de mi derecho, como si mi existencia no te importara. Y luego, la pérdida de mi madre.
Daemon alzó una ceja, apenas perturbado por la dureza de sus palabras.
—El destino es cruel para todos, niña. Lo que sucedió entonces no puede ser deshecho. Todos hemos perdido algo.
Luciarys apretó los puños, el dolor transformándose en furia contenida.
—Fueron tus decisiones, no el destino, las que me arrebataron aquello que me pertenecía por derecho.
Daemon desvió la mirada hacia el océano, su semblante impenetrable.
—¿Qué esperas de mí, Luciarys? ¿Que lamente el pasado? Ya lo he enterrado como a tantos otros.
Antes de que la tensión pudiera ir más lejos, la princesa Rhaenyra, quien había observado en silencio desde las sombras, dio un paso adelante, acercándose con la gracia y el porte que le correspondía como heredera al Trono de Hierro.
—Mi príncipe, esto no es lugar para disputas tan amargas —intervino con elegancia—. Las heridas profundas no sanarán en el frío de la intemperie. Luciarys, permite que esta conversación se lleve a cabo con el recogimiento que merece, dentro de los muros de Driftmark, donde el luto es compartido, y los agravios pueden ser escuchados con mayor calma.
Daemon, sin embargo, soltó una leve risa amarga.
—El castillo no es más que otra prisión para las palabras que no deseamos oír —musitó el príncipe canalla—. No hay redención allí para mí. No esta noche.
Sin esperar respuesta, se dio media vuelta y comenzó a caminar hacia la playa, alejándose del castillo y de la tormenta de emociones que su hija había despertado en él. Luciarys lo observó, con los ojos empañados, pero antes de poder decir algo más, Rhaenyra colocó una mano firme sobre su brazo.
—Déjalo ir —le susurró la princesa, con una mezcla de suavidad y autoridad—. Hay tiempos en los que ni la sangre ni la razón pueden llegar tan lejos como lo hacen el mar y el silencio. Daemon siempre ha caminado entre sombras, y esa es la senda que debe recorrer ahora.
Luciarys, aunque reacia, inclinó la cabeza y dejó que las lágrimas que había contenido rodaran por su rostro.
—Pero... ¿cómo podré hablar con él si no quiere escucharme? —preguntó en un susurro, quebrada.
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༄𝐋𝐔𝐂𝐈𝐀𝐑𝐘𝐒 𝐓𝐀𝐑𝐆𝐀𝐑𝐘𝐄𝐍༄ 𝐻𝑂𝑇𝐷
Science FictionLuciarys Targaryen, hija de Daemon Targaryen y Lady Rhea Royce, quien regresa inesperadamente a Rocadragón tras 16 años de ausencia. Su llegada coincide con el funeral de Laena Velaryon, segunda esposa de su padre, lo que llena de sorpresa y tensión...