El aire en King's Landing se sentía denso, cargado de tensión. Hacía seis años que Rhaenyra y su familia no pisaban la Fortaleza Roja, y ahora regresaban, no solo para ver al Rey Viserys, sino para defender los derechos de su hijo Lucerys. A su lado, Daemon caminaba en silencio, con la mirada oscura y la postura erguida, como siempre. Aegon III y Viserys II, apenas unos niños, se aferraban a las manos de su madre, ajenos a la gravedad de la situación.
En los aposentos oscuros y opresivos del rey Viserys, el silencio se quebraba solo por el ocasional sonido de su respiración entrecortada. El monarca, una sombra de lo que alguna vez fue, yacía entre las sábanas, rodeado de la decadencia de su cuerpo corroído por la enfermedad. Su rostro, pálido y cubierto de llagas, era la imagen de un hombre que ya había dado todo lo que tenía al reino. El aire olía a medicinas, la habitación se sentía pesada, como si el peso de su legado reposara sobre esos muros.
Rhaenyra entró, su paso firme pero el rostro cargado de tristeza. A su lado, Daemon caminaba aún en silencio, sosteniendo con delicadeza a Aegon III, su hijo mayor. A la vista de su padre, ella se detuvo unos segundos, contemplando la devastación física que la enfermedad había causado. Viserys apenas podía mantener un ojo abierto, su respiración rasposa llenaba la estancia. Sin embargo, al ver a su hija, la luz de reconocimiento destelló brevemente en sus ojos cansados.
—Padre...—comenzó Rhaenyra con voz suave, haciendo una ligera reverencia. —He venido a presentarte a alguien.—
Con un movimiento lento y tembloroso, Viserys trató de enfocar su mirada en el pequeño Aegon III, que observaba la escena con una mezcla de inocencia y confusión. El rey, con esfuerzo, dibujó una sonrisa.
—Aegon...— dijo entrecortadamente, el sonido de su voz áspero y débil. —Un nombre... digno de... la historia de nuestro linaje.—
Rhaenyra, conteniendo las lágrimas, sonrió levemente mientras miraba a su padre. Sabía que cada palabra pronunciada le causaba un gran dolor. Luego, Daemon, que observaba en silencio con una mezcla de orgullo y preocupación, se inclinó y le acercó a Viserys II.
—Y este, padre... este es Viserys II,—dijo Rhaenyra con voz temblorosa. —Tu tocayo...—.
El rey observó al pequeño niño que llevaba su nombre, y algo en su mirada cambió. Un brillo, una chispa de orgullo que parecía brotar de lo profundo de su ser. Intentó hablar, pero las palabras no le salían. Al final, tras un largo silencio, logró susurrar con voz entrecortada:
—Viserys... ese es un nombre... digno de un rey.— dijo riéndose con algo de esfuerzo al igual que su hija Rhaenyra.
Daemon, que mantenía su habitual serenidad fría, observaba el esfuerzo de su cuñado con un semblante serio. Aunque su relación con Viserys había sido tensa, en este momento había un respeto tácito. El peso del pasado se desvanecía ante la inminente partida del rey.
Rhaenyra, sin embargo, no pudo evitar que su semblante de tristeza la consumiera. Ver a su padre, alguna vez tan fuerte y vibrante, reducido a un cuerpo debilitado por la enfermedad, era casi insoportable. Bajó la mirada, respirando profundamente antes de mirar de nuevo a Viserys.
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༄𝐋𝐔𝐂𝐈𝐀𝐑𝐘𝐒 𝐓𝐀𝐑𝐆𝐀𝐑𝐘𝐄𝐍༄ 𝐻𝑂𝑇𝐷
Science FictionLuciarys Targaryen, hija de Daemon Targaryen y Lady Rhea Royce, quien regresa inesperadamente a Rocadragón tras 16 años de ausencia. Su llegada coincide con el funeral de Laena Velaryon, segunda esposa de su padre, lo que llena de sorpresa y tensión...